Las lecciones de la pandemia: una visión universitaria de la covid-19 (Segunda parte)

19 de mayo de 2020


Armando Zamora

La primera parte de este trabajo se publicó ayer. Incluye las opiniones de las docentes e investigadoras María Elena Reguera Torres, Sheida Eunice Correa Valenzuela y Rossana Basurto Álvarez. Se puede encontrar en el enlace: https://www.unison.mx/nota/?idnoti=29839.


LA EDUCACIÓN EN LÍNEA PROMUEVE LAS COMPETENCIAS DE AUTODISCIPLINA, AUTONOMÍA Y AUTOAPRENDIZAJE: LIBIA YANELLI YANEZ PEÑÚÑURI

El nuevo coronavirus está afectando la educación de más 1,500 millones de estudiantes a nivel mundial: al 31 de marzo de 2020, 185 países habían cerrado escuelas y universidades, perjudicando al 89.4 % de la población estudiantil del planeta, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), institución que ha monitoreado el impacto del coronavirus en la educación.

¿Cuáles serán las implicaciones de la crisis provocada por el SARS-CoV-2 en la educación superior en el mediano y largo plazo?, se preguntan Philip G. Altbach y Hans de Wit, investigadores del Boston College. “En pocas palabras: no tantas”, responden, y señalan que habrá un impacto positivo no intencionado en este nivel educativo; en particular, el incremento de la enseñanza y el aprendizaje en línea. El campo de la educación superior volverá eventualmente a sus rutinas normales, apuntan.

A diferencia de otras crisis de grandes magnitudes que ha atravesado la humanidad, hoy el mundo cuenta con herramientas digitales de avanzada que podrían ayudar a superar la contingencia muy pronto, aunque la pregunta fundamental sigue siendo la misma: “¿Cómo tendrá que ser la educación después de la covid–19 en los países que no se han preparado tecnológicamente?

Con la pandemia hemos aprendido acerca de la necesidad de tener ambientes educativos híbridos; es decir, un ambiente que esté conformado por clases presenciales y actividades virtuales, como foros, videos, actividades, tareas de manera sistemática y organizada en una plataforma virtual. Es el caso de la Licenciatura en Educación de la Universidad de Sonora, que forma estudiantes a partir de clases presenciales y dispone de una plataforma virtual propia de la carrera”, señala al respecto Libia Yanelli Yanez Peñúñuri, coordinadora de ese programa educativo en el campus Caborca.

Enfrentar los retos que impone esta contingencia ha sido todo un desafío, añade, no sólo para los maestros sino también para los alumnos en términos de adaptación a las clases virtuales. En el caso de los maestros, hemos tenido que modificar las estrategias didácticas a partir de un modelo en línea, y en los alumnos, aprender a utilizar distintas plataformas.

Los pros de esto es que la educación en línea promueve las competencias de autodisciplina, autonomía y autoaprendizaje en los estudiantes universitarios que forman parte del Modelo Educativo 2030 de la Universidad de Sonora; sin embargo, la educación que ha antecedido a muchos estudiantes universitarios no ha sido totalmente en línea o basada en ambientes educativos híbridos, por lo que muchos alumnos que fueron formados en modelos presenciales no se encuentran preparados para un ambiente totalmente virtual, lo cual es necesario fomentar a partir de la capacitación en plataformas virtuales, abunda la académica.

“Otra ventaja es que ante la necesidad de adaptar la educación en línea durante la pandemia, la Licenciatura en Educación del campus Hermosillo creó un programa de préstamo de laptops para los alumnos que no cuentan con una computadora en casa. Es algo que se pretende extender al campus Caborca, y también se busca invitar a otras licenciaturas a generar este tipo de campañas para promover la educación a distancia”, agrega.

Igualmente, la pandemia ha propiciado que muchos profesores utilicen herramientas tecnológicas, como Zoom, Skype, Google Clasroom, Microsoft Teams o la plataforma del Sistema Virtual de Enlace Académico (Sivea) de la Universidad de Sonora para llevar a cabo sus clases virtuales y culminar el semestre, ya que la libertad de cátedra de los maestros lo permite. En este momento puede ser un buen recurso, ya que no estábamos preparados ni adaptados para una contingencia como la actual, precisa la doctora en Psicología, con orientación de Calidad de vida y Salud.

Sin embargo, un aspecto no favorable es que el utilizar varias herramientas tecnológicas al mismo tiempo puede resultar caótico en términos pedagógicos para el estudiante, por lo que es importante el uso de una sola plataforma que sustente los cursos de los estudiantes, consideren todas sus materias y que les permita conectarse sin tener fallos o saturación de la página, comenta.

