La enseñanza en línea abre nuevo horizonte para la Universidad: académicos

14 de mayo de 2020


Jesús Alberto Rubio

El proceso de la educación a distancia requiere de alumnos de calidad y, al mismo tiempo, académicos comprometidos con ese objetivo de enseñanza virtual, afirmó Olga Armida Grijalva Otero, docente en el Departamento de Sociología y Administración Pública de la Universidad de Sonora.

Con una trayectoria académica universitaria de 35 años, sostuvo que para el buen funcionamiento de la enseñanza virtual también deberá contarse con un soporte y plataforma tecnológica del mejor nivel posible.

Grijalva Otero planteó que la educación a distancia funciona bien solamente cuando se cumple con un requisito indispensable e inexcusable: que el estudiante sea de alto perfil, es decir, tenga un interés genuino en adquirir conocimiento y capacidad de ser autodidacta.

“Este proceso es sin duda un tema de mucha actualidad donde por la circunstancia actual de la enfermedad del coronavirus 2019 nos introduce en este tema a la posmodernidad; ojalá y en la institución se abriera un espacio o foro donde haya aportaciones de las diversas disciplinas académicas, siempre y cuando no se haga a un lado la esencia de la educación y que las nuevas herramientas tecnológicas de ninguna manera sustituyan al maestro”, puntualizó.

Por su parte, Jesús Horacio Pacheco Ramírez, docente de Ingeniería en la carrera de Mecatrónica señaló que ante cualquier otra situación de emergencia sanitaria como la actual, la administración debe involucrar a los maestros en programas de entrenamiento de educación a distancia, habilitar más espacios de aulas virtuales, abrir la posibilidad de conexión remota a las bases de datos de la Universidad, e invitar a que los docentes impartan por lo menos un curso en línea dentro de su carga académica.

Hizo referencia a que ya maestros de todas las diferentes divisiones académicas tuvieron la fortuna de capacitarse el año pasado en la enseñanza en línea, proceso donde dijo se les mostraron varias técnicas y herramientas para darle sentido a un curso de esa naturaleza. “También nos permitió resaltar la importancia de ponerse en “la silla del alumno”, y pensar cuáles serían los retos para él, desde el horario, hasta el acceso a la tecnología”, añadió.

Pacheco Ramírez afirmó que en la educación cara a cara es sencillo llegar, explicar, retroalimentar, dejar un trabajo, revisarlo y emitir una retroalimentación, así como evaluar el conocimiento mediante un examen resulta también relativamente sencillo. “Sin embargo, existe una barrera al estar mirando a la figura de autoridad en persona, donde a veces los alumnos se quedan con dudas por temor a preguntar algo muy obvio”.

En cambio, aseguró, en la educación en línea se rompen las barreras de comunicación, ya que el alumno es más atrevido para preguntar, sin ese miedo a la "carrilla". Inclusive, agregó, cambia también mucho el sentido de plagiar un trabajo o un examen.

En realidad, dijo, se busca que los alumnos compartan conocimiento y logren un aprendizaje colectivo de mayor calidad, que haya más interacción entre los alumnos y los trabajos llegan con menos detalles que corregir. “Incluso, desde mi perspectiva, esta es la manera en que los nuevos ingenieros resuelven los problemas en campo, compartiendo experiencias y conocimientos”.

Hizo saber que en una encuesta que aplicó a sus alumnos, encontró que se sienten satisfechos por la forma de llevar el curso, sintiendo que aprendieron y que fueron de gran utilidad las sesiones grabadas que les compartió.

Asimismo, añadió, comentaron que para algunos de ellos era un reto cumplir con el horario o de pronto conseguir conectividad a internet para estar a la hora de clase, pero que sin embargo, echando mano de distintos recursos como aula virtual de la Universidad (Avaus), correo electrónico y Sivea, esos retos se fueron mitigando para llegar a un buen nivel de aprovechamiento.

“En mis cursos regulares, el porcentaje de reprobación está por encima de la media y noto con beneplácito que en este ejercicio el índice de reprobación fue cercano a cero, y no sólo eso, toda vez que se entregaron las tareas en tiempo y forma y el ausentismo a las sesiones virtual fue mucho más bajo que en clase regular”, indicó.

Finalmente, señaló que los resultados se pueden notar en el producto final que les solicitó, un artículo en inglés, analizando la situación actual del país en épocas del covid-19, “y te puedo decir sin titubear, que el trabajo presentado es de nivel maestría internacional, siendo que los alumnos son de nivel licenciatura”.

A su vez, Francisco Vargas Serrano, coordinador del programa de Maestría en Finanzas, en el Departamento de Economía, expresó cómo la actual pandemia les obligó a pasar de la impartición de los cursos presenciales a los de línea. “Muchos profesores no estaban familiarizados con las nuevas tecnologías para la enseñanza en línea y algunos hicieron un esfuerzo sobrehumano para lograrlo, pero la mayoría pudo hacerlo”, afirmó.

Subrayó que la Universidad de Sonora ya no será la misma al regresar después de la pandemia, ya que los maestros estarán más proclives a adoptar los cambios tecnológicos que exige la enseñanza a distancia.

“Sin duda, podremos reformular nuestros cursos para impartir más cursos en línea, y esto abre nuevos horizontes para la misma institución y la sociedad. Podremos dar acceso a un mayor número de personas interesadas en la formación profesional y ya no requerirán trasladarse desde sus pueblos o regiones recónditas para asistir a clases”, agregó.

“De esta forma, personas de escasos recursos que antes no tenían posibilidades de dejar su pueblo para acudir a la Universidad, ahora podrán inscribirse. Ello habla de una potencial democratización de la educación superior. Ello también abre posibilidades en el futuro para una mayor internacionalización de la oferta educativa de la institución”, concluyó.