Jesús Cota Saavedra: Versátil guitarrista y formador de talentosos músicos

 La guitarra lo es todo para él, dice que representa su vida, no sólo porque le gusta tocar y enseñar, sino también porque de ella y para ella vive. Durante más de tres décadas, ha realizado una importante aportación a la actividad guitarrística y cultural local.

Por: Aleyda Gutiérrez Guerrero

Para Jesús Cota Saavedra tocar la guitarra es una satisfacción muy personal por sentir que hace arte, y, además, comparte su conocimiento y gusto por este instrumento con los niños y jóvenes a quienes imparte clases.

Comenzó a tocar desde niño, influenciado y motivado por sus hermanos, quienes tocaban música popular, grupera. Ahora es un guitarrista destacado, maestro en los talleres libres de la Unison, además de un versátil compositor y arreglista.

“Cuando yo era niño me gustaba escuchar tocar a mi hermano, y él me traía donde quiera y de ahí nació el gusto por la guitarra. Como a los diez años la agarré, pero comencé a tocar formalmente poco después de que entré a estudiar en la Unison, en el 84 más o menos. Yo tenía como 18 años, ya estaba grande.

 “Luego entré a dar clases y desde los 90 empecé a enseñar a muchos alumnos y algunos de ellos han destacado a nivel nacional e internacional, en concursos, con academias de música, acompañando a grandes artistas o dando conciertos a nivel internacional; otros, son docentes de la Universidad de Sonora”, señaló.

Los motiva a ser los mejores del mundo

Jesús Cota ya ha formado a distintas generaciones de artistas y se siente orgulloso de que varios de sus exalumnos estén en distintas partes del mundo tocando, algunos de ellos formaron parte del grupo Staccato, que conformó en los años 90 como grupo representativo de la Unison.

Staccato fue, además, el primer ensamble de guitarra clásica de Sonora, con el que ha realizado una significativa cantidad de presentaciones en la entidad y que ha estado vigente en distintos momentos.

“Ahorita no estamos con el grupo porque estoy trabajando con niños y adolescentes entre ocho y 13 años, ellos sólo tocan al finalizar los cursos de guitarra, y el algún momento, si deciden seguir estudiando, los integro, con un poco más de experiencia.

“Es importante que estén en el escenario, por eso algunos cuando se van de los talleres a estudiar de manera profesional, ya desde sus primeros semestres ganan concursos. El semestre pasado sí tuvimos la agrupación, pero ahora algunos de esos alumnos están inscritos en la Licenciatura en Música en la Universidad”, platicó.

El profesor aclaró que tener alumnos destacados es un orgullo y una satisfacción personal, pero no se vale de ellos, porque ahora ya están por su cuenta. Declaró que él los forma y hace que estén en los escenarios para que, llegado el momento, no tengan miedo.

Que destaquen unos más que otros tiene que ver obviamente con el talento, pero además la técnica y dominar el instrumento, señaló.

“También está eso que no sabemos qué es que los hace sobresalir del resto. Lo que sí puedo decir es que a mis alumnos siempre los motivo a que estudien y practiquen, porque un día serán los mejores del mundo.

“Siempre les digo lo mismo, pero como todo en la vida, debes tener ese algo para destacar, quizás sea el carisma para poder triunfar, o incluso estar en una compañía que te pueda mover en este medio”, resaltó.

Y otros, dijo, ven la música sólo como hobby, o desafortunadamente para algunos de los alumnos de talleres o para sus padres, primero están las matemáticas o tienen que sacar la primaria, la secundaria o la preparatoria.

Pero aclaró que también el arte es una formación y complementa a los muchachos, no sólo en su educación, sino como personas.

Que aprendan y se diviertan

Cota Saavedra tiene en promedio 40 alumnos por semestre en el Taller Libre de Guitarra Clásica, que asisten a una sesión semanal de una hora, y como las clases son en un cubículo y de manera personalizada, cuando hace grupos tiene que buscar el espacio y el momento en que coincidan los estudiantes para poder ensamblar.

Recuerda que anteriormente sí tenía un salón grande en el área del Museo y Biblioteca, donde en ocasiones daba clase hasta en las vacaciones, para preparar a los jóvenes que estaban en el grupo Staccato y tenían la gran ventaja de que todos se conocían.Al preguntarle si es difícil trabajar con niños y adolescentes, comentó que no, que incluso tiene un método para trabajar con ellos y se trata de que jueguen, no en la clase, sino con lo que están haciendo.

“Les exijo, pero en el sentido de que ellos se exijan para que hagan su trabajo lo mejor posible, pero que además disfruten lo que están haciendo, por eso en muchas ocasiones salen riendo de mi clase y creo que les agrada. Me da mucho gusto que alumnos de los 90´s todavía me visiten o me saluden cuando me ven en la calle, o sus papás. Eso es muy bonito”, expresó.

Aunque como artista y maestro ya ha tenido logros, siente que aún le faltan muchas cosas por hacer y por aprender; señaló que uno de sus sueños es que la Licenciatura en Música de la Universidad, que ya cuenta con un buen nivel, sea reconocida a nivel nacional.

