El ejercicio puede mejorar la calidad de vida de los adultos mayores

2 de diciembre de 2022


Paula Trespalacios Argain

La vejez, esa etapa de la vida a la que, sin prisa, pero todo ser humano aspira a llegar, y el cómo se viva será consecuencia de la vida que se lleve, motivo por el cual se ofreció el Taller de Protocolos de Evaluación Cognitiva en Adultos Mayores, en el marco del X Congreso Internacional Ejercicio Físico y Salud: Cuidado del medio ambiente,a través de la educación física, el ejercicio físico y el deporte.

El taller fue impartido por Ena Monserrat Romero Pérez, académica del Departamento de Cultura Física y Deporte, quien señaló que el objetivo fue poner en contacto a los asistentes con los procedimientos, estrategias y herramientas utilizadas para evaluar el estado cognitivo en la población de adultos mayores.

“Desde la perspectiva de la actividad física, el conocer el estado de salud de manera integral de esta población vulnerable, proporcionará la oportunidad de incidir de manera segura y eficaz al momento de prescribir un programa de ejercicio que tenga como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas mayores.

Se debe entender como una etapa
La vejez, dijo, se debe comprender como una fase más del ciclo vital, así como lo es la infancia, la adolescencia o la madurez, con características propias, unas agradables y otras no tanto, que se presentan de forma progresiva e intervienen diversos factores.

“En el proceso de envejecimiento, son dos factores los que deben considerase por su relevancia; estos son los biológicos y los físicos, y producen cambios importantes en las células, tejidos, órganos y sistemas dentro del organismo; esto se acentúa más cuando se ven alteradas ciertas funciones físicas, como la pérdida de movilidad, fuerza en los músculos, además de presentar fracturas y patologías que impiden el funcionamiento físico del adulto mayor”, explicó.

Agregó que se sabe que uno de los aspectos que más se modifica en el envejecimiento es la función cognitiva, lo cual es atribuible al proceso fisiológico o debido a otros factores y que en general no afecta a la realización de las tareas habituales del día a día.

“Este trastorno es un síndrome clínico caracterizado por la pérdida o el deterioro de las funciones mentales en distintos dominios conductuales y neuropsicológicos, tales como memoria, orientación, cálculo, comprensión, juicio, lenguaje, reconocimiento visual, conducta y personalidad. Visto como un síndrome geriátrico, es una alteración de cualquier dimensión de las funciones mentales superiores, puede diagnosticado por pruebas neuro-psicológicas, y su etiología generalmente es multifactorial”, indicó.