El ensayo: herramienta clave para el pensamiento crítico y la producción de conocimiento
14 de mayo de 2025

Aunque a menudo se le considera un género marginal frente a la novela o el teatro, el ensayo representa una herramienta fundamental para la producción de conocimiento y la formación del pensamiento crítico, afirmó Rolando Picos Bovio, profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).
Durante su visita a la Universidad de Sonora, invitado por el Seminario de Cultura Mexicana, impartió la conferencia “El ensayo, subjetividad y modernidad: entramados filosófico-literarios”, en la que abordó la vigencia del ensayo en el contexto actual de la cultura y la educación.
Explicó que sus investigaciones recientes se centran en la relación entre filosofía y literatura, en particular durante el Renacimiento tardío y el Barroco, periodos clave en la conformación de la subjetividad moderna. Desde esta perspectiva, destacó que el ensayo surgió como un género transgresor y novedoso, históricamente subvalorado por no ajustarse a los lineamientos tradicionales de la literatura.
Durante su intervención en el Auditorio del Centro de las Artes, el académico señaló que el ensayo es “el centauro de los géneros” debido a su carácter híbrido, disruptivo y libre de normativas rígidas. Este rasgo lo convierte en una herramienta poderosa para afirmar la pluralidad de formas de conocimiento, en contraste con la visión reduccionista que privilegia exclusivamente el saber científico o tecnológico en la cultura contemporánea.
“Aquí la idea que queremos rescatar es que el ensayo también es una forma de producción de conocimiento, que tiene validez epistemológica, que produce verdades. Sin embargo, ha sido muy limitado en el ámbito académico, donde no siempre se le concede la legitimidad que merece”, expresó.
Añadió que, en la cultura actual marcada por la hiper tecnología, el ensayo permite afirmar la diversidad de formas de conocimiento y apela tanto a la subjetividad como a la reflexión interior, que también constituyen vías legítimas hacia el saber.
Para quienes se encuentran en proceso de formación universitaria, como los estudiantes de Humanidades, el ensayo ofrece una vía para explorar el yo a través de la escritura. Además, fortalece habilidades como la introspección, la redacción y el pensamiento crítico, ya que su naturaleza dialógica establece una relación entre autor y lector, generando un verdadero diálogo hermenéutico.
Picos Bovio subrayó que la práctica del ensayo no puede separarse del hábito de la lectura, ya que esta construye una “arqueología de los hábitos intelectuales”, indispensable para quienes aspiran a pensar críticamente. En este sentido, ensayo y lectura se retroalimentan: uno estimula la escritura reflexiva y el otro sostiene la capacidad de análisis profundo.
“El ensayo, además, promueve la creatividad y la autoconfianza, incluso entre quienes no se consideran expertos. Todos los seres humanos tenemos creatividad; el ensayo permite entreverar saberes tan diversos como la filosofía, la música o las tradiciones culturales, enriqueciendo así la identidad y el pensamiento colectivo”, puntualizó.
Finalmente, ante una cultura marcada por la relatividad digital, el ensayo abre posibilidades, cuestiona certezas y forma lectores y escritores capaces de dialogar con el mundo desde una perspectiva crítica y libre, concluyó el catedrático.