20 de octubre de 2025
Por Haydeé GaxiolaEn el estado de Sonora existe una gran variedad de especies de arañas; sin embargo, las del género Loxosceles spp., conocidas comúnmente como “arañas del rincón”, “pardas” o “violinistas”, son consideradas de importancia médica por el riesgo que representan para la salud humana. Así lo explicó Edgar Alfonso Paredes González, académico e investigador de la Universidad de Sonora, campus Caborca.
El especialista, encargado del Laboratorio de Parasitología del Departamento de Ciencias Químico Biológicas y Agropecuarias, ha dedicado varios años al estudio de estos arácnidos y de otros animales endémicos de la región, en particular insectos transmisores de la enfermedad de Chagas. Detalló que la araña violinista es, por lo general, de color café y su tamaño corporal varía entre 0.7 y 12 milímetros, sin incluir las patas, las cuales pueden alcanzar una extensión total de entre 2.5 y 3 centímetros en su etapa adulta. Su veneno la convierte en una especie potencialmente peligrosa para los humanos.
En un estudio continuo sobre arácnidos, desarrollado en colaboración con Idalia Paredes Sotelo, alumna del Doctorado en Ciencias Químico Biológicas y de la Salud, campus Hermosillo, los investigadores explican que esta especie es sedentaria y nocturna, y prefiere lugares secos, oscuros y con poco movimiento. En su hábitat natural habita debajo de piedras o entre cortezas de árboles y madera, pero se adapta con facilidad a entornos humanos, por lo que se considera una especie sinantrópica, es decir, que convive con las personas en sus espacios cotidianos.
Asimismo, puede encontrarse tanto en zonas rurales como urbanas. En el medio rural habita en potreros, represos y bardas, mientras que dentro de las viviendas se oculta en sitios poco frecuentados como roperos, armarios, cajones, cuadros, esquinas de cama o ropa y calzado guardados. En áreas urbanas se le encuentra en patios o entre materiales acumulados como madera, cartón o prendas almacenadas.
Paredes González destacó que esta especie es muy resistente, ya que puede sobrevivir meses sin alimento ni agua y tolerar temperaturas que van de los 4.5 a los 43.5 grados centígrados. La mayoría de los accidentes por mordedura ocurren en verano, cuando las arañas se desplazan en busca de refugio o pareja.
En zonas desérticas, como las de Sonora, habitan naturalmente junto a plantas como el nopal, la choya, la pitaya y el sahuaro. En estos lugares suelen esconderse bajo material vegetal seco o en madrigueras de animales, donde dejan restos de presas disecadas, como grillos, moscas o palomillas, atrapadas en su característica telaraña algodonosa.
Por ello, el académico advirtió que no se debe bajar la guardia ante su presencia, pues aunque las temperaturas bajen durante el invierno, las arañas violinistas permanecen activas en los lugares donde acostumbran refugiarse, lo que puede ocasionar mordeduras con graves consecuencias para la salud.
Sobre el envenenamiento
El investigador explicó que la araña violinista no es una especie agresiva, pero puede morder accidentalmente a las personas cuando es presionada contra la piel, por ejemplo, al ponerse la ropa o al dormir. Aun en pequeñas cantidades, su veneno es altamente tóxico y capaz de destruir piel y tejidos, motivo por el cual se le considera de importancia médica.
El envenenamiento, conocido como loxoscelismo, puede presentarse en dos formas: cutánea y sistémica. La forma cutánea, que representa entre el 84 y el 97 por ciento de los casos, se caracteriza por la dermonecrosis, es decir, la muerte de células en la piel, y por la destrucción de glóbulos rojos o actividad hemolítica.
El loxoscelismo sistémico es menos frecuente, pero mucho más grave, ya que además de la necrosis local puede provocar hemólisis, alteraciones metabólicas y daño a órganos vitales. Los síntomas suelen aparecer entre 24 y 48 horas después de la mordedura y, en casos muy severos, pueden causar la muerte en un lapso de 12 a 30 horas.
Composición del veneno y tratamiento
Paredes González indicó que el veneno de esta araña no es una sustancia simple, sino una mezcla compleja de proteínas, entre las que destaca la esfingomielinasa D, principal responsable de la necrosis y la destrucción de los tejidos. En la naturaleza, esta toxina tiene la función de inmovilizar a sus presas, principalmente insectos, pero en el cuerpo humano resulta altamente tóxica y puede causar lesiones graves en la piel y en los órganos.
El tratamiento específico es el antiveneno Reclusmyn, elaborado a partir del plasma de caballo inmunizado con toxinas de tres especies de arañas violinistas: Loxosceles reclusa, L. boneti y L. laeta. Este suero contiene fragmentos de anticuerpos capaces de neutralizar los componentes tóxicos del veneno.
Sin embargo, su producción es limitada debido tanto a la distribución geográfica de la araña como a la baja incidencia de mordeduras graves. Actualmente, el antiveneno se encuentra disponible en Brasil, México y Perú.
El académico subrayó que, debido a la gravedad de las reacciones tóxicas y a la falta de información en algunos sectores del sistema de salud, es necesario fortalecer las estrategias terapéuticas y preventivas, además de fomentar el reconocimiento del arácnido y la concientización en la población.
Algunas recomendaciones
Entre las principales medidas preventivas, el investigador sugirió mantener patios y áreas de trabajo limpios y libres de basura, madera, cartón o plásticos acumulados. Recomendó también evitar la acumulación de objetos en interiores, especialmente en lugares oscuros o poco frecuentados, y realizar limpieza periódica debajo de camas, muebles y detrás de cuadros u objetos decorativos.
Asimismo, aconsejó sacudir la ropa, las toallas, las cobijas y el calzado antes de usarlos, fumigar periódicamente con insecticidas a base de piretroides y consultar información en fuentes oficiales, evitando recurrir únicamente a redes sociales, donde con frecuencia circulan datos imprecisos.
Cómo actuar
En caso de sospecha de una mordedura de araña violinista, el académico enfatizó la importancia de acudir de inmediato al centro de salud más cercano, evitando entrar en pánico. Explicó que, en México, y particularmente en el estado de Sonora, existe tratamiento eficaz para detener los efectos del envenenamiento, siempre que se actúe con prontitud.
Si es posible, recomendó capturar a la araña con precaución o tomarle una fotografía, incluso si el ejemplar se encuentra muerto o aplastado, ya que esto puede ayudar al personal médico o especialista a identificar la especie y brindar el tratamiento más adecuado.
Paredes González subrayó finalmente la necesidad de fortalecer la educación sanitaria y ambiental en las comunidades, promover la limpieza y el orden en los espacios domésticos y de trabajo, y mantener una actitud de prevención ante un organismo que, aunque discreto y poco agresivo, representa un riesgo real para la salud pública.




