Fallece el arquitecto Daniel Marín Botello: un hombre amable, culto, afectuoso

14 de octubre de 2019


Armando Zamora

“A las futuras generaciones de arquitectos, quiero decirles que amen su trabajo para tener éxito; para tener un edificio que sea bueno hay que amar el trabajo, no verlo exclusivamente como un medio de subsistencia, sino como un medio de realización de su propia persona”, subrayó Daniel Marín Botello el 25 de septiembre de 2013.

Ese día, exactamente 18 años después de que iniciaran los cursos de la Licenciatura en Arquitectura en la Universidad de Sonora, se llevó a cabo una emotiva ceremonia para honrar al profesor Marín Botello: a partir de esa fecha la Sala de Usos Múltiples (SUM) del Departamento de Arquitectura y Diseño de la Universidad de Sonora llevaría su nombre.

Fue un justo reconocimiento a un integrante del dinámico grupo de arquitectos impulsor de la idea de que se abriera esa licenciatura en la máxima casa de estudios de la entidad, una idea que aparecía de vez en vez desde el nacimiento de la alma mater, pero que sin impulso suficiente se quedaba en el limbo. Marín fue maestro fundador de la carrera de Arquitectura en 1995 y en el año 2000 fue coordinador del programa académico.

Nacido en Ciudad Victoria, Tamaulipas, el 13 de febrero de 1932, Daniel Miguel Marín Botello estudió en la Escuela de Arquitectura de la UNAM (1950-1954). Se tituló mediante examen profesional presentado en 1958: el registro de cédula profesional No. 78581 da fe de ello.

El historiador Fernando Herrera Gil señala en una crónica que en 1956, recién llegado a Hermosillo, procedente de Ciudad Obregón, “el joven arquitecto Daniel Marín Botello recibe su primera encomienda: la remodelación de uno de los principales parques de la ciudad: el Jardín Juárez, situado en el cuadrante que forman las calles Matamoros, Colosio (Yucatán, en ese tiempo), Juárez y Sonora, mismo que alguna vez cumplió con funciones de camposanto, transformado ya en esos años en parque recreativo.

“Iniciaba con esta remodelación un periodo en el cual fueron remodeladas varias plazuelas, mismas que como punto distintivo fueron dotadas de modernas y vistosas fuentes, un estilo muy particular que caracterizó los trabajos de este tipo realizados por el arquitecto Marín. En el caso del Jardín Juárez, se transformó en un lugar muy visitado y apreciado por la ciudadanía”, señala.

Herrera indica en su texto que otros trabajos de remodelación de parques se realizarían posteriormente, como la Plaza 16 de septiembre, Plaza Morelos (frente al internado Cruz Gálvez) y el Bulevar Hidalgo, entre otros, todos ellos con su respectiva fuente, bajo la mano experta y creativa del arquitecto Marín.

Calificado por sus colegas y por el personal del Departamento de Arquitectura y Diseño como un extraordinario ser humano, el arquitecto Marín fue fundador del Colegio de Arquitectos de la Ciudad de Hermosillo, en 1957; obtuvo el Premio de Arquitectura Felipe N. Ortega, otorgado por el Colegio de Arquitectos de la Ciudad de Hermosillo, así como el Reconocimiento por Trayectoria Profesional, en el marco del galardón Profesionista del año 2009, entre muchos otros.

Daniel Marín Botello fue autor de más de 160 obras de tipo comercial y residencial en Hermosillo y otras ciudades del estado obras, entre casas habitación, edificios comerciales y remodelaciones. Obran en su currículum los trabajos de la Escuela Uruchurtu, en Villa de Seris, el Edificio Coca-Cola, la Fábrica Bimbo (actual Hotel Araiza Inn), VH Pitic (frente al Casino de Hermosillo), los dormitorios del Instituto Kino y la remodelación de la Hacienda Quinta Nápoles.

Aquel día de septiembre de 2013, Daniel Marín agradeció a la comunidad el reconocimiento y expresó a los presentes sentirse sumamente conmovido por tal distinción, que también entrañaba una responsabilidad de su parte, “para seguir gozando del cariño y la comprensión de todos los maestros de esta escuela” señaló.

Su recuerdo seguirá presente en los pasillos y aulas del Departamento de Arquitectura y Diseño de la Universidad de Sonora, no sólo porque el SUM lleva su nombre, sino por haber sembrado las semillas del gran ser humano que fue: un enorme compañero, un profesor culto como el que más, gentil, amable, afectuoso, un individuo tocado por el respeto y la bonhomía.

Daniel Miguel Marín Botello falleció el 11 de octubre en Hermosillo. Descanse en paz quien alguna vez dijo: “Me gusta mucho dar clases, sobre todo convivir con los jóvenes; siento que me revitaliza, independientemente de poder compartir con ellos mis conocimientos y experiencias… probablemente aprendo yo más de ellos que ellos de mí”. Ese es el sello de los grandes espíritus.

Este día, lunes 14 de octubre, se le rendirá un homenaje en el patio central del Departamento, en punto de las 11:00 horas.