La Constitución del 17, texto que se adecua a las nuevas exigencias, afirman académicos

6 de febrero de 2020


Jesús Alberto Rubio

La Constitución de México no es sólo un marco jurídico, sino también un producto y fenómeno social que agrupa a entes y factores que pueden influir en la toma de decisiones para irla adecuando a una nueva exigencia o realidad de cada país, afirmaron los académicos Héctor Guillermo Campbell Araujo, Rafael Ramírez Villaescusa, Jorge Pesqueira Leal, Lucila Caballero Gutiérrez y Héctor Rodríguez Espinoza.

En ocasión del 103 aniversario de la promulgación en 1917 de nuestra Carta Magna, Campbell Araujo, jefe del Departamento de Derecho, destacó que en su momento la Constitución fue de avanzada por ser la primera en subir a normas supremas los que eran de segunda generación, como los derechos sociales, el agrario y a la educación, y que se ha ido adecuando a las realidades del pueblo mexicano.

Mencionó las recientes reformas al poder judicial, al proceso penal del nuevo modelo de justicia, entre otras, así como las que hoy se ve tienden a homogeneizar lo que es el derecho procesal con un código penal único, además de las que siguen en los ramos civil y familiar, por ejemplo.

Ramírez Villaescusa, presidente de la Academia de Derecho Constitucional del mismo Departamento, dijo que se debe tomar en cuenta que las constituciones no son textos inmutables, sino fundacionales y aspiracionales que reconocen la existencia de derechos humanos fundamentales, además de establecer la estructura con la que el Estado va a operar para satisfacer las necesidades colectivas. En este sentido, reiteró, se van adecuando a lo largo de la historia conforme la misma sociedad avanza.

En el caso de nuestra Constitución, afirmó que desde su promulgación ha sufrido más de 700 reformas y que en palabras de dos grandes constitucionalistas, Diego Valadés y Héctor Fix Fierro, “la Constitución hoy en día es tres veces más grande que la original”, lo cual habla de la necesidad que hemos tenido a lo largo de estos años de irla actualizando”. Por ello, sostuvo que de ninguna manera nos debe de asustar el hecho de que pueda reformarse porque las necesidades dentro de la sociedad van a ir cambiando.

“Han habido reformas importantes, como la de 1994, con el presidente Ernesto Zedillo, en cuanto al sistema de justicia, tal vez una de las más trascendentales y de la que menos se ha valorado en los últimos tiempos, y a la del sistema económico de México mediante la cual se crearon órganos constitucionales autónomos, como las comisiones Federal de Competencia Económica y la de Energéticos, en busca de insertar a México en lo que viene, que es una economía y una sociedad cada vez más globalizada”, citó.

Hizo ver que hay proyectos importantes de cara al futuro, como ejemplo, en materia electoral, donde hoy se observa cómo éste se muestra insuficiente ante una nueva realidad, y por lo tanto se tendrán que debatir temas como la segunda vuelta en elecciones o gobiernos de coalición para darle salida a demandas existentes en el pueblo mexicano.

Apuntó que el reto de la Constitución, de cara al futuro, se encuentra no tanto en su contenido, sino en su efectivo cumplimiento y que gran parte de los académicos coinciden en que el problema de México no es de leyes, sino en su efectiva aplicación.

“Pongo el caso de los derechos sociales, los que son una gran innovación de la constitución; sin embargo, sucede que un derecho a la educación, la salud y vivienda digna, entre otros, no son efectivamente ejercidas por las personas y si los derechos constitucionales no son efectivamente aplicados, las constituciones pierden sentido, y en muchas ocasiones no son ejercidas porque no son conocidas. Esto es un grave problema: los mexicanos no conocemos nuestra Carta Magna”.

Refirió que la UNAM ha elaborado algunos estudios y encuestas en materia de cultura de la constitucionalidad y que éstas revelan que el conocimiento que tenemos sobre el texto y de nuestros derechos es muy escaso. “Derechos que no son conocidos ni ejercidos, y por lo tanto tenemos una Constitución que pinta muy bien en el papel pero que en la práctica no genera los resultados buscados y creo que hacia allá debemos de transitar”.

