La maestra Eva Irma Véjar fue un pilar de la enseñanza: académicos de Ciencias químico Biológicas

12 de septiembre de 2018


Jesús alberto Rubio

Como un pilar de la docencia, y en especial de la bioquímica, calificaron profesores del Departamento de Ciencias Químico Biológicas a la maestra Eva Irma Véjar Rivera, quien falleció el martes en esta ciudad, y a quien este día la Universidad de Sonora le rindió una guardia de honor y homenaje póstumo en reconocimiento a su notable trayectoria en la docencia y la investigación.

El exrector Pedro Ortega Romero expresó que ha sido un motivo de orgullo y una enorme satisfacción haberla tenido como maestra, al igual que a su esposo Jesús Rubén Garcilaso Pérez, con quien se convirtió, dijo, en un pilar de la docencia en la antigua Escuela de Ciencias Químicas, hoy Departamento.

“Es una gran pérdida física para la institución, pero lo positivo es que dejó a sus alumnos una enorme satisfacción de haberla tenido como maestra en el aula y laboratorios, siempre atendiéndolos con profundo esmero y dedicación”, expresó.

Por su parte, la académica Esther Orozco García dijo que Eva Irma Véjar se distinguió por su responsabilidad en su cátedra, y que fue una experiencia maravillosa haberla tenido como docente.

María Engracia Arce Corrales también afirmó que “fue una persona muy entregada a su trabajo y siempre accesible cuando la necesitábamos en cuestiones de bioquímica, que era su pasión, teniendo en todo momento la respuesta adecuada en esa disciplina. Fue también una persona y maestra por demás excelente”.

Héctor Manuel Escárcega Urquijo, a su vez, expresó que la maestra Véjar fue toda una institución en el Departamento y la Universidad, ya que en sus más de 40 años de servicio docente recibieron de ella enseñanzas muy enriquecedoras por su esmerada dedicación, compartiendo mucho conocimiento. “Fue también una persona sociable, amable y muy productiva, y ahí quedan sus autorías y libros de bioquímica”.

Reyna Isabel Sánchez Maríñez dijo que la maestra Véjar fue muy querida y reconocida por sus alumnos, a quienes siempre apoyo en sus necesidades académicas como tutora. “Esa era una parte de su labor, por lo que sus exalumnos siempre la recuerdan”.

Rosa Estela Fraga Serrano también destacó que “fue una maestra plenamente dedicada en su actividad como docente, ya que siempre preparaba sus clases de manera cumplida y responsable. Fue siempre un modelo ejemplar a seguir en nuestra Universidad”.

Por su parte, María Magdalena González Agramón señaló que la maestra Véjar entregó su vida docente en cuerpo y alma, siendo en ese sentido algo fascinante. “Siempre la recuerdo por sus maravillosas clases y orientaciones, además de ser muy celosa del cuidado de su trabajo y atender las necesidades de sus alumnos. Sin duda, un pilar en la rama de la bioquímica”.

Finalmente, Gerardo Trinidad Paredes Quijada expresó que Eva Irma Véjar fue una maestra entregada a la Universidad y a su trabajo cotidiano, haciendo de la bioquímica un arte, de ahí que la formación que dieron era profunda en conocimientos, además de ser un ejemplo personal de vida y profesionalismo en el aula, trascendiendo como guía y modelos a seguir.

En la ceremonia luctuosa, sobre el jardín del propio Departamento ubicado en el Edificio 5-A, la profesora Rosa Estela Lerma Maldonado, presidenta de la Academia de Química y Bioquímica, dio lectura a la semblanza de la maestra fallecida, y acto seguido, su exalumno Genaro Ignacio López Orduño, así como sus hijos Luis Rubén y José Alberto Garcilaso Véjar, expresaron gratos recuerdos de ella y su padre, agradeciendo además el homenaje rendido en su memoria.

Enrique Bolado Martínez, jefe del Departamento, también pronunció un mensaje, elevando el recuerdo y las enseñanzas de la maestra Véjar Rivera, para dar paso a la entonación del Himno Universitario entre todos los presentes y con ello concluir el acto luctuoso.