Proponen utilizar extractos de plantas para eliminar bacterias en alimentos
16 de abril de 2022
Jesús Alberto Rubio
El estudio, evaluación en laboratorio y búsqueda de la aplicación tecnológica de extractos de plantas, especialmente los aceites esenciales utilizados como agentes contra bacterias patógenas de alimentos, es una importante línea de investigación vigente de María Melissa Gutiérrez Pacheco, profesora investigadora de la Universidad Estatal de Sonora (UES), Unidad San Luis Río Colorado.
Entrevistada en el programa Alimentación, problema de nuestro tiempo, que transmite todos los jueves el Departamento de Investigación y Posgrado en Alimentos (DIPA) por Radio Universidad, informó que recientemente, junto con un equipo de trabajo, ha estudiado el uso de los extractos de plantas para inhibir factores de virulencia bacterianos como las biopelículas bacterianas.
Planteó que ese tipo de placa microbiana generalmente está asociada a procesos de contaminación en la industria de alimentos, pero que por fortuna actualmente el desarrollo de nuevas tecnologías permite la aplicación en procesos benéficos como fermentaciones y biorremediación.
Sus efectos, explicó, normalmente están asociados como fuente contaminante en alimentos, nuestro organismo y otras superficies. Obviamente, añadió, pueden deteriorar los productos alimenticios y generar fuertes impactos económicos por su pérdida ocasionada ante la actividad microbiana.
“Se contaminan los alimentos con bacterias patógenas --carga microbiana, que no se ve a simple vista--, causando enfermedades diarreicas o vómitos, por ejemplo”, detalló.
Conglomerado de bacterias
La académica universitaria afirmó que las biopelículas bacterianas son un conglomerado de bacterias que se multiplican en pequeños espacios, desarrollándose en diferentes superficies, como las de manipulación de alimentos, incluso en los dientes, por bacterias en la boca. Son comunidades de bacterias agregadas o incrustadas a redes y de muy pequeño tamaño, añadió.
“Es como una casita donde están reunidas, multiplicándose en cantidad donde conviven, se comunican entre sí, se protegen de forma conjunta de condiciones adversas que les pueden afectar, de ahí su resistencia”, ejemplificó.
Comentó además que son capas de microorganismos, principalmente bacterias que crecen y se adhieren a la superficie de una estructura, siendo extremadamente difíciles de eliminar.
Gutiérrez Pacheco puntualizó en que pueden estar presentes en cualquier superficie, incluso en aquellas en contacto con los alimentos, lo que dijo implica una amenaza para su calidad y, por supuesto, la salud del consumidor.
Hizo referencia al hecho de que todas las bacterias de manera común están en la naturaleza y siempre en pequeñas comunidades, adquiriendo una resistencia a condiciones adversas a ambientes, como condiciones de temperatura, la salinidad, desinfectantes y el PH, que es una medida del grado de acidez o alcalinidad de una sustancia o una solución.
“Se encuentran en la industria de alimentos y nuestro propio organismo, como los dientes, pulmones, el tejido humano, así también en carnes, mesas, cuchillos, tuberías, equipos,
pisos, y otros ambientes”, dijo, señalando que incluso en el tracto urinario, el que recordó es un sistema cerrado para favorecer el drenaje de la orina desde los riñones hasta la vejiga y, finalmente, hacia el exterior por vía de la uretra.
Alimentos verdes, la tendencia
Gutiérrez Pacheco señaló que hoy la tendencia de la gente es consumir alimentos más seguros y nutritivos como alternativas más verdes que no dañen a la salud y que por ello se enfocan a buscar compuestos extraídos de plantas que cuentan con gran dotación de compuestos y capacidad para eliminar microorganismos.
“Hay las que funcionan; otras se están probando para eliminar esos microorganismos”, advirtió al exponer en el programa radiofónico universitario el tema Combate de biopelículas bacterianas en la industria alimentaria.
Dijo que estudian extractos de plantas, acuosos, esenciales como fuentes de compuestos provenientes de subproductos de la propia industria alimentaria, como cáscaras y semillas.
Indicó que se trabaja con extractos de semilla de uva y de mango, entre otras alternativas a estudiar, viendo su efecto-impacto para saber sobre la posible aplicación tecnológica utilizando los extractos como agentes desinfectantes de superficies, especialmente las de los alimentos.
Aceites esenciales
María Melissa Gutiérrez dijo que utilizan aceites esenciales complejos, como cebolla, hierba de limón, orégano, porque tienen características para lograr el objetivo de aplicación tecnológica y ver que hay un balance en su efectividad mediante cápsulas o recubrimientos como desinfectantes.
La idea, afirmó la académica de la UES, es que la industria utilice más ese tipo de compuestos.
“Buscamos que la industria utilice más ese tipo de compuestos para erradicarlas. Por ello, nos enfocamos a aceites esenciales, que impiden que esas bacterias puedan formar esos agregados, pero lo ideal es eliminarlas”, concluyó.