Como Universidad de Sonora, es importante considerar el apoyo para los docentes y alumnos, además de conocer cuáles son las necesidades y retos para avanzar en estas metas. En este caso, es importante capacitar a los maestros y alumnos para utilizar plataformas virtuales, ya que no estamos preparados completamente para ambientes 100% virtuales, explica la docente del campus Caborca.

“Como maestros, tenemos que preparar a los alumnos para ser estudiantes autónomos y autodisciplinados, que desarrollen metacogniciones que les permitan saber cómo aprender, ya que los ambientes educativos virtuales así lo requieren”, indica.

Además, dice, es importante considerar la realización de actividades virtuales a partir de calendarios semanales, asegurar el compromiso de retroalimentar las tareas y no cerrarnos a los cambios tecnológicos. Como docentes es fundamental la constante actualización, y debemos tener la mejor actitud y disposición para adaptarnos a los cambios en educación a distancia sin importar la edad.

Finalmente, señala que en este momento no estamos preparados para una educación totalmente en línea, pero esta situación nos ha enseñado la importancia de trabajar en ambientes híbridos, y lo que se ganó en términos de aprendizaje en esta pandemia tiene que continuar. “Además, es importante considerar las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para el regreso a clases e impulsar estas medidas en la Universidad de Sonora”, subraya Libia Yanelli Yanez Peñúñuri.


LAS MATEMÁTICAS AYUDAN A ELABORAR UN RETRATO HABLADO DE LA PANDEMIA: ÓSCAR VEGA AMAYA

Aplanar la curva, crecimiento exponencial, tasa de contagios y de mortalidad: la pandemia de covid-19 parecería haber naturalizado las matemáticas en la vida cotidiana. "Estamos viviendo una situación histórica, desafortunadamente, para todos nosotros, pero creo que algo bueno que nos ha traído la pandemia es que la gente está empezando a aceptar la presencia de las matemáticas en todo lo que le rodea", mencionó en una entrevista la matemática española Clara Grima.

Diariamente, a través de las matemáticas se comunica el número de casos que han contraído el virus en el país. Cuando esas cifras se ponen en perspectiva en un gráfico, vemos la tendencia, que en este caso es exponencial, que quiere decir que cada cierto número de días se duplica el número de infectados. Cuando comprendemos esta tasa de crecimiento, nos damos cuenta de la peligrosidad de la crisis y lo importante que es tomar medidas anticipadas, señala por su parte Patricio Felmer, docente de la Universidad de Chile.

Pero esto no es nuevo: “Los matemáticos han estudiado el fenómeno de las epidemias desde hace más de tres siglos y medio. Posiblemente, los primeros matemáticos en hacerlo fueron John Graunt (1663) y Daniel Bernoulli (1766); de hecho, Daniel proponía la entonces controversial inoculación de individuos con cepas infecciosas como procedimiento de control de una epidemia”, precisa Óscar Vega Amaya, coordinador del programa de Licenciatura en Matemáticas.

El docente añade que los patrones de evolución de las epidemias dependen de una diversidad de factores que hacen muy difícil conseguir su comprensión y manejo. “Primero tenemos los factores asociados a la biología de la enfermedad misma (por ejemplo, agente infeccioso, modo de transmisión, período de latencia, período infeccioso, susceptibilidad y resistencia a la enfermedad); y por otra parte, tenemos los factores sociales y culturales, demográficos y geográficos, así como económicos”.

Las enfermedades infecciosas se propagan por mecanismos de transmisión muy variados: puede ser por contacto directo entre individuos (covid-19, influenza, enfermedades sexuales y otras), por inhalación de aire contaminado (influenza, viruela, sarampión, varicela, tuberculosis, etcétera), ingesta de agua o alimentos contaminados (salmonella, diarrea), por medio de un vector (malaria, dengue) como mosquitos o garrapatas, o de madre a hijo (VIH, sífilis, rubiola, herpes). Naturalmente, la transmisión de la enfermedad se ve afectada por las condiciones económicas, de salud, de educación, higiene, geográficas, entre otras, puntualiza Vega Amaya.

La conjunción de estos factores, detalla, hace que el estudio de brotes epidémicos sea difícil de realizar, resultando por demás imposible que las matemáticas ofrezcan una fotografía fiel del fenómeno. No obstante, las matemáticas proporcionan una gama de herramientas poderosas y, sobre todo, muy útiles para elaborar un retrato hablado basado en la información disponible. “Y si la información es confiable, el retrato hablado también lo será”, subraya el doctor en Matemáticas por la UAM.

