Analizan en conferencia los temas de arte, identidad y cultura contemporánea

11 de abril de 2024


Beatriz Espinoza

“Arte, identidad y procesos culturales contemporáneos” llevó como título la primera conferencia del XXVI Encuentro Nacional de Estudiantes de Sociología que se realiza con la presencia de jóvenes de diversas regiones del país y que comenzó este miércoles, 10 de abril.

Igael González Sánchez, doctor por la Universidad de Guadalajara y licenciado en Sociología por la Universidad de Sonora, fue el encargado de abrir el programa del evento aportando sus experiencias vividas en sus trabajos de investigación en donde el arte, en sus diferentes demostraciones, es el tema central.

“Comencemos con este asunto del arte visto como un hecho social” expresó para dar inicio a su ponencia en donde habló de los artistas que tienen mucho éxito y que influyen a tal manera que generan nuevos estilos, nuevos patrones y nuevas expresiones, hasta los que tienen que verse desde el punto de vista de su originalidad.

“El artista que sale de un molde siempre va a tener más éxito y van a ser los que más pegan”, añadió luego de aclarar que estaría pensando en los artistas de corte comercial, de cultura popular y de arte masivo que siempre dejan ciertos elementos expresivos con los que nos identificamos.

Mencionó que algunos símbolos de éstos artistas son a veces las botas, el sombrero u otros elementos que agregan, como disfraces y que luego vemos a estos grandes artistas, a los exitosos, los que salen en las listas de Billboard, los que ganan Grammys, los que están en Spotify, nos borran un poco de la vista la función social del arte pero también el trabajo racional que hacen los artistas en otros niveles no tan visibles que son igualmente importantes y que son realmente los espacios donde el arte tiene esta función comprometida con el cambio social.

González Sánchez comentó que en sus estudios ha estado poniendo atención en los músicos que tocan con las bandas, aquellos que están un tanto invisibilizados por el éxito del cantante, y con aquellos que están en las plazas de las ciudades esperando a que pasen por ellos para irse a trabajar y con aquellos que reparten tarjetas para que les hablen y van y amenizan todo tipo de eventos sociales.

“Hay un fenómeno interesante que sale a la luz ahora que he estado trabajando en Tijuana, en la Plaza de Santa Cecilia con las bandas que están compuestas no sólo por gente de Sinaloa, sino de gente de todos los estados que, buscando trabajo, encuentran en la música de banda un lugar”, estableció.

Destacó que el fenómeno tiene que ver con la música que se hace al interior de las comunidades migrantes donde se reproduce la música de ellos, de su pueblo, de su tradición y se restringe al calendario festivo a la fiesta de la Virgen de Juquila, por ejemplo.

“Pero si quieren vivir de la música, pues hay que tocar el estilo comercial, el estilo sinaloense y entonces también hay que estar pendiente de las canciones de moda que están tocando el Natanael o el Karín, porque son las que la gente está pidiendo y tienen que tocar esas canciones para poder vivir del arte”, asentó,

Estableció que, si se considera que el objeto de la sociología es estudiar las relaciones sociales, entonces llama su atención las formas que se están estableciendo entre ellos para su protección social, el cuidado de los mismos músicos, de organización, aunque los sindicatos han caído un poco en desuso.

Dijo que, platicando con ellos, ha intentado encontrar nuevas formas de organizarse y han encontrado, como resultado de otras investigaciones, algunas opciones de agrupamientos como en Argentina donde se organizan como cooperativas musicales y tienen un sistema de seguridad social para ellos y sus padres.

“Es curioso, no sé si en todo, pero por lo menos en las investigaciones que encontré acá en México es un poco más en el sentido de asegurar a los hijos y creo que hay un avance importante ahora con el nuevo gobierno que permite la incorporación individual”, asentó al señalar que otro trabajo que desarrolla está relacionado con la gente que viene de Chiapas a Tijuana a trabajar y andan tocando en las calles tocando sus marimbas.

Lo curioso del instrumento es que la marimba siempre lo tocan dos o 3 personas y se requiere un equipo de trabajo para cargar la marimba, empezar a dar vuelta en los mercados, uno toca, otro va pidiendo dinero y en esto participan gentes del centro de México, del Sur y de Centroamérica, definitivamente.

“Pero de repente, acá en Tijuana sucede que es la novedad y creo que a los músicos les está yendo bien; es algo curioso, porque a diferencia de los músicos de bandas de viento que van a Tijuana, sabiendo que van a tocar con una banda o que tienen ya redes entre ellos mismos y se hablan”, comentó.

“Es muy enriquecedor conocer estos testimonios de gente que empezó en la calle y que al rato ya consiguió su carrito y que al rato ya andan con la marimba trabajando, y poco a poco van a empezar, ahora sí, a andar y amar a los primos, a mandar y amar a los conocidos, que se vengan también a tocar marimba”, consideró.

Casi de la nada arman su cadena productiva, su cadena de valor

El especialista consideró que lo antes descrito, ese fenómeno social se caracteriza básicamente por tres aspectos que son: el producto del trabajo humano que posee valor de cambio y valor de uso.

Asimismo, es un modo social de comunicación que viene de lo anterior y funciona como vehículo de transmisión de ideas, de sentimientos, de reflejos y de reacciones del hombre ante la realidad que los rodea y, además, es una expresión ideológica que transporta un contenido clasista.

“En ese sentido, el arte nuestro podemos vincularlo a las formas de desarrollo social, sobre todo a partir de estos objetos que nos producen goce, goce estético y el goce de apreciar, escuchar y sentir una obra”, argumentó.

Señaló que a partir de sus experiencias se observa una resistencia por parte de los artistas en los espacios locales, y el sociólogo tiene que agregar el grado de racionalidad de las sociedades elevando el grado de conciencia y nos lleven a una homogenización social a que todos vamos a ser iguales.

Señaló que estos procesos culturales, supuestamente nos llevan a una homogenización social, pero pareciera que, por el contrario, las políticas de identidad y las de marketing nos dirigen a una pluralidad.

“El detalles es que esta pluralidad que devenga en una colosal maquinaria de la diversidad, una diversidad alienada son identidades comprometidas y es donde los sociólogos entran en juego”, aseguró y dijo que los sociólogos se identifican con sus objetos de estudio, logrando ser, incluso, sus propios objetos de estudios y, por lo mismo, son sujetos de cambio.