CAPÍTULO I - LA UNIVERSIDAD DE SONORA Y SU CONTEXTO
TENDENCIAS MUNDIALES Y EDUCACIÓN SUPERIOR
EL CONTEXTO NACIONAL Y ESTATAL
OPORTUNIDADES, RIESGOS Y DESAFÍOS
TENDENCIAS MUNDIALES Y EDUCACIÓN SUPERIOR
Algunas tendencias que se habían delineado anteriormente se han acelerado en la primera década del siglo XXI. El mundo enfrenta importantes retos por la rapidez y magnitud de los cambios presentados. El fenómeno de la globalización se ha intensificado, afectando prácticamente todos los ámbitos de las sociedades contemporáneas. El mundo está ahora más integrado en lo económico, en lo comercial, en lo financiero, en lo social y en lo educativo. Asimismo, se ha refrendado el papel de la información y el conocimiento como un factor estratégico en la generación de riqueza, de manera que se continúa el tránsito de un crecimiento económico basado en el uso extensivo de los factores tradicionales, tierra, capital y trabajo, a una sociedad basada en el conocimiento.
Es de destacar también el notable incremento en
el desarrollo y uso de las nuevas tecnologías de la
comunicación e información. En particular, las
tecnologías detrás del Internet, que si bien fueron
desarrolladas hace algún tiempo, en años recientes
se ha acelerado su uso masivo, a tal grado querepresenta una revolución en términos de sus
impactos sociales, económicos y políticos.
Si bien se pueden apreciar importantes efectos positivos de un mundo más integrado, la crisis económica por la que atraviesa actualmente el mundo, de magnitud sólo superada por la Gran Depresión de 1929, se ha magnificado y expandido debido a la gran interdependencia existente. Un problema que inició en el sector inmobiliario estadunidense, rápidamente se convirtió en una crisis financiera de ese país que se expandió en el mundo y que terminó afectando al crecimiento económico de la gran mayoría de los países y desmejorando las condiciones de vida de gran parte de la población.
Hoy en día, el mundo está experimentando
presiones importantes que ponen en riesgo la
posibilidad de lograr un desarrollo sustentable.
Por un lado, se tiene una situación de crisis
económica mundial, causada por los desórdenes en
la estructura financiera, cuyos efectos todavía se
sentirán por varios años. Ante esta situación, lejos
de avanzar en la solución de uno de los grandesproblemas mundiales, que es la pobreza, la tiende
a agravar. Actualmente, al menos 40% de la
población mundial todavía no alcanza a cubrir sus
necesidades básicas.
Por otra parte, el crecimiento poblacional mundial
de las últimas seis décadas, de alrededor de 2,500
millones a poco más de 6,700 millones de habitantes,
ha puesto presión sobre la necesidad de producir
una mayor cantidad de satisfactores. Ello, aunado a
los hábitos de una sociedad de consumo, ligada a la
energía barata y a la explotación ilimitada de los
recursos naturales, ha derivado en importantes
efectos ecológicos negativos. Los desórdenes en el
ambiente, que han impactado al mundo en los años
recientes, se asocian a esa realidad, en particular al
calentamiento global causado por las emisiones
descontroladas de bióxido de carbono,
frecuentemente relacionadas con la actividad
humana.
Este entorno mundial actual tiene importantes
implicaciones en la educación superior. De acuerdo
a la Conferencia Mundial de Educación Superior de
la UNESCO, celebrada en París, en julio de 2009,
existen varios factores dinámicos que la están
transformando profundamente. En primer lugar,
ligado al incremento poblacional, se ha acelerado el
crecimiento de la demanda de educación superior,
al aumentar la matrícula mundial en 53% en la
última década, que implica 51 millones de nuevos
estudiantes desde el año 2000. El segundo factor es
la diversificación de instituciones de educación
superior, destacando que alrededor del 30% de lamatrícula global de educación terciaria es atendida
por centros de enseñanza privados. El tercero es el
impacto que han tenido las tecnologías de la
información y comunicación, que han
revolucionado el proceso de enseñanza y
aprendizaje, y la generación y aplicación del
conocimiento. El cuarto es la mundialización, que
se refleja en el desarrollo de redes académicas,
intercambio, cooperación y movilidad internacional
de académicos y estudiantes. De hecho, como
resultado de la globalización, 20% de los estudiantes
de educación superior pasan parte de su tiempo
estudiando en algún país extranjero.
