Josefina de Ávila da recomendaciones para la lectura en voz alta

13 de mayo de 2022


Aleyda Gutiérrez Guerrero

Depende de la claridad de la pronunciación de las vocales el que se entiendan bien las palabras cuando hablamos, por eso, es importante decirlas con el peso que cada una tiene y con la entonación que se necesita. “Si vamos a hablar con propiedad hay que pronunciar bien, porque la mayoría de las veces reducimos las palabras a su mínima expresión”, aseguró Josefina De Ávila Cervantes.

“Todo esto que resulta obvio, para hablar no hay mucho problema, pero para escribir y para comunicarnos en público es una condición básica”, indicó la maestra emérita jubilada de la Universidad de Sonora.

Durante su conferencia Lectura en voz alta, recordó la materia con este nombre, así como la de lectura en silencio y las relacionó con el habla y la escritura; destacó el binomio de que un libro sin lector no existe y un hablante sin escucha tampoco.

Esta actividad se realizó en el marco del Décimo Primer Encuentro de Lectores y Escritores, dedicado a la maestra Josefina de Ávila, que se lleva a cabo de manera híbrida desde la Biblioteca Fernando Pesqueira y en línea, donde se contó con la presencia virtual principalmente de jóvenes estudiantes de distintas secundarias y preparatorias.

Durante la charla, la homenajeada hizo un recordatorio de cómo los bebés aprenden a hablar y el por qué mamá y papá son de las primeras palabras que dicen. “La m y la p son las primeras consonantes que la forma de la boca y la expulsión del aire proponen y a partir de ahí, quienes tienen la posibilidad de hablar van construyendo todo su vocabulario”, señaló.

Mencionó la relación de las vocales con las consonantes, la puntualización y la organización que conforma lo que se llama lenguaje, e hizo un análisis de cómo ese lenguaje se va a reflejar en la escritura y en la lectura, pues cuesta mucho trabajo a los menores aprender cómo se relacionan las consonantes con las vocales para pronunciar palabras.

Contó anécdotas de un sobrino que la hizo pensar en cómo se complicaban las consonantes porque se llaman de una forma, pero se pronuncian de otra, puso como ejemplo la letra “M”, que su nombre es “eme” pero no es así como suena.

“Las palabras se juntan quitando las letras que sobran, de ahí es que el sonido es el que construye el lenguaje, se quitan las vocales que adornan el nombre y eso hace la diferencia en cómo se llama la letra y cómo hablamos, y cuando se aprende a quitar las vocales es cuando se aprende a leer”, dijo.

De Ávila Cervantes mencionó que una de las dificultades para leer adecuadamente a Sor Juana Inés de la Cruz es la rima, cuyo trabajo es maravilloso conceptualmente hablando y si sus ideas se leen correctamente es maravillosa, pero nadie pasa de la primera estrofa de Hombres necios…

La autora del libro La literatura como ciencia social, recomendó a quienes quieren empezar a escribir que jueguen con el lenguaje y busquen divertirse y no repetir adjetivos que no añaden nada al sustantivo; y en ese sentido, dijo que hay que leer mucha y buena poesía, como la de Garcilaso de la Vega, Amado Nervo, Luis G. Urbina, Gustavo Adolfo Bécquer, José Emilio Pacheco y Jorge Luis Borges.

Tras esto, leyó un poema de su autoría llamado “Al poeta mayor Jorge Luis Borges”, inspirado en su memoria, pues casi todos los versos son de él, pero los fue entrelazando y jugando con ellos, pues considera que todo aquel que pretenda comunicarse a través del lenguaje necesita aprender a jugar con él.

“Estos son los juegos que nos hacen poetas, no las reglas, hay que comprenderlas y aplicarlas, pero hay que buscar nuestro propio tono y elegir del vocabulario que uno tiene y que puede ampliar con el diccionario, cada lectura pide un acomodo del lector para existir”, expresó.

También resaltó que depende de la personalidad para valerse de las herramientas que considere necesarias para estimular en la lectura en silencio la concentración y en la escritura el abandono, pues son acciones totalmente diferentes.

“Escribir es abrir la mente y soltar el banco que hemos venido acumulando desde que nacimos y dijimos mamá y papá, es una acumulación de vocabulario y se va a aumentar el capital con la lectura, no hay buen poeta o prosista que no haya leído de lo suyo, por eso hay que seleccionar y leer los mejores libros.

“Dejen espacio para que entren sus propias ideas y las puedan expresar algún día, cada uno de nosotros tiene muchas historias dentro, el empeño de leer es por el gusto de dar respuesta a nuestras propias preguntas, Santa Teresa de Ávila, decía: ‘Si quieres que otros piensen por ti no leas’. La lectura es tan poderosa que forja al que la lee de otra manera”, argumentó.

Josefina de Ávila Cervantes nació en San Luis Potosí donde realizó estudios universitarios de licenciatura y maestría en Lenguas Españolas. Fue académica por 40 años en la Universidad de Sonora en la Escuela de Altos Estudios, después Departamento de Letras y Lingüística.

Es autora de textos literarios, ensayos filosóficos, reseñas y expositora de un sinnúmero de charlas También fue directora de teatro, impulsora de la música y la pintura, así como colaboradora en revistas.