Se debe reconocer a los fariseos como actos religiosos y no de carnaval: investigador

28 de marzo de 2024


Elías Quijada

Con una invitación a reconocer las actividades de los “fariseos”, que realizan la comunidad Yaqui en Hermosillo, como actos religiosos católicos y no como un carnaval que en ocasiones suele ser visto por los visitantes durante los días de Semana Santa, fue la realizada por Tonatiuh Castro Silva.

El investigador de la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas de la Secretaría de Cultura del gobierno federal, dijo que es importante abrir una postura al reconocimiento de la diversidad, pues recordó que el área de habitación de la comunidad indígena históricamente en la ciudad capital se limita desde la franja de la colonia La Matanza hacia El Coloso, sus sitios ceremoniales se encuentran ahí, pero existen colonias habitacionales mestizas no indígenas que también convergen.

Explicó que los grupos ceremoniales en el caso de Hermosillo y Santa Rosalía, comunidades yaquis fuera de su territorio original, han sufrido unos cambios en la evocación a como se oficializa en el sur de Sonora, pero no implica una tergiversación de los elementos específicos de la ceremonia, al contrario, hay aspectos que se han preservado y ensalzado fuera de su entidad original.


Variaciones
En el caso de Santa Rosalía y Hermosillo hay algunos aspectos que se pueden considerar con un mayor apego a la tradición y más puristas en relación con los actos que se efectúan en los pueblos del rio yaqui; específicamente en Baja California el suceso de la muerte del venado sí tiene lugar cada año, pero no es visible en la comunidad yaqui del sur de Sonora de manera frecuente.

En Hermosillo, el uso de la cobija por los fariseos como una prenda que cubre el cuerpo, mientras que comunidades del rio yaqui predomina la gabardina, aspecto militar más apegado a la caracterización del soldado romano, reveló.

Otra variación es el mestizaje de quienes conforman los grupos ceremoniales, en la ciudad de sol la mayor parte de los integrantes no son descendientes de los yaquis, mientras que en Santa Rosalía son de la línea sucesora, pero de una manera honesta y trasparente y se reconocen como un sector yaqui-mestizo.

En otro contexto se sugiere un relajamiento de la tradición que se pueden identificar puntualmente en cuanto a las normas que estaban implícitas en el terreno ceremonial como no comer carne, no tomar leche, no fumar tabaco, no utilizar utensilios para comer, no acercarse a las mujeres, incluyendo a esposas, residir en el terreno ceremonial durante la Cuaresma y Semana Santa y no bañarse.

“Otra modificación entre el pueblo yaqui de Hermosillo, es la modificación de la máscara tradicional, es común ver personajes mediáticos, pero en ese caso, hay transformación ya no aparece la máscara tradicional que es el orejón con flores por un motivo simbólico, pero siguen cumpliendo con otros roles tradicionales”.

“En el caso del pueblo yoreme mayo se tiene una transformación en fariseos travestidos que tenían como representación de una novia, en la actualidad un sector de los fariseos se caracteriza de una forma que rompe la norma del ritual donde hay un ajuar muy definido”, detalló.

Castro Silva recordó que el sector mundial del catolicismo en el período de Cuaresma y Semana Santa hace una evocación de la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesús; en el caso del noroeste de México la conmemoración fue inculcada por los misioneros jesuitas quienes consideraron al teatro comunitario como una estrategia de evangelización.

Abundó que más allá de los actos litúrgicos por la iglesia católica, los eventos de Cuaresma y Semana Santa han trascendido hacia el exterior y no solo en los sitios oficiales y ejemplificó eventos organizados en el país de Filipinas, en la delegación de Iztapalapa y en las comunidades yaquis o mayos en el estado de Sonora.