Un esquema de gobierno abierto requiere de actitudes y voluntades colaborativas: Víctor Samuel Peña

23 de junio de 2017


El esquema de gobierno abierto y de la transparencia necesariamente requiere de actitudes y voluntades de gobierno y ciudadanía, “lo cual obviamente no se logra por decreto”, afirmó Víctor Samuel Peña Mancillas, profesor investigador de El Colegio de Sonora e integrante del Consejo Consultivo del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAE).

Al participar en el Primer Congreso de Archivo y Transparencia, motor para la democracia, dijo que cuando ese esquema no es precisamente por decreto, se tiene que construir mediante un largo proceso, el cual puede tener un resultado incierto, o trabajarse a través de una intensa propaganda que puede entrañar el peligro de la simulación.

En su intervención en la Mesa 3, Transparencia y gobierno abierto, componentes esenciales para los estados democráticos, expresó que en el caso de México, y en particular de nuestra entidad, “hay todavía mucho por trabajar en este tema”.

A principios de 2016, en Sonora se firmó un convenio con el INAE para “entrarle” a los ejercicios de gobierno abierto, estableciéndose luego en octubre el secretariado técnico tripartita, y ahora sólo falta desarrollar mesas de trabajo colaborativo entre gobierno y sociedad civil para elaborar el plan anual, hacerlo funcionar y darle seguimiento.

En el México actual, convulsionado por la falta de confianza y acercamiento entre gobierno y sociedad, hace un mes “prácticamente abortó” la propuesta de gobierno abierto cuando la sociedad civil se levantó de la mesa de negociaciones al señalar que varios de sus integrantes fueron objeto de espionaje.

También hizo una crítica a la diferencia que existe en trabajar de manera racional con la sociedad civil, que es complicado e incierto, y el llenar un auditorio con gente, que es precisamente lo que sucede. “Se llenan las mesas y se elaboran documentos, pero nada pasa. Eso es precisamente lo que debemos evitar a toda costa, porque lo único que lograremos será decepcionar a la ciudadanía”, reiteró.

Víctor Samuel Peña advirtió que cuando se trata de hacer un gobierno abierto, partiendo de la frase “todos lo quieren, no todos pueden”, se da un gran interés de sumarse al tema, pero la experiencia enseña que “querer no necesariamente es poder”.

Recordó que entre el 2014 y 2016, cuando participó como consultor en la elaboración del modelo para el gobierno abierto, se recomendó trabajar en el desarrollo de capacidades en el sector público; sin embargo, la experiencia demostró que “si no tienes capacidades desarrolladas en el sector público, todo se vuelve una simulación”.

Respecto a los gobiernos abiertos, informó que se tienen experiencias a nivel internacional en casi 90 países, pero hay una gran diferencia con respecto a México, ya que aquí se tienen dos características diferentes: una, que se establece como prácticamente una obligación el funcionamiento de un secretariado tripartita --gobierno, sociedad civil y órganos de transparencia--, lo cual sucede muy poco.

“La otra es el hecho de que México fue el primer país donde se intentó llevar el tema de gobierno abierto a los estados y municipios, encontrándose que no siempre se tienen los resultados esperados”, concluyó. (JAR)