Estamos listos para brillar: Martha Ruiz Meranza, egresada de Ingeniería Civil

25 de abril de 2025


Elías Quijada

Estamos celebrando el cierre de una etapa académica, pero también el inicio de un período como profesionistas formados con calidad, compromiso y pasión. Este logro no es solo un título, es el reflejo de nuestras historias personales y de exámenes que pusieron a prueba nuestros conocimientos, paciencia y resistencia; cada paso fue una pequeña victoria que nos acercó a este día inolvidable.

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Así lo señaló Martha Elena Ruiz Meranza, alumna de Ingeniería Civil durante la ceremonia de conclusión de estudios de 195 nuevos profesionistas de nueve programas educativos adscritos a la Facultad Interdisciplinaria de Ingeniería de la Universidad de Sonora.

El Auditorio Cívico del Estado fue el lugar donde la tarde de ayer autoridades universitarias hicieron entrega de las cartas de pasantes a 19 alumnos de Ingeniería en Mecatrónica, ocho de Ingeniería en Metalurgia, 51 jóvenes que realizaron sus estudios en el programa de Ingeniería Industrial y de Sistemas.

Dos alumnos recibieron su constancia de conclusión de estudios en Ingeniería en Materiales, cuatro más en Ingeniería en Energías Renovables, 34 en Ingeniería Civil, 12 en Ingeniería Biomédica, 22 egresados de Ingeniería en Sistemas de Información y 43 más en Ingeniería Química.


Crean vínculos y recuerdos

Al pronunciar el mensaje de despedida, a nombre de sus compañeros, Ruiz Meranza indicó que estudiar en la Universidad de Sonora los transformó, pues no solo se aprendieron teorías, sino a pensar, cuestionar, trabajar en equipo y no rendirse, pero, sobre todo, la institución les dio personas, vínculos y recuerdos que serán parte de nuestra historia de vida.

“A quienes dejaron su hogar, su ciudad o su familia para estar aquí, gracias por su valentía. Nadie más sabe el valor de los sacrificios silenciosos: los frijoles recalentados, la soledad, las lágrimas ocultas. Resistimos y aquí estamos, listos para enfrentar el futuro con la misma determinación con la que llegamos hasta hoy”, sostuvo.

Agradeció profundamente a sus familias, amigos y, por supuesto, a los docentes, pues, cada uno, desde su estilo, los marcó con paciencia, exigencia, entrega y ejemplo; además, les enseñó que el conocimiento no se memoriza, se vive; y que el verdadero aprendizaje nace de la pasión por enseñar.

Expresó que la Universidad fue más que un espacio físico durante más de cuatro años, fue un hogar, una comunidad, una formadora de personas conscientes y comprometidas con el mundo, donde se enseñó que el saber se comparte y se tiene la responsabilidad de transformar realidades.

Con el corazón lleno de gratitud, la joven egresada afirmó con orgullo que ser egresada de la Universidad de Sonora es llevar para siempre una formación sólida, ética y humana, pues el mundo verá lo que son capaces de lograr, porque ahora más que nunca están listos para brillar.

Formación integral sólida

Por otro lado, Guillermo Cuamea Cruz, coordinador General de la Facultad Interdisciplinaria de Ingeniería, destacó que recibirse profesionalmente representa uno de los logros más importantes en la vida adulta, porque no se trata de un objetivo que pueda comprarse o delegarse, es una meta que se alcanza únicamente con esfuerzo personal, constancia y determinación.

Les recordó que no hay tecnologías acertadas para transitar el camino personal y laboral, pues cada uno deberá de construir su propio rubo, tomar decisiones trascendentales y asumir con responsabilidad el papel que le corresponde en la sociedad.

Los alentó a buscar siempre los puestos de jerarquía, la silla en la mesa donde se toman las decisiones.

“La Universidad de Sonora ha brindado una formación completa, no solo académica, sino también ética y humana, que les permitirá hacer frente a cualquier obstáculo que la vida profesional les presente.

En tanto, Joel Enrique Espejel Blanco, director Administrativo del Campus Hermosillo, también ofreció un emotivo mensaje sobre el cierre de una etapa crucial en la vida de los egresados que es la culminación de sus estudios, y lo comparó con la construcción de un nido, el cual nace desde el núcleo familiar y después se expande hacia la universidad, la cual se convierte en un segundo hogar.

Invitó a los egresados a desplegar sus alas como verdaderos búhos universitarios, construir nuevos nidos en su entorno profesional o personal, y llevar consigo los valores que fueron impresos durante su transcurso por las aulas y pasillos de la alma mater; además los exhortó a que el conocimiento adquirido no debe quedarse en el aula, sino que debe ser puesto al servicio del bienestar común.

Durante la ceremonia, la institución hizo entrega de reconocimiento a los mejores alumnos, quienes lograron el más alto promedio de su generación y no reprobaron ninguna asignatura; la distinción fue otorgada a Luz María Galaz Torres, de Ingeniería Metalurgia, Alejandro Daniel del Villar Salas, de Ingeniería Civil.

Andrea Duarte Hernández, egresada de Ingeniería en Sistemas de Información, Ana Paulina Sánchez López, de Ingeniería Industrial y de Sistemas, así como a Heriberto Campa Ortega, de Ingeniería Química.