Hongos filamentosos remedian sitios contaminados por metales: Ana Villalba

13 de diciembre de 2017


Identificar especies adaptadas, como los hongos filamentosos, a las condiciones climáticas de la región y su capacidad para biorremediar ambientes contaminados por metales, es el objetivo de un proyecto de investigación que desarrolla Ana Villalba Villalba, académica del Departamento de Física de la Universidad de Sonora.

Su estudio, destacó la químico bióloga adscrita al Laboratorio de Biofísica Celular de esta casa de estudios, se orienta al potencial de esos microrganismos que pueden atenuar sitios contaminados en su suelo y agua con este tipo de sustancias tóxicas, como son precisamente los metales.

“Este tipo de hongo crece y se adapta a las condiciones climáticas de nuestra región y de ese tipo de ambientes tóxicos, pero de acuerdo a nuestra investigación, éstos se pueden utilizar para remover los contaminantes que ahí estén”, advirtió la académica.

La investigadora criticó a aquellas industrias que generan tóxicos, y por consecuencia afectaciones a la salud y el ecosistema en general, pero que el remediar un sitio contaminado resulta muy complicado y costoso.

“Nosotros como científicos hacemos el trabajo y damos alternativas de solución para disminuir los niveles tóxicos de esos sitios contaminados. Y es que, una vez caracterizadas sus concentraciones, se tiene que definir la estrategia a seguir, como pueden ser acciones desde las físicas y las químicas, así como las de biorremediación utilizando organismos vivos”, sostuvo.

Dio a conocer que la investigación y los primeros experimentos los inició en 2015, en muestras de suelo de una mina de la región, donde esas especies, al estar en contacto con los contaminantes, han adquirido esa tolerancia.

Dos mecanismos

En el caso de los metales, dijo que se tienen dos mecanismos: aquellos que se unen a la superficie de los hongos (biosorción), y el otro es que una vez que ya están juntos, pueden introducirlos hasta sus células, proceso que se denomina bioacumulación.

De esa forma, el contaminante pasa de estar en el suelo o agua hacia la morfología de ese tipo de organismo, lo cual reduce la toxicidad del estado químico del metal, precisó. Sin embargo, ello dependerá de que tipo es el metal y especie hongo. En el caso del primero, señaló, es un compuesto inorgánico y por lo tanto no se va a descomponer y habrá de seguir tal cual.

Villalba Villalba informó que en la región se tiene una gran diversidad de poblaciones de esa especie, pero que con respecto a su estudio lograron identificar y aislar tres especies de hongos filamentosos.

“Son hongos que se pueden ver a simple vista si hay un crecimiento abundante, y se llaman filamentosos porque su estructura es como de muchos hilos, y para ver más detalles de su estructura se necesita de la ayuda de un microscopio”, indicó en su conferencia dentro de la XVIII Escuela Nacional de Biofísica Molecular, que se lleva a cabo en el Departamento de Física.

Mencionó que en ese el estudio colaboraron estudiantes del Verano Científico, así como tesistas, y que esa información se sigue procesando, con algunos resultados que están por publicarse en revistas de nivel internacional. (JAR)