Metales pesados: lo bueno y lo malo

20 de septiembre de 2022


Paula Trespalacios Argain

En la vida diaria, se pueden encontrar metales pesados, en el ambiente, en el agua, en la tierra y en alimentos; algunos de ellos en cantidades excesivas o por contacto constante pueden resultar dañinos o tóxicos, como lo explicó Kareen Encinas Soto en su intervención en el programa radiofónico Ingenio.

En la última edición del programa de la División de Ingeniería, se tocó el tema de los metales pesados, con la participación de profesora del Departamento de Ingeniería Química y Metalurgia, quien platicó con René Flores Morales, titular del producto radial.

“Son algunos elementos de elevado peso molecular que se encuentran en la naturaleza y pueden ocasionar un riesgo y peligro a la salud dependiendo de la concentración en la que se encuentre, por eso es importante evaluar la cantidad en la concentración en lo que consumimos”, explicó la especialista en medio ambiente.

Señaló que, por ejemplo, la ingesta de hierro es importante y hay metales esenciales que no representan un riesgo a la salud si se toman de forma no excesiva.

Los más tóxicos
Enumeró los metales pesados más dañinos para el ser humano: plomo, arsénico, mercurio, cadmio y cromo; con los que antes no había difusión de posibles riesgos y el trabajar con ellos puede representar un riesgo para un adulto, y en mayor medida para un niño.

Explicó que en gran exposición al plomo se puede presentar anemia, fatiga y en casos mayores cáncer de riñón; con el mercurio problemas respiratorios, autismo y depresión; el cobre puede causar problemas en riñones, intestinos y daños en el hígado; el arsénico bronquitis, problemas en la vejiga y cáncer de esófago; mientras que al cadmio se le identifica con infertilidad y cáncer de próstata.

¿Dónde se encuentran?
Encinas Soto indicó que el alimento más común donde se pueden encontrar metales pesados es en pescados y mariscos, pero eso no quiere decir que sean los únicos, ya que en cosecha de alimentos puede haber terrenos de siembra contaminados.

“Es material articulado y puede causar enfermedades respiratorias; también en el aire que respiramos, si hay corrientes de viento muy fuerte en sitios donde sabemos que hay metales. Las partículas más finas son las que pueden causar peligros más grandes a la salud, porque ocasionan las enfermedades más severas, las más crónicas, tipo cáncer", señaló.

La académica ha colaborado en el equipo del laboratorio de absorción atómica, en proyectos como el del derrame del Río Sonora, en toma de muestras de aire en la Minera Buena vista del Cobre y en trabajos de suelos contaminados para ver que tanto se daba la resolución de metales.