De esas grandes oportunidades

La música siempre ha sido su pasión y reconoce que si no se hubiera dedicado a esto, hubiera sido futbolista, afición que también cultivó e incluso jugó con algunos equipos, pero como ya estaba estudiando guitarra decidió dejar el deporte y quedarse con el arte.

Su educación inicial la recibió en la primaria Adolfo Ruiz Cortines; la secundaria, en la Estatal 33, y la preparatoria en el Cobach, plantel Reforma. Además, de 1984 a 1990 estudió guitarra en los Talleres Libres de la Universidad de Sonora, en lo que antes se llamaba Academia de Canto y Música de la Unison, que se impartían en el edificio del Museo y Biblioteca, y ya como académico cursó la Licenciatura en Artes, en una nivelación que ofreció la Universidad Autónoma de Chihuahua a los docentes de esta institución.

Sus estudios de guitarra clásica iniciaron de la mano del profesor Ramón Andrés González; más adelante lo formó el profesor Germán Mendoza, y además tomó clases de solfeo y teoría musical con la maestra Emiliana de Zubeldía.

 “Estuve varios semestres en los talleres; después, ya como alumno avanzado tuve oportunidad de dar clases en la Universidad, en 1991 suplí a Ramón Andrés González, quien fue mi primer maestro, porque entró a estudiar una licenciatura, y más adelante yo también decidí estudiar de manera profesional gracias al convenio que estableció la Unison con la Universidad de Chihuahua; posteriormente me dieron base aquí”, platicó.

Al cursar la licenciatura tuvo la oportunidad de llevar clases con prestigiados docentes, algunos de ellos de la UNAM, y de manera complementaria tomó un curso de Composición y Música Latinoamericana con el reconocido compositor Arturo Márquez Navarro, así como el de Composición para Guitarra, con Martin Espinoza Ávila. Además, ha cursado diplomados y clases magistrales con distinguidos profesores.

Regreso a casa

 

Aunque su historia en la alma mater comenzó como estudiante, a partir de 1991 formalizó una relación laboral con la Universidad de Sonora, de la cual se apartó por un periodo de dos años, entre 2008 y 2010.

Confesó que fue por problemas personales que se retiró un tiempo y por esas fechas vivió un periodo difícil de su vida. Sin embargo, dijo, la música lo sacó de nuevo adelante y formó un grupo de música de Latinoamérica con el que trabajó para el Instituto Municipal de Cultura y Arte (IMCA) y para el Instituto Sonorense de Cultura (ISC), presentándose en distintos festivales.

Pero regreso a ésta, su casa, y en la actualidad, cuenta con una indeterminación como maestro en los Talleres Libres de Guitarra Clásica.

“Cuando yo era estudiante de los talleres, le ayudaba a un hermano a soldar, a pintar, yo no tenía trabajo estable, y en el 90, cuando nació mi primer hijo estuve a punto de retirarme, pero se me dio la oportunidad de dar clases, puesto que ya tenía preparación en guitarra y con la maestra Emiliana de Zubeldía, así que consideraron que estaba preparado para recibir a alumnos de primer ingreso.

“Estoy muy agradecido con la Universidad, le debo el trabajo, y a pesar de que renuncié, más adelante me volvieron a contratar; siento que mi trabajo valía la pena para que me dieran una segunda oportunidad, además de que conté con el apoyo de compañeros a quienes también les agradezco mucho”, compartió.

De lunes a viernes, por las tardes se le puede encontrar en el cubículo 3, en las instalaciones de la Licenciatura en Música, donde imparte sus clases, que combina con presentaciones en eventos y la realización de arreglos musicales para artistas y agrupaciones.

Versátil y reconocido

Gracias a su dedicación y trayectoria, Jesús Cota Saavedra ha recibido distintos premios y reconocimientos, entre ellos la Beca del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Sonora (Fecas), con el proyecto Composiciones para guitarra, en el área de Creación Artística, en donde compuso ocho obras.

También fue ganador del Primer Lugar Estatal y Nacional en los XXIII Juegos Nacionales y Culturales de los Trabajadores, en la especialidad de Danzas y bailes Tradicionales de México, donde participó como parte de los músicos del ballet folklórico Tradición Mestiza.

En el año 2015, le fue otorgado el Premio a la Trayectoria, por parte del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (Itesm), Campus Sonora Norte. Y al año siguiente, recibió el Premio al Mérito Cultural, de parte del Consejo Cultural Ciudadano de Hermosillo.

Más recientemente se hizo acreedor a la Medalla Emiliana de Zubeldía, que en el año 2017 le otorgó la Fundación Emiliana de Zubeldía e Inda. Y en octubre de este año recibió el Premio por trayectoria en el Festival Internacional de Guitarra.

El versátil músico contó que como estudiante de guitarra tuvo presentaciones, pero cuando inició como maestro también tocaba como solista y por más de 20 años ha acompañado al maestro Román Amador como director musical del grupo de danza Tradición Mestiza, donde ha hecho varios arreglos musicales y con el que tuvo la oportunidad de ganar un premio.

