Expone Miguel Castellanos una historiografía personal del devenir de la alma mater

11 de octubre de 2018


Aleyda Gutiérrez Guerrero

Un esbozo de la historia de la Universidad de Sonora hizo el académico Miguel Castellanos Moreno en la conferencia Pequeña en su origen, grande en su destino, que presentó en la Galería del Archivo Histórico, en el marco del programa de festejos del 76 aniversario de la alma mater.

El licenciado en Historia y maestro en Filosofía Política, es desde hace 35 años académico del Departamento de Sociología y Administración Pública, y escribió cuatro libros que dan cuenta del devenir histórico de la máxima casa de estudios del estado.

Aclaró que más que de una cuestión histórica, hablaría de lo que él considera una historiografía personal de la historia de la Universidad de Sonora, porque es a través de su propia interpretación. “Todo el que expone algo siempre escoge el material con el que quiere explicarlo; en ese sentido, toda la historia es desde el punto de vista del autor”, indicó.

Para iniciar la charla habló del primer libro que escribió, titulado Análisis del desarrollo de la Universidad de Sonora (1938-1984), publicado en 1984, en el que incluyó un marco histórico nacional y regional, la fundación de la Universidad, los modelos positivistas, el proyecto socialista, el marco jurídico y político, así como el desarrollo del modelo de universidad práctica, técnica y liberal, entre otros aspectos.

“Yo denominé Historia de la Universidad de Sonora a esta serie de cuatro libros que iniciamos en un momento en que la Universidad estaba teniendo cambios, a eso se refiere esta pequeña revista en momentos en que el Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora (Staus) acababa de ganar la titularidad del contrato colectivo en 1984 y tenía una serie de propuestas, entre ellas la formación del personal académico, que se concretó al siguiente año, tras una huelga de 21 días”, dijo.

Más adelante, en febrero de 1991, publicó el libro Historia de la Universidad de Sonora, el cual habla del periodo de 1938 a 1953, y mencionó que es una edición personal, con un tiraje muy corto, de 300 ejemplares, que costeó por su cuenta y que posteriormente, cuando se agotó la edición, el director de la Librería Universitaria se comprometió a reeditarlo y hubo otros 200 ejemplares y está actualmente a la venta en la Librería Unison.

“Se refleja esa universidad pequeña, porque apenas tenía unos cuantos estudiantes universitarios, además de la secundaria, la preparatoria y la Escuela Normal del Estado, que habían puesto aquí para darle cuerpo. Más o menos de esa manera precaria trascurrieron once años y fueron apareciendo escuelas como Enfermería, Farmacia, que luego se transformó en Ciencias Químicas, e Ingeniería Civil”, contó.

Habló además de algunas leyes que rigieron a la Universidad y de un escrito que publicó en 1991, cuando el candidato Beltrones anunció que iba a modificar la Ley Orgánica de la Unison, que denominó Así se forjó la Ley 103, y era un intento de anunciar cómo se iba a aprobar la nueva Ley 4.

El tomo II (1953 a 1967), habla de la Ley 39, y que fue una época que rindió frutos porque se fundaron diversas escuelas, como Derecho, y otras se modificaron, así como el tránsito de los rectores de ese periodo, mencionó Castellanos Moreno.

“Este trabajo lo termino en 1967 porque hay elecciones estatales y hay un gran conflicto, la Universidad se pone en huelga desde el 29 de marzo de 1967 hasta el 2 de septiembre del mismo año, interviene el Ejército y finalmente se le entregan las instalaciones a las autoridades de la Unison”, señaló.

El tomo III de la Historia de la Universidad de Sonora, denominado Una época de crisis, lo publicó en marzo de 2007, y dijo que abarca el periodo de 1967 hasta el final de la rectoría de Alfonso Castellanos Idiáquez, una época donde la alma mater vive una crisis por las incursiones de grupos universitarios y de afuera también.

“Dos grupos se diputan el poder político de la Universidad, uno denominado Movimiento de Integración Cristiana (MIC), que los estudiantes aquí en la Universidad le terminaron el nombre y le pusieron Micos, y otro grupo de activistas que se autodenominaban Progresitas, y que escenificaron combates por muchos años.

“Fue una época de poco desarrollo académico, pero sí hubo alguno muy significativo porque en esos años empieza el gobierno federal a apoyar la investigación científica en la Universidad de Sonora”, mencionó.

Pero previo a este tomo III, en 2006, publicó el trabajo Historia de la Universidad de Sonora. El Staus y el desarrollo académico, porque considera que este sindicato fue crucial para que la Unison impulsara la formación del personal académico.

Con esta serie de libros concluyó su interpretación personal de lo que ha sido la historia de la Unison, considera que quedan cosas pendientes por escribir, pero señaló que ya no será tarea suya.

“Quienes estén interesados en continuar tendrán que escribir la era del neoliberalismo, porque la Universidad está inmersa en estas prácticas de excelencia, el Sistema Nacional de Investigadores, de doctorar a la gente, de internacionalización.

“Creo que viene un cambio de enfoque del gobierno que va a tomar posesión el 1 de diciembre, que está hablando que las universidades deben dar una gran importancia a la docencia y de incluir más jóvenes en las instituciones educativas”, apuntó.

Tras hablar de la importancia de la cultura en las instituciones de educación superior y de que es relevante formar en éstas no sólo a técnicos sino también a seres humanos, concluyó con la idea de que lo más importante es la historia que se escriba en los hechos no en los papeles.