Habla Cynthia Radding de la importancia de los títulos de propiedad a través de la historia

3 de septiembre de 2018


Beatriz Espinoza

“Ver correr las cuerdas: El territorio Yoreme y la mensura del monte en el Noroeste Novohispano” es el título de la conferencia que presentó Cynthia Radding, investigadora del Centro INAH Sonora, al arrancar las actividades del XIII Seminario de Historia Económica del Norte de México.

En éste tema, Cynthia Redding detalló los porqués de la existencia de los títulos de propiedad, luego de haber realizado un análisis, interpretación y consulta de las diversas fuentes de información primarias de la región.

Ante alumnos y docentes, así como invitados especiales en el auditorio del Departamento de Economía de esta casa de estudios, la investigadora habló también de los procedimientos utilizados para recopilar información que sienta las bases para nuevas y más amplias investigaciones a futuro.

“Quiero compartir con ustedes parte de un trabajo que vengo realizando de varios años y es parte de un libro que estoy tratando de terminar sobre los montes abundantes y los pueblos indígenas con el concepto de comunidad, cuestionando el concepto del desierto, que no es algo muerto, no es algo áspero, sino que es una fuente de vida abundante”, expresó.

Comentó que actualmente desarrolla la parte de cómo interpretar los títulos de tierras; lo que en los archivos se llaman archivos inmobiliarios. “La primera vez que un pedazo, grande o chico, de terreno se titula, se hace propiedad privada, bajo las instrucciones legales”.

Explicó cómo es que estos documentos creados para un fin legal, un fin jurídico, nos pueden dar información con la cual pensar de nuevo en el medio ambiente y pensar también en las comunidades indígenas y en la sociedad –sonorense- que iba formándose basándose en la identidad de estas tierras.

“Las tierras que son objeto de títulos y algunos escritos, de las que les voy a contar, no son mayormente tierras de cultivo, no son tierras en las planicies de inundación de los ríos, sino que son tierras que forman parte de lo que se llama agostadero o el monte.

“Tenían valor económico para los vecinos hispanos, mayormente que eran tierra para donde se podía llevar el ganado, y tenían valor también para los indígenas, porque eran en su aspecto material, eran recursos muy importantes de cacería, de reproducción y también de valores de propiedad”, explicó.

En su estudio distingue la individualización y la privatización de la propiedad desarrollando el estudio en casos del noroeste de México entre los siglos XVIII y XIX. “La producción del espacio observado se basa en el desarrollo de los pueblos originarios y su desenvolvimiento en la sociedad colonial”, mencionó.

Comentó que la herramienta que utilizaron en el área histórica ha sido el de la lectura detenida y crítica de los documentos consultados, como los títulos primordiales y las composiciones de las tierras.

“Las notificaciones notariales para todo tipo de transacciones regulaban la división y la transmisión de la propiedad, así como la contabilidad comercial y lo que podemos llamar la administración espiritual, consideradas en esta última categoría se estudian los informes documentales esparcidos en las partes de los jesuitas y de otras órdenes religiosas, en la correspondencia de las misiones entre sí y sus superiores. En conjunto, constituyen un fondo amplio del conocimiento”, aseguró.

Y añadió que en la búsqueda de respuestas para el análisis fue preciso distinguir histórica y geográficamente los conceptos del espacio, territorio y otros, así como interpretar los motivos expuestos en los diversos documentos.

Cynthia Radding

Cynthia Radding egresó del Smith College en 1968 y cursó su maestría en la Universidad de California en Berkeley, California, en el año de 1970, y el doctorado, en 1990, en la Universidad de California, en San Diego, California, Estados Unidos.

Se incorporó al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en 1974, cuando era el Centro Regional del Noroeste, donde permaneció hasta 1990 desempeñando las funciones de investigadora y directora de la misma institución.

Desarrolló relevantes proyectos de investigación y, de manera institucional, coordinó los trabajos para la creación del Museo de Sonora en la antigua penitenciaría del estado, donde actualmente se albergan las instalaciones del INAH Sonora y se encuentra cerrado al público por remodelación.

Durante ese tiempo también coordinó la participación del INAH en la realización de los dos primeros tomos de la Historia Regional de Sonora, y durante su tarea como investigadora ha participado y escrito una gran cantidad de libros, artículos y ponencias, entre muchas otras actividades.