“He acompañado a muchos cantantes en el estado y en el país; además, grabé un par de discos con Raúl Ortiz, quien era como mi padre, a él le compuse alrededor de 20 temas e hice arreglos para sus poemas; también he grabado discos para otros artistas locales y he hecho más de 100 arreglos musicales. Con el grupo Staccato también grabé los discos Paisaje latino, Canciones para pasarla a gusto y A toda música”, declaró.

El académico comentó que también ha hecho composiciones para cuarteto, guitarra sola y que puede componer desde una cumbia hasta una obra clásica. Aprendió a tocar desde baladas hasta obras de Bach, y menciona que no le dice que no a nada en cuestión musical.

“Si quieren que toque una canción lo hago, cualquiera que esta sea, para mí la música no es mala, puede que haya malos músicos, he viso muchos acordeonistas norteños que tocan con un gran virtuosismo”, señaló el artista que aprendió a tocar otros instrumentos de manera autodidacta, porque confiesa que es algo que se le facilita, pero que, aunque ya la toca, le gustaría aprender más del arpa.

Uno de los proyectos que compartió es el trabajo que realiza con Igor Ávila y Pablo Armenta, dos de sus exalumnos con quienes toca en un trío que nace a raíz del Festival Internacional de Guitarra, que ya ha tenido algunas presentaciones y con el que esperan el próximo año presentarse en otros escenarios a nivel nacional e internacional.

Origen y paternidad

Un 25 de junio, del año 1965, llegó al mundo Jesús, hijo de Santiago Cota Salido y María Saavedra Padilla, originarios de Huatabampo y Ures, respectivamente, quienes procrearon en total doce vástagos, de los cuales sobreviven diez.

Él nació aquí y ha vivido siempre aquí, en Hermosillo.

Confiesa que su padre en un principio no quería que fuera músico, pero que no lo obedeció y ahora éste se muestra orgulloso de todos su logros y reconocimientos. En cambio, comentó que su madre nunca le negó que continuara con su vocación y siempre lo apoyó hasta que ella llegó al final de sus días, en el año 2016.

“Nosotros somos el ejemplo que nos dan los padres, a mí me enseñaron a ser una persona honesta en todo lo que hago; en especial, lo aprendí de mi mamá”, señaló.

El músico contó que su madre se dedicó siempre al hogar y su papá se formó como profesor en la escuela normal de El Quinto, ubicada en el municipio de Navojoa, y ejerció algunos años, pero después fue empleado de la Comisión Federal de Electricidad y posteriormente se dedicó a la fotografía de eventos sociales. En la actualidad, su progenitor suma 95 primaveras.

Jesús platica que creció en distintos barrios de Hermosillo, algunos de ellos donde se cultivan muchos vicios y había que andar con cuidado, pero reconoce que a pesar de este entorno nunca le dio por fumar ni tomar, algo que también atribuye al ejemplo de sus papás.

Como padre destacó que también desea que sus hijos tengan una buena formación y que, en especial, se dediquen a lo que quieran, pero siempre hagan su trabajo lo mejor posible.

Confiesa que el ver crecer a sus hijos es lo mejor que le ha pasado en la vida, y que, aunque de un tiempo a la fecha ya no viven con él, tuvo oportunidad de convivir con ellos cuando eran más pequeños. Ahora que él vive solo declara que extraña mucho esa etapa de su vida, pero que afortunadamente conservan una muy buena relación y trata de verlos casi todos los días.

Su mirada se ilumina al hablar de Andrea Paola, de 20 años, la más pequeña, que estudia Geología; de Carlos Andrés, de 25 años y Jesús David, de 29, quienes ya viven de manera independiente y trabajan.

Cuenta que, aunque a los tres les gusta la música y tocan algún instrumento, ninguno de ellos decidió dedicarse a vivir de ella como él, quien por la actividad musical que ha desarrollado durante tres décadas, hoy se le reconoce como alguien que ha realizado una significativa aportación al movimiento guitarrístico y cultural de la ciudad de Hermosillo y de Sonora.

————-

“Podemos decir que el profesor Jesús Cota Saavedra cuenta con una relevante producción discográfica; ha desarrollado una amplia actividad concertística en el estado de Sonora, con algunas participaciones nacionales e internacionales; fundó el primer grupo de guitarra clásica de Sonora con el que ha llevado la guitarra a diversos lugares del estado y el cual dirige hasta la fecha. Además, gracias a su importante labor como docente en los talleres libres de la Universidad de Sonora, impulsó a un significativo número de jóvenes a desarrollar importantes carreras musicales en México y el extranjero.

Es de vital importancia destacar cómo el trabajo constante y dedicado de un solo individuo puede tener una positiva y perdurable influencia en la sociedad.

Por lo anterior, puede afirmarse que la actividad profesional desarrollada por el profesor Jesús Cota Saavedra durante más de tres décadas, constituye una importante aportación a la actividad guitarrística y cultural local. Y sus logros permiten denominarlo como un destacado sonorense”.

Igor Ávila Soria, fundador y director general del Festival Internacional y Concurso Latinoamericano de Guitarra de Sonora.

Fotos: Cruz Teros