El estudio, evaluación en laboratorio y búsqueda de la aplicación tecnológica de extractos de plantas, especialmente los aceites esenciales utilizados como agentes contra bacterias patógenas de alimentos, es una importante línea de investigación vigente de María Melissa Gutiérrez Pacheco, profesora investigadora de la Universidad Estatal de Sonora (UES), Unidad San Luis Río Colorado.
Entrevistada en el programa Alimentación, problema de nuestro tiempo, que transmite todos los jueves el Departamento de Investigación y Posgrado en Alimentos (DIPA) por Radio Universidad, informó que recientemente, junto con un equipo de trabajo, ha estudiado el uso de los extractos de plantas para inhibir factores de virulencia bacterianos como las biopelículas bacterianas.
Planteó que ese tipo de placa microbiana generalmente está asociada a procesos de contaminación en la industria de alimentos, pero que por fortuna actualmente el desarrollo de nuevas tecnologías permite la aplicación en procesos benéficos como fermentaciones y biorremediación.
Sus efectos, explicó, normalmente están asociados como fuente contaminante en alimentos, nuestro organismo y otras superficies. Obviamente, añadió, pueden deteriorar los productos alimenticios y generar fuertes impactos económicos por su pérdida ocasionada ante la actividad microbiana.
“Se contaminan los alimentos con bacterias patógenas --carga microbiana, que no se ve a simple vista--, causando enfermedades diarreicas o vómitos, por ejemplo”, detalló.
Conglomerado de bacterias
La académica universitaria afirmó que las biopelículas bacterianas son un conglomerado de bacterias que se multiplican en pequeños espacios, desarrollándose en diferentes superficies, como las de manipulación de alimentos, incluso en los dientes, por bacterias en la boca. Son comunidades de bacterias agregadas o incrustadas a redes y de muy pequeño tamaño, añadió.
“Es como una casita donde están reunidas, multiplicándose en cantidad donde conviven, se comunican entre sí, se protegen de forma conjunta de condiciones adversas que les pueden afectar, de ahí su resistencia”, ejemplificó.
Comentó además que son capas de microorganismos, principalmente bacterias que crecen y se adhieren a la superficie de una estructura, siendo extremadamente difíciles de eliminar.
Gutiérrez Pacheco puntualizó en que pueden estar presentes en cualquier superficie, incluso en aquellas en contacto con los alimentos, lo que dijo implica una amenaza para su calidad y, por supuesto, la salud del consumidor.
Hizo referencia al hecho de que todas las bacterias de manera común están en la naturaleza y siempre en pequeñas comunidades, adquiriendo una resistencia a condiciones adversas a ambientes, como condiciones de temperatura, la salinidad, desinfectantes y el PH, que es una medida del grado de acidez o alcalinidad de una sustancia o una solución.
“Se encuentran en la industria de alimentos y nuestro propio organismo, como los dientes, pulmones, el tejido humano, así también en carnes, mesas, cuchillos, tuberías, equipos,
pisos, y otros ambientes”, dijo, señalando que incluso en el tracto urinario, el que recordó es un sistema cerrado para favorecer el drenaje de la orina desde los riñones hasta la vejiga y, finalmente, hacia el exterior por vía de la uretra.
Alimentos verdes, la tendencia
Gutiérrez Pacheco señaló que hoy la tendencia de la gente es consumir alimentos más seguros y nutritivos como alternativas más verdes que no dañen a la salud y que por ello se enfocan a buscar compuestos extraídos de plantas que cuentan con gran dotación de compuestos y capacidad para eliminar microorganismos.
“Hay las que funcionan; otras se están probando para eliminar esos microorganismos”, advirtió al exponer en el programa radiofónico universitario el tema Combate de biopelículas bacterianas en la industria alimentaria.
Dijo que estudian extractos de plantas, acuosos, esenciales como fuentes de compuestos provenientes de subproductos de la propia industria alimentaria, como cáscaras y semillas.
Indicó que se trabaja con extractos de semilla de uva y de mango, entre otras alternativas a estudiar, viendo su efecto-impacto para saber sobre la posible aplicación tecnológica utilizando los extractos como agentes desinfectantes de superficies, especialmente las de los alimentos.
Aceites esenciales
María Melissa Gutiérrez dijo que utilizan aceites esenciales complejos, como cebolla, hierba de limón, orégano, porque tienen características para lograr el objetivo de aplicación tecnológica y ver que hay un balance en su efectividad mediante cápsulas o recubrimientos como desinfectantes.
La idea, afirmó la académica de la UES, es que la industria utilice más ese tipo de compuestos.
“Buscamos que la industria utilice más ese tipo de compuestos para erradicarlas. Por ello, nos enfocamos a aceites esenciales, que impiden que esas bacterias puedan formar esos agregados, pero lo ideal es eliminarlas”, concluyó.