Analizan los orígenes y esencia del deporte sonorense como parte de sus tradiciones

16 de abril de 2024


Beatriz Espinoza

Conocer los deportes a través de su historia también habla de la sociedad y su transición de lo tradicional a lo global, consideró el académico Enrique Rivera Guerrero al iniciar las actividades del tradicional Simposio de Historia y Antropología en su XLIX edición.

El evento, que tiene carácter internacional y como temática general “Memorias e identidades. Diálogos entre la Historia y la Antropología”, se realiza desde este lunes 15 y hasta el próximo viernes 19, en las instalaciones sede de la Sociedad Sonorense de Historia, antigua Casa Uruchurtu.

En este contexto, Rivera Guerrero abordó el tema de su investigación titulada “Rudo, fuerte y apasionado: memorias del beisbol romántico de la Liga del Río de Sonora” en donde dijo, compartió recuerdos de algunos protagonistas que vivieron la creación del conocido beisbol de la Liga del Río Sonora.

Señaló que fue muy importante preguntar a peloteros, aficionados y hasta los mismos empresarios de la región, sobre su participación e intervención en este deporte que, en la región del Río Sonora, tiene carácter de identidad y tradiciones pegadas al terruño y que en la actualidad están un poco más desarraigados y con sentido mercantil.

Un juego organizado

El académico e investigador de la Facultad Interdisciplinaria de Ciencias Sociales de la Universidad de Sonora dijo que su trabajo se ha realizado desde el Departamento de Psicología y Ciencias de la Comunicación con la ayuda del programa Delfín y la colaboración del estudiante Roberto Espinoza Martínez quien se integró desde Saltillo, Coahuila al proyecto.

“El beisbol se juega de manera organizada en las comunidades del Río Sonora desde hace más de 50 años y está integrada por equipos de Aconchi, Arizpe, Baviácora, Banámichi, Huépac, Rayón, San Felipe de Jesús y Ures”, señaló al indicar que la información se obtuvo de la memoria de los jugadores pioneros a través de sus hazañas.

“Esto ilustra procesos históricos que configuran las formas de practicar y vivir los deportes y, por lo tanto, a través de esos deportes, se conoce la evolución de la sociedad”, agregó al reiterar que su objetivo ha sido conocer las transformaciones y evoluciones de la práctica del beisbol a través de esta liga en específico.

Señaló que se entrevistó a Marco Antonio Morales, Roberto Ramírez, Juventino Quihui, Gildardo Morales, Benjamín Quihui y a Alberto García en sus respectivos domicilios en Hermosillo, Ures y Arizpe, guiados por Víctor de la Torre, comisionado de la Liga y cronista del municipio de San Felipe de Jesús.

Comentó también que las fuentes de información, además de ser sus memorias, los documentos que hubiera los tienen resguardados de manera personal, pues no hay un acervo público para consulta. “Los atesoran como archivos personales, pero fueron compartidos con mucha generosidad”.

Rivera Guerrero insistió en que hay una veta de información muy rica en este tema y a partir de la consulta que se realizó se ubico información de acuerdo a diversos tópicos como fueron el inicio del juego, por dónde llegó a la región, la construcción de los estadios, los emprendedores, los empresarios y la perspectiva de la comunicación, entre otros.

Explicó el porqué se le llama ‘beisbol romántico’ y esto es por la forma en que lo recuerda la gente y hablan con bastante nostalgia al recordar las jugadas del librito y que al parecer, han desaparecido en el beisbol contemporáneo que es más de volar la pelota y batear o pichar con más fuerza.

“Aquí era más de estrategia”, precisó al comentar que una fuente de 1964 dijo que era formidable y que se daba de forma entusiasta, además de que ese romanticismo también estaba en las dificultades de trasladarse de una sede a otra en cuanto a las inclemencias del tiempo y transportes incómodos.

“La Liga del Río tradicionalmente se juega los domingos a doble jornada: matutino el primero y el segundo juego vespertino; mientras tanto, los jugadores convivían, el equipo contrario se los llevaban a sus casas a comer y así, esa visita se pagaba a la siguiente semana. Eso es lo que algunos de ellos recuerdan con añoranza y con nostalgia”, enfatizó.

El docente e investigador del Departamento de Psicología y Ciencias de la Comunicación de esta casa de estudios dijo que todos recuerdan que los jugadores tenían entre los17 y 20 años y les servía de ejercicio y disciplina para el cuerpo y la mente.

Además, debían cumplir ciertas reglas que les brindaba un arraigo territorial que les causaba orgullo portar la camiseta, situación que ya no se percibe en la actualidad pues ahora ya llegan a la Liga del Río desde diferentes lugares jugadores que no tienen un arraigo ni identidad con las respectivas comunidades.

“Mi intervención no es un trabajo totalmente acabado”, señaló antes de concluir y destacar que también así, conociendo la práctica del deporte, se escribe y se conoce la historia de cada comunidad.

En esta primera mesa, participaron también Cristina Arvizu Carranza, procedente del estado de Jalisco; Vianey Valdés García, de la Universidad de Sonora; y Valeria Guadalupe Medina Flores, del programa de Movilidad Estudiantil, procedente del estado de Sinaloa.