Valores y empatía son clave para prevenir la violencia: Bañuelos Romero

09 de octubre de 2025


Beatriz Espinoza

Prevenir la violencia, es contribuir con una sociedad justa y digna para todos, además, es un derecho fundamental y no un privilegio, aseguró Alejandra Eugenia Bañuelos Romero.

La representante de la Red Sonora de Apoyo Psicosocial en Crisis A. C., habló a estudiantes universitarios sobre “La prevención de la violencia como un derecho fundamental, durante la jornada por la Salud Mental organizada por el Centro de Atención Telefónica de Intervención en Crisis (Catic) de la Universidad de Sonora.

El evento, también se desarrolla con la participación de especialistas en otras áreas, en el marco del Día Mundial de la Salud Mental que se conmemora cada día 10 de octubre.

En este contexto, la especialista charló con jóvenes de diferentes carreras reunidos en el auditorio Roberto Reynoso Dávila y reflexionó sobre la importancia de reconocer la salud mental y el bienestar como derechos humanos fundamentales y no como privilegios.

Advirtió que la violencia se puede prevenir trabajando desde los valores y, además, se aprende desde casa, por lo que resaltó la importancia de trabajar en el hogar y desde la infancia con educación y, sobre todo, con el ejemplo.

Bañuelos Romero hizo hincapié en que la violencia, en cualquiera de sus formas, vulnera directamente los derechos humanos y fundamentales afectando, principalmente, el equilibrio emocional de las personas.

Es por eso, advirtió, que el estado tiene la obligación de proteger los derechos fundamentales de los individuos con leyes justas, servicios de atención a víctimas, instituciones fortalecidas y programas de educación para la paz.

Dijo que será indispensable promover el respeto y la empatía hacia los demás, apoyando a víctimas, educar con el ejemplo desde el seno del hogar con la premisa de que “la paz empieza en casa, sigue en la escuela y llega a la comunidad, al entorno social”.

Es por eso, reiteró, que debemos tomar en cuenta lo que hacemos desde casa, pues los niños crecen viendo el ejemplo de los papás, y si viven viendo violencia, entonces, es muy probable que la repita o, peor aún, que la normalice en su vida de adulto.

“Los valores no se aprenden en la escuela ni en la religión, solo en casa mediante el respeto, la empatía y la comunicación; y la violencia se puede prevenir si trabajamos desde los valores, desde el ejemplo y si fortalecemos el tejido social con la participación de todos”, afirmó.