El párkinson, una enfermedad progresiva de alta incidencia en Sonora

11 de abril de 2025


Beatriz Espinoza

La enfermedad de Parkinson es neurodegenerativa, la segunda más común después del Alzheimer y, desafortunadamente, su causa aún no está claramente identificada, aunque se relaciona con la muerte progresiva de neuronas que producen dopamina, sustancia esencial para el control del movimiento, expresó Leticia Adelina Gandarilla Aispuro.

La neuróloga habló de la enfermedad a propósito del Día Mundial del Parkinson, que se conmemora este 11 de abril, y dijo que en Sonora hay una alta incidencia de este padecimiento, principalmente en personas mayores de 60 años y también, en adultos jóvenes de alrededor de los 40 años.

“Esta afección se produce por la pérdida gradual de neuronas encargadas de la producción de dopamina, sustancia vital para el control de movimiento y otros procesos neurológicos y, cuando los síntomas se hacen evidentes, el cerebro ya ha perdido cerca del 80 por ciento de estas neuronas”, explicó.

En entrevista, la especialista en neurología, describió los síntomas que inician con temblores, lentitud en los movimientos, problemas de equilibrio, dificultad para caminar y, en etapas avanzadas, ya se presentan las alteraciones cognitivas, de conocimiento y también emocionales, entre otras.

Gandarilla Aispuro dijo que no existe cura para el párkinson, pero sí hay tratamientos que alivian o atenúan los síntomas antes descritos; no se puede prevenir, ya que no se conoce ninguna causa específica que la genere.

Dijo que también existen pequeñas cirugías funcionales que pueden mejorar el control motor del enfermo, pero no detiene la progresión de la enfermedad cuyos factores de riesgo pueden ser antecedentes familiares o exposición a ciertos tóxicos, aunque la mayoría de los casos se presentan sin explicación aparente.

Hay que intensificar campañas de detección temprana

La especialista dijo que el signo más conocido de esta enfermedad es el temblor, pero no todos los pacientes lo presentan al inicio de la enfermedad, sino meses después de padecerlo y ello dificulta tener un diagnóstico temprano.

En este contexto, Gandarilla Aispuro dijo que la incidencia de esta enfermedad es notable en los consultorios y, por ello, se hace más necesario intensificar las campañas de concientización, detección temprana y acceso a los tratamientos especializados.

De tal forma que consideró indispensable el apoyo familiar a una persona con párkinson, así como la adaptación del entorno del paciente y la documentación sobre la enfermedad para mejorar la línea de apoyo y, sobre todo, la calidad de vida del paciente.

“Como familiares debemos de tener mucha paciencia porque va a haber actividades que mi familiar, mi pariente con la enfermedad, no va a poderlas realizar de manera normal, o las va a realizar con dificultad.

“El paciente va a requerir apoyo para hacerlo, además, debemos estar informados sobre la enfermedad y estar al pendiente de esos síntomas para irnos preparando incluso, con adecuaciones en el entorno doméstico”, añadió.

De esta forma, reiteró que el párkinson es una enfermedad progresiva, sin cura, pero puede manejarse adecuadamente con un tratamiento médico personalizado y, sobre todo, con el acompañamiento constante de la familia.