El cambio climático, un factor que afecta los terrenos agrícolas y ganaderos: Hernán Celaya

23 de enero de 2019


Lin Mendivil Alvarado

El cambio climático, el crecimiento poblacional y la degradación de terrenos agrícolas y ganaderos, representan una combinación de factores que, de no atenderse, podrían traer como consecuencia crisis de hambruna, consideró el docente e investigador Hernán Celaya Michel, del Departamento de Agricultura y Ganadería de la Universidad de Sonora.

Son tres problemas que al combinarse “generan una situación muy complicada para la humanidad actualmente, porque al haber más habitantes tenemos más necesidades de alimento; esto se obtienen de la agricultura y la ganadería, pero a causa del cambio climático, se afecta el terreno y por lo tanto el rendimiento en la producción tanto agrícola como ganadera” explicó.

Se trata de una problemática mundial a la cual los productores sonorenses no son ajenos, apuntó, pues actualmente es posible apreciar ranchos abandonados en Hermosillo y Caborca, advirtió; de ahí la importancia de encontrar alternativas que permitan recuperar los terrenos degradados y reforestarlos, a fin de que el ganado cuente con alimento suficiente y de calidad.

En este sentido, Celaya Michel ha trabajado desde 2016 en la propagación de plantas nativas en ranchos de la Costa de Hermosillo, Caborca y La Colorada, a fin de encontrar una estrategia que permita revertir la desertificación de dichos suelos; se trata de un proyecto científico que le ha permitido establecer una superficie total de experimental en 100 hectáreas, actividad en la que destacó el interés y apoyo de los productores.

Celaya Michel indicó que hay pronósticos que prevén una disminución hasta del 25 por ciento en el rendimiento de los cultivos debido al impacto del cambio climático; en este sentido, otro dato interesante es la situación actual de la ganadería sonorense, pues el promedio de partos del hato ganadero es del 60% cuando el promedio debería ser del 95%, reveló.

“Una parte muy importante de este déficit puede deberse a falta de alimento de calidad para el ganado y el principal proveedor de alimento son los ecosistemas, es decir, la relación entre agua, suelo y planta nativa”, abundó. De tal manera que, en el caso de Sonora, el ganado se alimenta principalmente de pasto así como de ramas y vainas de árboles y arbustos, lo cual es posible debido a la biodiversidad del ecosistema sonorense, dijo.


Debido a lo anterior, es importante recuperar las superficies agrícolas y ganaderas degradadas, porque “si necesitamos más comida por el crecimiento poblacional y resulta que va a tener una disminución -de la producción alimenticia- por el cambio climático, pues entonces empieza a complicarse el panorama”, advirtió.

Para el caso de Sonora la problemática es alarmante, pero no es exclusiva de la entidad, “el cambio climático, el crecimiento poblacional y degradación de terrenos, es un problema mundial muy preocupante, no es algo exclusivo de Sonora, -es una situación- que atenta contra la seguridad alimentaria de toda la población y del planeta, entonces es algo que verdaderamente demanda toda nuestra atención para tratar y mitigar esta problemática”, añadió.

“De no hacerlo, se pueden dar escenarios de crisis de hambruna en algunas partes del planeta, si tenemos que hay mayor necesidad de comida porque hay más habitantes, pero tenemos que donde se cultiva y produce el alimento, el suelo está degradado, el riesgo de que el mundo padezca hambrunas es muy grande; por eso es un problema mundial muy serio que deberíamos estar atendiendo muchas más instancias naciones e internacionales y en conjunto con el gobierno”, precisó.

El título del proyecto es Evaluación de procedimientos de reforestación y mejoramiento de la cubierta vegetal y el suelo de ranchos ganaderos y campos agrícolas abandonados en Sonora, para contrarrestar la degradación del terreno. Éste cuenta con un 50% de avance y también colaboran los maestros: Julio César Morales Munguía, Manuel Ignacio Nieblas López, María Guadalupe López Robles, Miguel Ángel Barrera Silva y Francisco Pacheco Ayala.