En la jerga disciplinaria, los matemáticos nos referimos a dicho retrato como un modelo matemático del fenómeno (en este caso, de una epidemia). Los modelos matemáticos, especifica, permiten examinar los distintos escenarios de evolución de una epidemia, así como identificar los parámetros (número reproductivo básico, por ejemplo) que determinan si un brote continúa o si baja su intensidad de propagación (aplanar la curva) y los tiempos en que esto puede ocurrir. Claramente, esta información es muy importante para la definición de políticas de contención (sana distancia, lávate las manos y otras) y la reactivación de la actividad cotidiana de la población afectada por la epidemia.

El estudio moderno de modelos matemáticos para epidemias se remonta a principio del siglo XX, y este fue iniciado por William Kermack y Anderson McKendrick, en 1927, apunta el coordinador de la Licenciatura en Matemáticas. “Desde entonces, el estudio de tales modelos ha sido permanente y, haciendo una estimación burda, se puede afirmar que anualmente se publican cientos de trabajos de investigación que se proponen entender mejor los mecanismos de propagación de los brotes epidémicos de las distintas enfermedades”.

En particular, añade, un grupo de investigadores del Departamento de Matemáticas de la Universidad de Sonora, desde hace algunos años ha desarrollado estudios diversos sobre la evolución de epidemias, dando origen a artículos de investigación y a tesis, tanto de licenciatura como de maestría y doctorado.

Estos investigadores participan activamente en el Posgrado en Matemáticas de la Universidad de Sonora y en los cuerpos académicos Modelado, Estimación y Control de Sistemas Estocásticos; Sistemas Dinámicos y Control; Ciencia de Datos y en el Laboratorio de Investigación y Consultoría Estadística. Y vale la pena destacar que algunos integrantes de estos grupos de investigación colaboran con la página web https://covid-19.unison.mx/, que la alma mater dedica a la epidemia de coronavirus.

Al referirse a las lecciones que deje la epidemia de covid-19, Óscar Vega Amaya comenta que podrán apreciarse paulatinamente, al ritmo que se supere, y de forma completa una vez que esta pase. Sin embargo, podemos adelantar que desde el punto de vista matemático, la epidemia de covid-19 no presenta características que hagan reformular el andamiaje del modelado, aunque desde el punto de vista biológico y médico, seguramente las cosas serán muy distintas. Debemos entender que las matemáticas contribuyen a la comprensión de una parte del proceso epidémico, pero no pueden ni pretenden dar respuesta a todas las interrogantes que puedan presentarse al respecto, subraya.

Lo que la epidemia de covid-19 sí ha aportado, es una la valoración positiva y concreta hacia las matemáticas, y nos ha dado, a quienes nos dedicamos a estudiarlas y desarrollarlas, la oportunidad de conectarnos con la sociedad. Esta experiencia abre también la oportunidad para que la comunidad matemática llame la atención y muestre que de igual forma puede contribuir en la solución de una variedad enorme de problemas en ingeniería, economía, salud, finanzas, etcétera, concluye.


LA PANDEMIA HA REVELADO LAS LIMITACIONES DEL MODELO ECONÓMICO DOMINANTE: HÉCTOR SEGURA RAMOS

La economía no perdona los errores de los políticos ni la obscena avaricia de los megaempresarios. Llegado el momento, cobra las facturas una a una. Y en este saldar cuentas, los estratos menos favorecidos de los países que luchan por no naufragar en medio de la tempestad, son los cargan con el peso del colapso económico: es una película que se ha vuelto cíclica, y en 2020, promovido por la desgracia de la pandemia, estamos asistiendo una vez más al reestreno.

La crisis del coronavirus es similar a las economías de guerra, dice el historiador alemán Albrecht Ritschl. Y puede convertirse en una crisis económica mundial. El principal efecto es el cambio en la forma de trabajar en sectores como el industrial. El ejemplo típico es lo que estamos haciendo ahora mismo: el trabajo desde casa. Me puedo imaginar que gran parte de esta forma de trabajar seguirá siendo la misma. Todas las grandes guerras, todas las grandes crisis han llevado a un cambio en la forma de trabajar, subraya.

