Fue liberación de la mujer y sus derechos la mayor revolución del siglo XX

17 de marzo de 2015


Es indudable que la mayor revolución en el siglo XX --como bien lo dijo Octavio Paz--, fue la liberación de las mujeres, proceso donde se generó la conquista del voto y el derecho a obtener las mismas prestaciones que los hombres, estableció María Teresa González Saavedra, académica del Departamento de Derecho de la Universidad de Sonora.

Al participar en la mesa redonda “Mujeres del saber”, organizada por el Archivo Histórico de nuestra institución, dijo que el movimiento sufragista, la implantación de políticas de no discriminación y equidad de género, son un pequeño recuento de los avances a lo largo de poco más de un siglo.

Asimismo, afirmó que hoy se ve a las mujeres con valiosas aportaciones en la educación, la ciencia y en ámbitos de la cultura y la política, multiplicando cada vez más funciones a las que antes se le tenían vedadas.

Hemos visto que en este nuevo devenir de la sociedad --reiteró-- cómo han cambiado sustancialmente las capacidades productivas, de conocimiento y de oficios, avances fundamentados en revoluciones científicas y técnicas que presionan sobre los sistemas de organización social y política.

González Saavedra advirtió que es urgente atender con más y mejores estrategias, acciones y políticas públicas, los graves problemas de violencia intrafamiliar, feminicidio, discriminación, acoso sexual y laboral, maltrato en el trabajo doméstico, desvaloración del mismo, mayor vulnerabilidad que los varones en condiciones de pobreza o de vejez, entre otros, que aún prevalecen.

La académica universitaria admitió que, por fortuna, los derechos de la mujer y de género avanzan de manera constitucional, creándose órganos especiales para su protección, además de ser objeto de activismo intenso.

Sostuvo que la mujer ha contribuido a la supervivencia del desarrollo de la humanidad al menos por la mitad, si no es que más, no sólo por razones biológicas, sino por su desempeño indisoluble en la tribu, el clan, la familia y la sociedad.

Este cambio moral, puntualizó, hoy permea las capas más ilustradas o sensibles de la masculinidad, pero que en el mundo en extenso, dista de ser un registro efectivo.

“La visibilidad del conflicto del macho frente al rol de la mujer expresa una actitud de resistencia al cambio, cuyo costo es altísimo: la neutralización de la mujer y la concomitante minimización de su valor social, así como invisibilización”, concluyó en la Sala de Exposiciones del Archivo Histórico, ubicado en el costado sur del Museo y Biblioteca de nuestra casa de estudios. (JAR)