15 de agosto de 2025

Docentes del Departamento de Investigación y Posgrado en Alimentos (DIPA) de la Universidad de Sonora desarrollan estudios sobre las llamadas bebidas funcionales con el propósito de determinar su contenido saludable y respaldar su consumo con evidencia científica.
Ramón Francisco Dórame Miranda, académico del DIPA, hizo hincapié en la importancia del estudio debido a que este segmento del mercado de alimentos ha crecido de manera constante los últimos años.
Señaló que, por lo general, este tipo de bebidas promocionan efectos hidratantes y el contenido de compuestos bioactivos capaces de aportar beneficios específicos a la salud como propiedades antioxidantes, antihipertensivas o, incluso, antidiabéticas, entre otras.
En entrevista durante la reciente emisión del programa “Alimentación, problema de nuestro tiempo” que conduce el también investigador y docente, Francisco Javier Parra Vergara, y se transmite por el 107.5 FM de Radio Universidad, el profesor investigador del DIPA explicó que han identificado y analizado moléculas benéficas para la salud.
Entre los hallazgos que han encontrado, mencionó moléculas de cafeína, ácido cafeico o ácido clorogénico, presentes en bebidas como el café que pueden tener efectos positivos para la salud, dependiendo si es una dosis adecuada, ya que un exceso, puede provocar efectos contrarios.
Dórame Miranda añadió que, a pesar del crecimiento de estos productos en el mercado, México no tiene una regulación específica para este tipo de bebidas funcionales y su producción y comercialización se rige solamente por normas generales relacionadas con etiquetado, denominaciones y buenas prácticas.
Mencionó que en regiones como la Unión Europea, este tipo de bebidas se venden luego de demostrar su efectividad mediante estudios de laboratorio y ensayos clínicos.
Desarrollo de tecnologías emergentes
El investigador dijo que el trabajo de los integrantes del DIPA es desarrollar tecnologías emergentes para concentrar compuestos bioactivos, pero, esencialmente, evaluar sus efectos en la salud con miras a ofrecer productos que cumplan con los estándares internacionales y que brinden beneficios reales a la población.
De esta forma, advirtió que estos productos no son medicamentos y menos son productos ‘milagro’ pues no sustituyen un tratamiento médico ni corrigen daños ya existentes en el organismo.
“La salud se construye con una buena alimentación, actividad física y el consumo moderado de alimentos y bebidas cuyo beneficio está científicamente comprobado”, estableció.