Fallece Carlos Alberto Cázares Salcido: arquitecto de su propio destino

30 de junio de 2022


(Cortesía de Gilberto Romero Moreno y Armando Zamora)

Nunca como ahora los versos del poeta, periodista y educador nayarita Amado Nervo resuenan con toda su amplitud en los pasillos del Departamento de Arquitectura y Diseño de la Universidad de Sonora:

“Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,

porque nunca me diste ni esperanza fallida,

ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;

porque veo al final de mi rudo camino

que yo fui el arquitecto de mi propio destino…”

Nunca como ahora las palabras de En paz reflejan la serenidad de un personaje universitario que supo extraer con sapiencia y bonhomía las mieles o la hiel de las cosas, porque hábilmente puso en ellas hiel o mieles sabrosas, y las flores de sus rosales no sólo dieron rosas, sino una diversa flora que ahora dibuja los proyectos arquitectónicos de una región y un país mejor preparado en las aulas del edificio 3-O.

Ha muerto el arquitecto Carlos Alberto Cázarez Salcido. Un profesionista en toda la extensión del concepto: siempre puntual, ordenado, organizado, caballeroso, terco en buen plan, atento con sus alumnos, con sus compañeros docentes, con todo mundo. Un soñador que picaba piedra cotidianamente, y siempre buscó cómo aportar al programa de Arquitectura con sus carpetas de proyecto, con sus registros de los avances de los alumnos, con sus listas de asistencia, todo hecho a mano, como en la vieja escuela fundamental.

El arquitecto Cázarez Salcido nació en la ciudad de Hermosillo, Sonora, el 7 de agosto de 1934. Hijo de Don Matías Cázares Yépiz, fundador de la Botica Cruz Rosa, y la señora María Luisa Salcido. Estudió en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México de 1957 a 1962.

Le toca estudiar la carrera en Ciudad Universitaria, recién inaugurada, toda una maqueta a escala 1:1 del movimiento moderno de la arquitectura en México. Su trabajo de tesis fue el análisis sobre la red de transporte y terminal de camiones urbanos para la ciudad de Hermosillo. El año de 1965 obtiene su cédula profesional como arquitecto, la número 117,668.

Tuvo la oportunidad de trabajar con dos grandes de la arquitectura moderna: Augusto H. Álvarez y Pedro Ramírez Vázquez. Él mismo contaba la anécdota que, recomendado por el arquitecto Álvarez, entra a trabajar, recién egresado, con Ramírez Vázquez en el proyecto ejecutivo y la construcción del Museo de Arte Moderno en el bosque de Chapultepec de la Ciudad de México.

De 1965 a 1977 desarrolla infinidad de proyectos en Ciudad de México, regresa a Sonora y continua con sus labores profesionales hasta 2001.

El arquitecto Cázares, maestro decano del Departamento de Arquitectura y Diseño, inicia sus actividades como docente en 1995 en el Programa de Arquitectura. En sus propias palabras señala: “Lo que me motivó a dar clases fueron varias razones, pero principalmente fue la admiración y cariño que sentía por la Universidad y era un modo de devolver algo de lo mucho que hizo por mí en mis años de estudiante de secundaria y preparatoria.”

No se consideró a sí mismo un maestro brillante, pero se esmeraba por cumplir lo mejor posible y, sobre todo, porque le gustaba enseñar: “Me gusta ver cómo los muchachos se esfuerzan por captar lo que les transmito, y me satisface ver cómo acaban el semestre siendo más maduros en sus conocimientos y en su carácter”, dijo.

Carlos Alberto Cázarez Salcido deja un hueco difícil de llenar. Arquitectos y maestros de esta generación, con su entrega al gremio y a la docencia, con su profesionalismo, con su bonhomía, nos quedan cada vez menos.

Generaciones de arquitectos egresados del programa de Arquitectura le reconocen su aportación al darle bases y fundamento a sus carreras. El arquitecto Cázarez formó parte de esa cada vez más rara estirpe de profesores que dejan huella en sus alumnos no sólo por sus enseñanzas cotidianas, sino por la cercanía, el afecto y la generosidad con la que transmiten el conocimiento, de manera que sus alumnos reconocen su trabajo. En pocas palabras: son pilares del desarrollo profesional del gremio de la arquitectura.

Cabría adivinar que entre sus últimas frases resonaron con tranquilidad: “Amé, fui amado, el sol acarició mi faz. ¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!”

La Universidad de Sonora extiende su más sentido pésame a su señora esposa, Silvia Félix Parodi, y a sus hijos Silvia, Andrea, Ana, Carlos y Rubén (finado). En paz descanse el arquitecto Cázarez Salcido.

Los servicios funerarios se llevarán a cabo en Funeraria San Martín, el sábado 2 de julio.