Decreto provoca en comunidad seri pérdida de sacralidad por el agua: investigador

30 de abril de 2024


Beatriz Espinoza

Sobre el vínculo que hay entre los nuevos seris y las llamadas luchas contemporáneas por el agua en Punta Chueca versó la ponencia que expuso el investigador Carlo Fabián Rubio Mejía en su participación del XLIX Simposio de Antropología e Historia, en su versión internacional.

En la temática de Memorias e identidades. Diálogos entre la Historia y la Antropología, Rubio Mejía expuso, en su tema de “Identidades líquidas, los cmique, cma quih (gente nueva) Seri y su vínculo con las luchas por el agua en Punta Chueca, Sonora, 1990-2023”, que la nueva generación de seris ha perdido la sacralidad por el agua.

Precisó que, desde el decreto de 1970, que les asignan el territorio mencionado, los seris fueron perdiendo el sentido y la acción de buscar por sí mismos el agua, ya que la autoridad comienza a dotarles agua potable en pipas y los ancianos de la etnia comienzan a morir llevándose consigo los conocimientos de esa venerabilidad por el agua.

“Tuvimos que retomar el estudio a partir de 1970, que es cuando se les da por decreto el territorio de Punta Chueca y el Desemboque y señalamos que esta gente nueva, que surge a partir del decreto, tiene una clara pérdida de la sacralidad por el agua porque la gente anciana empieza a morir, la que tenía un conocimiento muy fuerte sobre la importancia de buscar y no la transmiten a las nuevas generaciones”, señaló.


Cambiaron las costumbres de la etnia

Carlo Fabián Rubio Mejía, docente del Departamento de Historia y Antropología de la Universidad de Sonora y con estancia postdoctoral en El Colegio de Sonora, dijo que ese decreto provocó cambios en las costumbres de la etnia, afectado por una nueva forma de abastecimiento del agua que ya no les permitió ir a buscar su fuente natural en hoyos de agua.

Los nuevos seris, reiteró, pierden una costumbre muy especial que los identificaba como grupo al desplazarlos a este nuevo territorio nuevo llamado Ejido y ese abastecimiento de agua por medio de pipas por parte del Instituto Nacional Indigenista (INI) que es el que se hace cargo.

Añadió que, a esta nueva forma de abastecerse de agua, los Seris comenzaron a formalizar nuevas luchas, nuevas peticiones a los gobiernos Estatal y Municipal hasta llegar otras formas de control y de decisiones de las autoridades por los seris como fue la primera desaladora en 2003, otra en 2008 y una más en 2014.

“Sin embargo, estas desaladoras no cumplen con las expectativas de ellos, las tradiciones ancestrales y continúan la lucha por el agua, situación que caracteriza a los nuevos seris, a la gente nueva”, apuntó.

De tal forma, que consideró en su estudio que las últimas dos generaciones están buscando nuevas formas para reinterpretar su cultura, la que tenían antes de 1970, buscando reencontrarse con su pasado remoto que antes fortalecían, precisamente, con el vínculo que tenían con el territorio y la fauna.

“Tienen una nueva cultura seri, se ha modificado forzosamente esa identidad buscando igualmente la reinterpretación de lo que ya no tienen como una especie de autocontrol”, consideró y dijo que están como encerrados en el Ejido de El Desemboque por parte de las autoridades civiles.

Agregó que su investigación continúa como el sujeto de estudio que son los Seris para conocer más ampliamente sobre esto de la gente nueva y las nuevas luchas por el agua.