Molestan tantas reformas

Por su parte, Jorge Pesqueira Leal, coordinador del Posgrado en Derecho, recordó que el 5 de febrero de 1917 nació una constitución que fue ejemplo para el mundo entero, con una serie de derechos muy relevantes y garantías individuales con las que nacieron derechos sociales, distinguiéndose en un referente para el planeta y tal vez no se ha ponderado en su justa medida hasta el día de hoy.

Lo que molesta, dijo, es el hecho de que ha experimentado tantas reformas que equivale a tres cartas magna, son más en cuanto a su contenido, lo que lleva a una preocupación de académicos y ciudadanía en general. “La reforma es fundamental de una sociedad y, en consecuencia, debe experimentar las mínimas o en todo caso para eso existe una gama de leyes secundarias sobre las que se trabaja sin perder la brújula, que es precisamente la constitución”, subrayó.

Indicó que en lo que va de la actual administración federal se han hecho decenas de reformas, más 14 que están por presentarse al Congreso de la Unión. “La verdad es que hemos abusado de la Constitución y esto desestabiliza una democracia, que su solidez está tanto por sus derechos fundamentales como por su parte orgánica; es decir, el modelo político que nos hemos dado los mexicanos”.

Planteó que desafortunadamente el texto constitucional se ajusta en razón de las necesidades de los políticos y líderes en turno, y que ello verdaderamente es una desgracia para México y una vergüenza para los juristas, que no han sido capaces de contener esa propensión a hacer un abuso indiscriminado del texto constitucional.

Bien valdría la pena, expresó, pensar, no un grupo de elegidos o ungidos, en la necesidad de disponer de una nueva Carta Magna sólida que sea la brújula que lleva a la sociedad que todos deseamos, donde se pueda coexistir pacíficamente, donde lo más importante tenga que ver con el modo en que vivimos, la educación, salud, armonía y el entorno inmediato.

Marco histórico

A su vez, Lucila Caballero Gutiérrez, también académica del Departamento de Derecho, señaló que ante la pregunta de ¿por qué es importante una constitución en un país?, se respondió afirmando que “podemos dar muchas respuestas y una manera de darla, aunque no la única, es partir de la definición de constitución”.

Dijo que una definición clave de esta palabra es, sin duda alguna, la propuestas por un gran teórico del derecho, Hans Kelsen: Constitución, en sentido material, que define como “conjunto de normas que regulan la creación de preceptos jurídicos generales y prescriben el proceso para su elaboración; esto quiere decir que fue a partir de esa época, 1917, cuando inicia el marco constitucional de referencia para el contenido de futuras leyes”.

Mencionó que el 31 de enero de 1917, en el salón de sesiones del Congreso Constituyente de Querétaro, se encontraban junto con otros diputados Juan de Dios Bojórquez y Flavio A. Bojórquez, legisladores por Sonora, con el fin de aprobar la Constitución, pero que fue hasta el 5 de febrero cuando Venustiano Carranza mandó que se imprimiera por bando solemne y pregón en toda la república para su debido cumplimiento. “No obstante, conforme al artículo primero transitorio de dicha constitución, comienza a regir a partir del primero de mayo de 1917”.

Fruto jurídico político

Finalmente, Héctor Rodríguez Espinoza, también profesor del mismo Departamento, afirmó que nuestra Carta Magna es el fruto jurídico político -con no poca sangre derramada en cada hito- de la Revolución de Independencia 1810-1821, después de ¡300 años de dominación española!; de la guerra de Reforma 1868-1861; de la guerra contra la intervención francesa de 1862-1867 y de la Revolución ¿interrumpida? de 1910-1917.

“Debemos a Francisco I. Madero y a Venustiano Carranza su promulgación. El primero, mártir histórico, por su atrevimiento de escribir un libro-ideario (La sucesión presidencial de 1910) y llamar al levantamiento armado contra las reelecciones de Porfirio Díaz, que duraba 30 años y 10 meses, con el estandarte de Sufragio Efectivo, No Reelección. El segundo, culto y visionario gobernador de Coahuila, por su indignación que le causó la traición y el asesinato de Madero y de Pino Suárez por el usurpador y traidor Victoriano Huerta, expresada en su memorable discurso pronunciado en Hermosillo el 24 de septiembre de 1913”.

Así debemos de justipreciarla y enseñarla a nuestros discípulos universitarios, concluyó.