Los daños al medio ambiente pueden llegar a ser irreversibles: Juan Manuel Vargas

9 de octubre de 2019


Elías Quijada

La agricultura, silvicultura y otras actividades sobre la tierra representan el 23% de las emisiones netas de gases de efecto invernadero y perjudican los suelos en donde se realiza este trabajo humano. Ante este crítico panorama, si no se toman medidas con tiempo, los daños pueden llegar a ser irreversibles, indicó Juan Manuel Vargas López, investigador del Departamento de Investigación y Posgrado en Alimentos (DIPA) de la Universidad de Sonora.

Durante su intervención en el IX Congreso Nacional de Investigación en Cambio Climático, sede Noroeste, con la ponencia Alternativas para la producción agroalimentaria ante la emergencia climática, dijo que el pasado 8 de agosto del 2019, el panel internacional de expertos que asesoran a la Organización de las Naciones Unidas, (ONU) en Ginebra, Suiza, hicieron saber que la forma en que se maneja la tierra para producir alimentos y el consumo de éstos tiene que cambiar urgentemente para poder detener el calentamiento global y la sobreexplotación de los suelos.

El cambio climático y la agricultura van tomados de la mano y se necesita un ambiente adecuado para poder cultivar, pero a su vez se requieren técnicas sustentables para no dañar las tierras fértiles, comentó.

“La cantidad de comida desperdiciada en el mundo es un factor importante: estudios realizados revelan que el 30% aproximadamente de la comida producida se desperdicia, por ello se explotan en vano recursos naturales para después no ser aprovechados”, explicó.

Vargas López indicó algunas de las propuestas para detener esta amenaza. Como prioridad, se necesita crear consciencia para cambiar la dieta que lleva hoy en día la población mundial; es decir, comprar el alimento necesario solamente, mientras que en el ámbito de la producción agroalimentaria se propone el uso de biofertilizantes y biopesticidas.

“Esta biotecnología —biofertilizantes y biopesticidas— se basa en insumos formulados con uno o varios microorganismos benéficos, los cuales aumentan la disponibilidad de nutrientes para la planta y ayudan a combatir posibles plagas de manera amigable con el medioambiente, además de que estas herramientas agrícolas tienen una producción a menor costo y un aumento a la fertilidad y biodiversidad de las tierras”, agregó.

En relación con la función precisa de los biofertilizantes, apuntó que esta herramienta agrícola se puede dividir en cuatro grandes grupos, los cuales son fijadores de nitrógeno, solubilizadores, captadores de fósforo y promotores de crecimiento vegetal.

El catedrático del DIPA se pronunció en crear conciencia con base en la problemática que se está viviendo, e implementar métodos más sustentables en el ámbito productivo, donde se beneficiará a la población mundial en su totalidad, y reiteró que es importante tomar en cuenta que es urgente un cambio antes de que el daño al medioambiente llegue a ser un problema irreversible.