Debemos terminar con todas las formas malas de nutrición: De-Regil

26 de abril de 2024


Beatriz Espinoza

Para reducir los efectos de una mala alimentación en el mundo, que derivan en enfermedades crónico degenerativas, debemos terminar con todas las formas de mala nutrición, aseguró Luz María De-Regil.

La directora de la Unidad de Acciones Multisectoriales en Sistemas Alimentarios para la Organización Mundial de la Salud, con sede en Ginebra Suiza, compartió sus conocimientos, información y experiencias con los participantes del II Congreso Internacional de Investigación Interdisciplinaria en Ciencias Biológicas y de la Salud, que organiza la Universidad de Sonora, a través del Departamento de Ciencias Químico Biológicas.

“Sistemas Alimentarios y Salud: los estudiantes como agentes de cambio” fue el título de la conferencia sustentada vía remota este viernes, en la que dijo que hay muchas opciones, respaldadas por los avances tecnológicos, que se pueden aplicar en ambientes donde se compra o consumen alimentos que pueden incidir en los jóvenes para cambiar las malas prácticas alimentarias.

“Debemos cambiar el ambiente alimentario para fortalecer opciones más saludables”, enfatizó luego de compartir su experiencia en el Mundial de Futbol de Quatar en donde se realizaron cambios importantísimos en el esquema del servicio alimentario de los estadios para incidir a que la población, en su mayoría jóvenes, consumieran primeramente alimentos sanos y realmente nutritivos.

Entre otros detalles, De-Regil comentó que hubo muchas dificultades para convencer a los proveedores de alimentos de los estadios y luchar, por así decirlo, contra los anuncios de marcas importantes de alimentos que tienen mucho peso en la organización de esos eventos por la publicidad y los ingresos que representan para estas actividades.

El cambio de los ambientes alimentarios, como las cafeterías, son la primera opción, especificó, y aunque habló de eventos deportivos, dijo que éstos pueden considerarse desde distintas escalas, pues, el trabajo en todos los ambientes, prácticamente se pueden cambiar desde la forma en que se oferta la comida.

Señaló que lo importante, incluso desde la producción de alimentos, es comprobar que en verdad los productos cumplen con los objetivos en términos de informar, de limitar la compra y, en el mediano plazo, el consumo de energía y de la limitación de ingredientes poco saludables.

Un problema que se agrava

De-Regil comentó que la inseguridad alimentaria es un problema que afecta a todos los países en el mundo y se agravó en muchos de estos después de la epidemia de Covid-19, pues no se han recuperado más de 700 millones de personas en el mundo de la hambruna, situación no vista desde los años 2016-107, aproximadamente.

Señaló que, en el mundo, son muchas instancias interesadas en trabajar y contribuir a problema de la alimentación y más cuando ésta no cubre las condiciones de ser saludable y/o suficiente como lo marcan los indicadores de los informes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) donde no se ven avances en los indicadores de presentan una ganancia importante de peso, de obesidad en los niños y adultos.

“Los sistemas alimentarios tienen que mejorar para hacer que las personas tengan accesos no solamente a alimentos que eran tradicionales, sino a mejores alimentos que sean mucho más saludables”, advirtió al señalar que la unidad que dirige tiene funcionando tres años como parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Luz María De-Regil recordó los objetivos adoptados por la Asamblea Mundial de la Salud en 2012 para terminar con todas las formas de mala nutrición que resultaron en que esta organización aprobara después prevenir la hipertensión, la obesidad y la diabetes a través de la reducción en el consumo del sodio.

Enfatizó, igualmente, que hace dos años, los países miembros de la Asamblea Mundial de la Salud, se comprometió a mejorar también la capacidad de los mismos para la inocuidad alimentaria promoviendo el liderazgo global y trabajando con el objetivo de que la salud debe ser el dentro de la producción y los sistemas alimentarios.

“Cuando se piensa por qué la OMS tiene una unidad en esta área es porque es importante que los alimentos sean un motivo de salud y no de enfermedad”, precisó al señalar que se identificaron cinco vías mediante las cuales los sistemas alimentarios enferman o dan salud y son la dieta, la relación que se tiene con patógenos de origen zoonótico, la resistencia antimicrobiana, los alimentos adulterados, contaminación y el sistema de producción y/o elaboración de los alimentos en donde trabajan millones de personas.

