El término de bioética no es sinónimo de ética médica: Ruy Pérez Tamayo

13 de mayo de 2019


Lin Mendivil Alvarado

El término de bioética no debe aceptarse ni confundirse con el concepto de ética médica, pues ambas ideas son distintas y se requiere abundar en la especificidad de cada una de estas disciplinas, señaló el jefe del Departamento de Medicina Experimental de la Facultad de Medicina de la UNAM en el Hospital General de México, Ruy Pérez Tamayo.

Con una charla impartida ante docentes, investigadores y estudiantes de diversas instituciones universitarias y científicas, el médico patólogo e inmunólogo pionero de la medicina experimental en México, participó en el ciclo de conferencias que organizan la Universidad de Sonora y el Seminario de Cultura Mexicana.

En el auditorio del Centro de las Artes, el también profesor emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) compartió sus ideas acerca de lo que se debe entender por ética médica y bioética, por qué ambos conceptos no deben confundirse, además de realizar un breve y a la vez detallado recuento del origen y evolución de la bioética, visiones filosóficas y científicas de este último concepto que tiene pocos años de haber surgido.

Después de visiones contrapuestas y críticas mutuas entre filosofía y ciencia a lo largo de la historia, ambas áreas del conocimiento han “han logrado establecer un diálogo fructífero a partir del momento en que en lugar de juzgarse la una a la otra, han optado por respetarse tratando de comprenderse mutuamente”; sin embargo, existe gran cantidad de libros, revistas, artículos y ensayos donde la ciencia médica considera la bioética como sinónimo de ética médica, lo cual no debe ser así, recalcó el científico de 94 años.

La ética médica analiza las relaciones del paciente y los diferentes agentes que intervienen coordinadamente en su salud” desde el médico hasta las políticas de salud y prácticas hospitalarias; mientras tanto, la reflexión bioética debe contemplar todo el ecosistema e incluso los seres humanos sanos y todos los componentes biológicos de la naturaleza: los peces, las aves, los insectos y los bosques, por citar algunos.

Pérez Tamayo resaltó que la ética médica y la bioética tienen un aspecto en común: no son sólo teoría, y coincidió con Aristóteles en el sentido de que “no se trata de ser teóricos de ética sino de llegar a ser mejores personas cada día, de ser personas éticas. Así, la bioética no solamente pretende formar individuos sabios de las cuestiones que trata, sino individuos que amen a la vida y deseen conservarla, en este planeta o en cualquier otra parte por tiempo indefinido”.

¿Quién es Ruy Pérez Tamayo?

Con base a información del portal institucional de El Colegio de México, Ruy Pérez Tamayo fundó y dirigió durante 15 años la Unidad de Patología de la Facultad de Medicina de la UNAM en el Hospital General de México, y durante diez años el Departamento de Patología del Instituto Nacional de la Nutrición. Ha sido profesor de patología en la Facultad de Medicina de la UNAM durante más de 50 años, ha publicado más de 150 artículos científicos en revistas nacionales y extranjeras, 39 libros de temas científicos, ensayos históricos y de divulgación científica. Pertenece a 48 sociedades científicas nacionales y extranjeras, es miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, del Consejo Asesor del Conacyt y de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico.

Entre sus principales contribuciones se encuentran la descripción del efecto de la metionina en la cicatrización de las heridas; describió, por primera vez en México, la neumonitis reumática, la reticulosarcoma de partes blandas, mesotelioma pleural, amibiasis cutánea, criptococosis, enfisema bronquiolar, mesotelioma peritoneal.

Señaló las características propias de nuestro medio de la aterosclerosis, los tumores del corazón y pericardio, carcinoma primario del hígado, la tuberculosis, la cirrosis intersticial difusa y el carcinoma bronquiolo-alveolar, y ha contribuido en el estudio de los mecanismos humorales del hiperesplenismo, la reabsorción de la colágena y el papel de las células.

En una entrevista que concedió a TV UNAM en marzo de 2018, señaló que su pasión y gusto por la ciencia médica se debe a la posibilidad de meterse a trabajar el algo que va a resultar en beneficio de poca o de mucha gente; después de ejercer como médico por más de 20 años se inclinó por la investigación.

“Siempre fui más académico, más científico que médico practicante, porque el secreto que de la ciencia es hacer preguntas… y he trabajado casi siempre en problemas que son frecuentes como causas de muerte en México… porque estoy interesado fundamentalmente en apoyar el conocimiento que tenemos de las enfermedades más comunes, más frecuentes en nuestro país”, subrayó.