Para Héctor Segura Ramos, jefe del Departamento de Economía, la crisis actual exhibe las capacidades y limitaciones en el proceso de formación de los estudiantes de nuestro plan de estudios y del modelo educativo de la Universidad de Sonora para explicar e incidir propositivamente en las causas, naturaleza e impactos económico, político, social y cultural para los que la sociedad reclama alternativas viables de solución para la recuperación económica, el empleo, salarios, salud y bienestar social.

Desde esta perspectiva, añade, “la crisis revela que no fue el coronavirus lo que derrumbó la economía mexicana y mundial, sino que el modelo económico neoliberal ya estaba en crisis: la pandemia ha revelado la debilidad e incapacidad del modelo económico actual para mantener ritmos de producción sostenidos con equidad, justicia, salud y armonía social”.

Ante esta situación, el paro o cierre de la economía decretado para contener los contagios de coronavirus, la recesión industrial observada (para el caso nacional, 17 meses de caídas consecutivas), la pérdida de más de 500,000 empleos reportados al mes de abril por el IMSS, la crisis de Pemex, la quiebra de empresas nacionales y la evidente recesión económica en China, Japón, Estados Unidos, y la Unión Europea, son manifestaciones fehacientes de que México y el resto de los países del orbe sobreviven a una recesión que supera a cuantas ha padecido el sistema y, sobre todo, a la más representativa: la de 1929, detalla.

En este contexto, amplía Segura Ramos, para nuestra Universidad y para el Departamento de Economía, la cuestión relevante es ¿cómo se logrará reconstruir a la economía mexicana y estatal; cuál es el programa integral de política económica para revertir una recesión inédita, abatir la pobreza, frenar la quiebra de empresas y salvaguardar la planta productiva y el empleo?

La pandemia ha delegado a la Universidad escenas que reflejan la reacción social ante la contingencia; los intereses económicos y políticos a favor y en contra de las medidas implementadas para hacer frente al virus; la profundización de las diferencias sociales entre los que se quedan en casa y los que tienen que salir; el impacto desigual e inequitativo dentro y fuera de los hogares; el miedo y angustia que provoca la incertidumbre, entre otras manifestaciones.

En tiempos de la covid-10, tendríamos que replantearnos no sólo el modelo económico, sino también el educativo: la crisis del modelo neoliberal es la crisis de un modelo educativo orientado a formar ciudadanos competitivos y eficientes para la sociedad del conocimiento, que choca con las necesidades de formación de un ciudadano solidario, colectivo, colaborador, amable y con conocimientos para entender la pandemia, fomentando el cuidado de sí y de los demás. Lo anterior, sin menoscabo de la importancia que reviste la adopción del progreso tecnológico para formar cuadros de investigación que generen insumos, expone.

Con más de 4.5 millones de casos confirmados por todo el mundo, el coronavirus no sólo ha cimbrado el aparato de salud pública, también la economía global: la pandemia ha revelado las limitaciones del modelo económico dominante. Ante los impactos de la pandemia, el modelo económico vigente se descarrila, puntualiza.

El distanciamiento social, dice Segura Ramos, frena los motores de la economía, interrumpe las cadenas de abasto e incrementa la incertidumbre: la vigencia del modelo y de la rehabilitación de la economía mundial depende ahora de que el virus no mute pronto, o que una nueva cepa confine de nueva cuenta a la población, inhibiendo las posibilidades de una recuperación económica. “En este entorno, está fuera de duda replantearse el modelo ante los efectos perniciosos de la recesión económica y la necesidad de alentar la recuperación sostenida de la producción, empleo, los salarios y el derecho a una vida con mejores niveles de salud y bienestar”.

Nadie duda de la necesidad de iniciar un proceso de recuperación económica, lo que está en discusión es la viabilidad y la voluntad política de los grupos dominantes para generar las condiciones para la expansión de la economía, asociada a una distribución del ingreso que aliente el desarrollo del mercado interno y el bienestar de la población. Una recuperación con estas características no se basa en pros y contras, sino en un acuerdo nacional que fundamente su viabilidad y revele la voluntad política de la sociedad para impulsarlo, apunta el doctor en Economía por el Instituto Politécnico Nacional.

Para reforzar su planteamiento, el académico retoma las palabras del investigador José Luis Antón: “Sería momento para una cumbre económica que regrese lo social al centro de los esfuerzos públicos, pero también de los privados. No por caridad o coyuntura, no por culpa o temor, sino por el frío diagnóstico que la covid-19 nos ha regalado: o el planeta adopta un esquema solidario de redistribución de la riqueza y fortalecimiento de las instituciones que garanticen derechos sociales, o la gobernabilidad y la paz entrarán en crisis. No es la llamada a escena para el socialismo ni la última oportunidad del capitalismo, es la irrupción obligada de un orden que garantice el porvenir”.

