Abordan investigadores temas de explotación, confinamiento y salud del trabajador agrícola
14 de mayo de 2025

Contribuir a fortalecer las redes, diálogos y acciones en favor de la justicia laboral, la salud y la dignidad de quienes trabajan de la tierra fue uno de los objetivos del webinario organizado entre investigadores por la Red Nacional de Jornaleros y Jornaleras Agrícolas.
En el evento, que se transmitió vía Facebook, participaron Diego Michel Macías Woitrin, del departamento de Estudios Internacionales King’s Collage London; Gerardo Rodríguez Solís, de la Universidad de Berkeley, California; y Eduardo Calvario Parra, del Departamento de Sociología y Administración Pública de esta casa de estudios.
Explotación e intensificación
Cada uno de ellos expuso un tema específico resultado de sus investigaciones y el primero en presentar su análisis fue Diego Michel Macías Woitrin, quien habló de “Explotación, Intensificación del trabajo y nuevas formas de organización entre trabajadoras y trabajadores agrícolas” destacando cómo los productores han optado por intensificar el trabajo en el campo antes de alargar la jornada laboral.
Señaló que la movilización de jornaleros y jornaleras ha sido un factor importante en los ajustes a las estrategias productivas del sector, a pesar de la inversión que se registra en tecnología para aumentar la productividad.
Dijo que estos factores han contribuido a la sobreexplotación del trabajo de los jornaleros y jornaleras en el campo ya que siempre tienen una reserva de mano de obra excelente, precisamente por el desplazamiento de personas de zonas rurales y urbanas.
Además, precisó que las condiciones estructurales de informalidad y desigualdad que permiten la continuidad de sostener en el medio los bajos salarios y altos niveles de exigencia e intensificación laboral por parte de los empleadores con un control minucioso de tiempos y tareas, un salario a destajo que incentiva la competencia entre los trabajadores que utilizan tecnologías de control y vigilancia y otras medidas.
En su análisis e investigación, Macías Woitrin comentó que, a pesar de la automatización de muchas de las tareas del campo, en el campo se sigue optando por el trabajo humano intensivo debido a factores estructurales y, primeramente, de explotación.
Contrainsurgencia, confinamiento y reclamo
El segundo tema en abordarse fue el de “Contrainsurgencia, confinamiento y reclamo: la política social empresarial en campos agrícolas de Sonora”, por parte de Gerardo Rodríguez Solís, de la Universidad de Berkeley, California, quien destacó que la política agroempresarial implementada en los campos continúa reproduciendo formas históricas de control laboral, racismo y confinamiento.
Consideró, luego de mostrar resultados de su investigación realizada entre los años 2018 y 2014 en campos agrícolas de la costa de Hermosillo, que las empresas agrícolas han asumido funciones del estado como son la educación, vivienda y salud para sus empleados a manera de control integral, especialmente, para migrantes del sur del país.
“La política social agroempresarial no es neutra ni filantrópica, sino un mecanismo que refuerza estructuras de poder y silencia la protesta”, precisó al recordar otros modelos de trabajo agrícola como fue el programa Brasero y tiendas de raya, sólo que ahora renovados con un lenguaje corporativo de innovación social.
Su exposición incluyó testimonios y observaciones directas recogidas durante años de trabajo de campo y concluyó con una crítica sobre el papel que juegan estas políticas en la normalización de la violencia hacia los trabajadores y la invisibilización de sus derechos laborales.
Además, hizo énfasis en la parte del racismo, de confinamiento y contrainsurgencia que existe en el ambiente del trabajo en el campo por la diversidad de auto adscripciones, las dinámicas migratorias y los procesos de racionalización, es decir, de los diversos orígenes de las personas y sus formas de vida.
Cambio climático y agroindustria de exportación
En este Webinario sobre “El trabajo agrícola a contracorriente: explotación confinamiento y salud”, el tercero en presentar los resultados de su trabajo fue el investigador Eduardo Calvario Parra, del Departamento de Sociología y Administración Pública de la Universidad de Sonora y habló del “Cambio climático, la agroindustria de exportación y sus efectos en la salud de jornaleros/as agrícolas en el noroeste de México”.
Calvario Parra narró las acciones realizadas para elaborar su estudio cuantitativo en donde analizó el cómo las altas temperaturas, alteradas por el cambio climático, afectan severamente a los trabajadores agrícolas provocándoles lesiones, deshidratación, golpe de calor y quemaduras en la piel.
Advirtió que en su estudio, se determinó que las condiciones de trabajo, marcadas por la sobreexplotación laboral y la falta de acceso a los servicios de salud, agravan la vulnerabilidad de estos trabajadores, quienes en su mayoría no cuentan con seguridad social.
“El estudio muestra que los jornaleros agrícolas son los más afectados por las temperaturas extremas; tienen un promedio de edad de 37 años y una alta incidencia de lesiones en hombres”, detalló al resaltar también la existencia de una desigualdad muy marcada en el acceso a la seguridad social, dependiendo la zona agrícola y no agrícola en la que se desempeñan.
Como resultado de su trabajo concluyó que los límites en la movilidad de los y las jornaleras persisten por las condiciones de trabajo en los campos que son resultado del control social y el racismo estructural existentes.
En este contexto, dijo que urge abordar la justicia ambiental junto con la justicia social para mejorar las condiciones de vida y el trabajo de los jornaleros y jornaleras agrícolas.