13 de noviembre de 2025
Elías QuijadaComo parte de las actividades de la conmemoración por el 60 aniversario de la Licenciatura en Trabajo Social se llevó a cabo una jornada de encuentro histórico, reconocimiento profesional y reflexión académica, en la que se destacó el legado de la primera generación de egresadas.
En el Auditorio Emma Corella, del edificio 10B del campus Hermosillo, fue donde se reunieron profesoras pioneras, académicas en activo, estudiantes y autoridades universitarias para recordar los inicios del programa, sus aportaciones a lo largo de seis décadas y los retos actuales que enfrenta la disciplina en el estado.
En entrevista, la profesora jubilada Amelia Iruretagoyena Quiroz, integrante de la primera generación, compartió unas palabras que evocaron los primeros pasos del programa y la responsabilidad con la que asumieron abrir campo al ejercicio profesional.
Recordó que su cohorte inició con 120 estudiantes, de las cuales egresaron 64, todas incorporadas al campo laboral en sectores tan diversos como industria, salud, educación y trabajo comunitario.
Señaló que desde su etapa como alumnas comprendieron la necesidad de promover la profesión de trabajo social, escribir en medios de comunicación y posicionar los campos de acción de la reciente profesión que se germinaba en la alma mater.
Sostuvo que hoy el programa conserva vigencia y reconocimiento, pero insistió en que uno de los retos centrales es fortalecer la vinculación con los sectores empleadores y continuar ampliando la oferta de posgrado para consolidar la formación especializada.
Como parte de la jornada, Iruretagoyena Quiroz participó en el conversatorio “Pioneras de Trabajo Social en Sonora”, junto con otras de las integrantes de la primera generación: Alma Rosa Platt, María Guadalupe Domínguez Jacob y Graciela Ibarra López.
En este espacio, se subrayó el impacto que sus trayectorias han tenido en distintos ámbitos del servicio público y social, desde presidencias municipales hasta consejos consultivos del Instituto Sonorense de la Mujer, mediación y justicia restaurativa, instancias electorales, centros de salud y áreas de recursos humanos, así como en la propia formación académica de nuevas generaciones en la Universidad de Sonora.
La conmemoración incluyó un reconocimiento al significativo aporte profesional de aquella generación, cuyas integrantes ocuparon puestos estratégicos en dependencias municipales y estatales, en el Hospital General, en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la Universidad de Sonora y organizaciones comunitarias.
Se destacó que su legado ha sido determinante para el fortalecimiento de la disciplina, para el impulso de políticas con perspectiva de género y para el desarrollo de programas institucionales relacionados con atención social y derechos humanos.
Finalmente, la comunidad reunida dedicó un espacio especial para recordar a las 10 compañeras de la generación 65–68 que ya no están en este mundo, a quienes se les rindió un aplauso simbólico como un gesto de gratitud y memoria, reconociendo su vida, su servicio y la huella que dejaron en la historia del trabajo social en Sonora.
En el evento estuvieron presentes el jefe del Departamento y la coordinadora del Programa de Trabajo Social, Rubén José Manríquez Rico y María Guadalupe Andrade Bracamonte, respectivamente.




