Investigan grano con defecto ideal para cerveza artesanal

3 de agosto de 2023


Paula Trespalacios Argain

En el Departamento en Investigación y Posgrado en Alimentación, DIPA, en el Laboratorio de Bebidas, se tienen diferentes líneas de investigación de cerveza, una de ellas es la de Cindy Verónica Padilla Torres, quien trabaja en tecnologías en la producción de maltas para la elaboración de cervezas tradicionales, sobre lo que habló en el programa radiofónico “Alimentación, problema de nuestro tiempo”.

La estudiante del Instituto Tecnológico de Sonora realiza su doctorado en coordinación con el DIPA y estuvo con José Luis Cárdenas, conductor del programa radial, para hablar de la posibilidad de utilizar la semilla del trigo con el llamado defecto de panza blanca, para ser aprovechado en la producción de cerveza y crear una malta mexicana.

“Se trabaja con trigo que al momento puede presentar el desorden conocido como panza blanca, lo que es ideal para la producción de maltas cerveceras, el cual la industria panadera y pastelera la rechazan y se van los granos a desperdicio, por lo que es defecto para la industria panadera y pastelera pero para la industria cervecera es de beneficio y se busca promover la industria de maltas mexicanas”, explicó.

Comentó que esto es un plus en darle divulgación y promover el crecimiento al desarrollo de las maltas mexicanas.

Aporta nutrientes

La malta aporta sabor y aroma a la cerveza, son los cereales con los que se produce los que en conjunto con el lúpulo, agua y levadura dan los atributos sensoriales a la bebida, la cual Padilla Torres invitó a disfrutar.

“Sonora ha sido de los estados que ha crecido mucho la producción de cerveza artesanal, no solo es tomar por tomar, también es catarlo, todo con medida, porque la cerveza también nos da los nutrientes. Se recomienda comenzar por lo más bajo, hacer una cata de las diferentes cervezas, usar vaso transparente, cristalino para poder observarla, ver su color oscuro, claro, ámbar; apreciar la espuma; después olerla para preparar a nuestro cerebro y paladar de qué es lo que vamos a servir; probarla e identificar sabores”, recomendó.