El jefe del Departamento de Economía reflexiona sobre si habrá un cambio económico en el mundo, o la pandemia, asociada a una crisis financiera y económica, reúne las condiciones de una tormenta perfecta que arrasará al mundo en términos de procesos económicos. Y recoge cifras de organismos internacionales y nacionales que revelan los efectos devastadores de contingencia sanitaria sobre la economía mundial.

“China anunció una contracción, por primera vez en décadas, en su economía: 6.8% en el primer trimestre del 2020. La situación imperante en China limita las posibilidades de una recuperación económica mundial, toda vez que la segunda economía del orbe es uno de los consumidores y productores de mercancías y servicios básicos más importantes del mundo”, cita.

Añade que en Europa, Alemania, la gran locomotora económica europea, vive los momentos más difíciles desde la Segunda Guerra mundial. A su vez, Francia registra una fuerte contracción del 8%, por encima del promedio de contracción económica del 7% pronosticado para la eurozona.

“En Latinoamérica y África, la situación será similar. Según el Banco Mundial, allí hay enormes necesidades financieras, y la pandemia de la covid-19 podría destruir los avances de estos países.

En este escenario, las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para 2020 avizoran una recesión, peor a la registrada en 1929, el año de la Gran Depresión, y sólo habrá una recuperación parcial en 2021 si todos los países toman la iniciativa y cooperan en este sentido, precisa.

En nuestro caso, menciona, la contracción de la economía mexicana, de 1.6% en el primer trimestre del año, la mayor desde la recesión de 2009, reflejó parcialmente el impacto del encierro. Según la encuesta del Banco de México, para el segundo trimestre se espera una caída del PIB de dos dígitos.

A su vez, las medidas de confinamiento se asocian con el cierre de la mayor parte de las empresas. La incertidumbre refuerza la parálisis económica e inhibe la disposición al crédito, generando las condiciones para un mayor desempleo

En consecuencia, manifiesta el economista, “México arriba a la recesión del 2019 y a la crisis causada por el coronavirus en 2020 con 61.1 millones de personas con un ingreso que no les permite superar las líneas de bienestar básicas: el desempleo causado por la recesión podría aumentar esa cifra a niveles históricos, entre 65 y 67 millones para el 2022”.

¿Cuál es la situación que revelan estas cifras para los primeros tres meses del año?, cuestiona el docente: Sin duda, una profunda recesión que, sin la ejecución de un programa contracíclico, amenaza con elevar los niveles de pobreza en México.

La necesidad del cambio es inminente, dice: proteger la planta productiva, el empleo y el ingreso deben ser los soportes de las políticas públicas que alienten la inversión privada y pública y que inhiban un proceso de contracción económica que agudiza la desocupación y el empobrecimiento de la sociedad.

Si bien es urgente reactivar la economía, comenta, hay riesgo de que una reapertura apresurada o prematura traiga consigo nuevos casos de contagio. Un rebrote de covid-19 tendría un impacto aún más negativo en la actividad económica y las cadenas de suministro, además de que traería más incertidumbre y volatilidad en los mercados financieros precedente.

Es importante insistir en las lecciones de la pandemia del coronavirus al poner en entredicho la capacidad del sistema económico globalizado: al interrumpir la cadena de suministro no sólo ha bloqueado las posibilidades de una integración económica globalizada, a la vez que revela que biológicamente es insostenible al carecer de una infraestructura de salud que garantice las condiciones para una reproducción sana y sostenida de las cadenas internacionales de valor, añade.

Se anticipa una recuperación moderada en el resto del año si se retorna a las actividades de manera ordenada y si no hay un rebrote de contagios, vaticina Héctor Segura Ramos. Si lo hubiera, pondría en riesgo una cantidad importante de vidas y, eventualmente, obligaría a un nuevo confinamiento de cuyos impactos en la parálisis económica, cierre de empresas, desempleo, empobrecimiento y violencia no deberían sorprender, pero sí preocupar si no se discute y replantea un nuevo modelo económico que privilegie la salud y bienestar de la población.

La pandemia expande el argumento de que la globalización capitalista ahora parece biológicamente insostenible en ausencia de una infraestructura de salud verdaderamente internacional; sin embargo, ésta nunca existirá hasta que los movimientos de la gente rompan el poder de las grandes farmacéuticas y la atención privada a la salud, concluye.

(Continuará)