“Si solo abordamos las dietas, sólo abordamos una pequeña parte del problema, y si ignoramos la inocuidad alimentaria ignoramos la parte ambiental y el problema no se soluciona de manera holística y si pensamos en la dieta, claramente lo relacionamos con la obesidad o con la desnutrición, pero no con algunas enfermedades crónicas como el cáncer de hígado, por ejemplo, por el consumo de flatoxinas que relacionamos con la parte ambiental”, añadió.

Políticas públicas

La especialista en el área de la salud global y migración habló de las políticas públicas para hacer que las dietas sean más saludables e inocuas presentadas en 2021 por el Secretario General de la ONU para empezar a mejorar todos los sistemas alimentarios que ya se han puesto en marcha en muchos países con un efecto costo-efectivas para la prevención de enfermedades no transmisibles relacionadas con la dieta.

Dijo que todas estas políticas están encaminadas a la reformulación de los alimentos para que contengan menos sodio y azúcares y/o grasas no saludables imponiéndoles cargos extras y/o impuestos en su producción, señalando que en México se cobra un impuesto especial a las bebidas azucaradas.

Otra opción que han aplicado otros países ha sido los incentivos para la producción o compra de alimentos más saludables, además de la presentación y venta para alimentos más saludables, el etiquetado frontal con la claridad del contenido e ingredientes.

“Hoy puedo decir que más del 65% de la población mundial está cubierta con políticas para eliminar ácidos grasos”, añadió habiendo influenciado en la producción de alimentos y el punto de vista de los productores.

El mayor reto

De-Regil dijo que el mayor reto que tenemos en este momento está relacionado con sodio y azúcares pues la OMS estableció para el consumo algunos niveles límite de sodio buscando reducir el 30%, resultando hasta el momento que se consume dos veces más de lo necesario y es una de las principales causas de hipertensión y de mortalidad en las poblaciones.

Señaló que una de las áreas de las cuales la mayoría no quiere hablar está relacionada con la disminución en el consumo de azúcares que ha incrementado dramáticamente en el mundo y se ha convertido en una batalla difícil de pelear.

“Sin embargo, nos estamos enfocando en la eliminación de azúcares de los alimentos infantiles cuando se han hecho estudios de los alimentos en este mercado y se encuentra que tienen azúcares cuando no hay ninguna razón en términos de la industria alimentaria para agregar azúcares de manera temprana propiciando el gusto por este elemento, incluso se habla de su adicción”, apuntó.

De-Regil dijo que son alrededor de 130 países en el mundo que ya aplican medidas fiscales para los refrescos, pero han dejado fuera otras categorías de bebidas azucaradas dejando áreas de oportunidad para la innovación en el área de prevención y venta de productos alimenticios para niños y jóvenes.

La clave está en la promoción

La experta dijo que desafortunadamente la exposición de un alimento o un mensaje sobre alguno de estos, demuestran que la atracción y el gusto por los productos saturados de azúcares, grasas y sodio, los alimentos poco saludables, empiezan desde la promoción, la publicidad que va a todos los estratos de la sociedad y que captan principalmente los niños y los jóvenes desde muy temprana edad.

Abundó en que, por esta razón, el sistema alimentario debe cambiar, pues ha ido creciendo hasta este momento la mercadotecnia digital que aumentó dramáticamente con el periodo de la pandemia y que, aunque hay países que la pueden regular, el problema es que la información ya no tiene intermediarios y ya no hay que salir a la calle para ver un anuncio, llega al teléfono celular, a la computadora, donde todo mundo está conectado todo el tiempo y sin ninguna regulación.

Añadió que uno de los retos que hay ahora es el comercio internacional, un sistema alimentario tan globalizado que pueden generar confusión entre los consumidores, por lo que ahora, parte del nuevo reto e innovación es encontrar sistemas que puedan ser entendibles por muchos países para seguir facilitando el comercio internacional, independientemente del esquema que sea elegida.