Andamios en Movimiento, mural emblemático de Unison
9 de mayo de 2025

En la esquina de la Calle de la Sabiduría y Avenida Sonora, justo frente a la Plaza del Estudiante, el paso del tiempo y la exposición al sol dañaron el mural Andamios en Movimiento, y hoy, al paso de 28 años, esta emblemática obra del campus Hermosillo ya ha sido restaurada.
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Carlos Sergio Ríos Villegas, docente de la Licenciatura en Artes Plásticas, junto con Renee Abril Enríquez Saavedra y Roberto Daniel Carretas Chávez, egresados del mismo programa, dedicaron 33 días a la restauración de esta pieza creada por el artista Alberto Morackis, en coordinación con el Taller de Experimentación Plástica de la Universidad de Sonora en 1997.
“Es una representación histórica muy significativa, realizada por jóvenes artistas, muy jóvenes en ese entonces, en 1997, al final del siglo y del milenio; es una representación dramática que refleja cómo percibían el mundo en ese momento”, comentó el académico.
Símbolo de la nueva humanidad
Explicó que el personaje central es una mujer descarnada que representa a la sociedad en gestación. De ella, nace una figura sin rostro ni forma, símbolo de la nueva humanidad. También se observa una estructura en construcción con un cerebro colgado de lazos, lo cual deja claro que no se utiliza para edificar la nueva sociedad; y, por otro lado, un corazón que tampoco es tomado en cuenta.
En los extremos del mural, añadió, aparecen figuras que representan la dualidad: un hombre y una mujer. Ella porta el símbolo de la anarquía, un micrófono y un mouse, aludiendo a los medios de comunicación y a la digitalización de la vida.
Mencionó que también lleva cascabeles de pascola y una máscara que simboliza la alegría, y que el personaje masculino, por su parte, representa a un punk, reflejo del sentimiento de la época, con un rostro triste, una macana como símbolo de la represión, cascos de la ONU con impactos de bala y un morral con el símbolo de la diversidad.
Un mural como laboratorio de investigación
Ríos Villegas precisó que el 50 por ciento del mural ya no existía: el repello se había desprendido y la pintura estaba casi perdida, por lo que fue necesario emprender un trabajo de reconstrucción y restauración en una superficie exterior sumamente deteriorada.
“Se tuvo que hacer una investigación en el Archivo General Universitario para consultar imágenes y poder reconstruir lo borrado o desprendido. Las partes que se conservaron fueron restauradas: se retocaron y se inyectaron grietas para consolidar esos fragmentos de pintura tan significativos. También decidimos dejar visible la marca del sol, presente en los personajes con tonos azules, verdes y grises, colores del intemperismo”, detalló.
Aprecian el arte universitario
Egresada en 2011 de la Licenciatura en Artes Plásticas, Renee Abril Enríquez Saavedra compartió que este proyecto le permitió apreciar el valor cultural y emocional del arte universitario.
“Aprendimos técnicas, fue un verdadero laboratorio del color; me di cuenta de que sí aprendí mucho en la Universidad de Sonora y también que he seguido aprendiendo después de egresar.
A los estudiantes de Artes, les aconsejó no cerrarse al conocimiento práctico ni a las técnicas: “Les van a servir mucho, tanto para sus proyectos como para conseguir trabajo”, expresó la artista especializada en escultura.
Una escena fronteriza
La escena del mural se desarrolla en la frontera, donde aparece un muro divisorio que marca parte de la identidad regional.
“¿Por qué Andamios en Movimiento? Porque la construcción de esta sociedad ocurre dentro de esos andamios; son los andamios que sostienen a la mujer descarnada que se está formando.
Hay elementos regionales muy importantes, como el atardecer, los cerros propios de la frontera, los botes de cerveza y caguamas tirados, que también forman parte de nuestra cultura como elementos de desecho”, señaló Carlos Ríos Villegas.
Tercera etapa: restauración
Ariel Silva Encinas, actual coordinador del Patrimonio Cultural de la Universidad de Sonora y jefe del Museo Regional, ha sido testigo de tres etapas del mural en los últimos 40 años: la primera, vinculada a la revolución y el arte político; la segunda, a la apertura a los colectivos; y la tercera, a la profesionalización de las artes plásticas.
“La pared es clave para los muralistas, ya que está frente a la Plaza del Estudiante, en una de las principales calles del campus. Hace 40 años, en una Semana Santa, se realizó aquí un taller del Centro Libre de Experimentación Teatral y Artística, dirigido por el maestro Enrique Cisneros Luján, ‘El Llanero Solitito’, símbolo de la contracultura de los 70 y 80. Hubo talleres de danza, música, arte callejero y artes plásticas”, recordó.
En 1985, en ese mismo muro, se pintó un primer mural con una marcha de obreros y campesinos. En esa época también surgió otro mural con el rostro de Karl Marx en el antiguo gimnasio.
“Estas tres etapas reflejan lo que ocurría en la universidad: en 1985, era revolucionaria, una universidad del cambio; en los 90, con la llegada del movimiento punk, hubo una fuerte expresión gráfica, incluso con un gran concierto. Este mural nace del movimiento estudiantil de 1992 con el programa En primavera florecen los murales”, compartió.
Silva Encinas indicó que con la llegada del rector Jorge Luis Ibarra Mendívil se impulsaron los murales que antes habían sido censurados.
“La tercera etapa debía estar encabezada por el maestro Carlos Ríos, quien en las últimas dos décadas ha pintado la mayoría de los murales de esta universidad. Él logró sacar a la academia y a sus estudiantes más destacados a pintar por todo el campus. Esta es la etapa de la restauración”, concluyó.