EL CONTEXTO NACIONAL Y ESTATAL
Económico
México no ha tenido un crecimiento económico
sostenido en las últimas décadas. Sin embargo, con
todo y las fluctuaciones constantes, es posible
distinguir dos periodos: entre 1940 y 1980 era
común observar tasas de crecimiento del Producto
Interno Bruto (PIB) de entre 5 y 10%; de 1981 a la
fecha se observan tasas moderadas de crecimiento
del PIB, frecuentemente entre 1 y 5%, combinadas
con periodos de decrecimiento económico,
identificándose cuatro situaciones de crisis en este
segundo periodo.
En el 2000, con el cambio de partido en el
gobierno, se abren expectativas de crecimiento y
desarrollo económico. Sin embargo, durante los tres primeros años el crecimiento fue prácticamente
nulo, alcanzando el valor máximo en el último año
del sexenio, con 4.8%. En los primeros dos años del
presente sexenio continuó la desaceleración
económica, mientras que para el tercero, los efectos
de la crisis económica internacional causaron
estragos en la economía mexicana, registrándose
una drástica caída del 10.3% en el segundo trimestre
de 2009.
Este mal desempeño en términos de crecimiento
económico ha tenido efectos negativos en el empleo
y, en general, en las condiciones de vida de la
población, a niveles tales que aún se encuentra en
situación de pobreza extrema alrededor del 20%
de la población mexicana, cifra que se eleva si se
consideran otros conceptos de pobreza.
Por otro lado, es de destacar que desde hace
algunos sexenios se ha avanzado en sostener la
estabilidad del marco macroeconómico: la inflación
se ha reducido, la tasa de interés ha bajado, se ha
mantenido un control de los agregados monetarios
y el equilibrio fiscal. Sin embargo, la reciente baja
en el precio internacional del petróleo y la reducción
de la plataforma petrolera evidenció, de nuevo, la
fragilidad de las finanzas públicas que dependen en
buena parte de los ingresos petroleros.
En Sonora, durante las últimas décadas se ha
presentado un cambio importante en la estructura
económica, con la disminución de la importancia
del sector agropecuario y el desarrollo del sector
manufacturero, impulsado por la industria maquiladora de exportación y la automotriz. Esta
industrialización del estado también trae consigo
un cambio en la distribución geográfica de la
población, en el cual crecen las ciudades fronterizas
y las principales ciudades, en detrimento de la zona
rural.
La entrada en vigor del Tratado del Libre
Comercio de América del Norte propició para
Sonora efectos positivos en la balanza comercial y
en la generación de empleo, creciendo la industria,
la agroindustria, la ganadería y la minería, apoyadas
por el capital extranjero. Esto, a su vez, hizo al
estado más vulnerable frente a las fluctuaciones de
la economía internacional. Esta situación se ha
manifestado en caídas en la producción sonorense
ligadas a las dificultades de la economía
estadounidense, tanto en el 2002 como en la
actualidad.
Así, en Sonora, en los últimos años, se ha
observado una tendencia a crecer por encima
del promedio nacional, pero en época de crisis
vinculadas al entorno internacional, las caídas
en el PIB estatal son mayores que las del
nacional.
En lo que respecta a la composición sectorial del
Producto Interno Bruto de Sonora, en la actualidad
destaca el sector servicios con 59.5%, le sigue el
industrial con 31.8% y por último el agropecuario
con 8.7%. A ello se le asocia una similar distribución
sectorial de la población ocupada, de 59.6%, 28.2%
y 9.6%, respectivamente.
Así, la economía sonorense se transformó, dejando de lado su carácter primario, impulsada por la industria, que ahora enfrenta una nueva situación en que la inversión extranjera, su principal promotor, sufre los efectos de la crisis mundial y pone de nuevo al sector servicios como una de las pocas alternativas para la población en búsqueda de empleo.
Demográfico
La dinámica demográfica del país, aunque no en
los mismos tiempos, sigue la tendencia que a nivel
mundial se perfila: una reducción de las tasas de
natalidad y mortalidad, generando que disminuya
en términos relativos la población joven y aumente,
tanto de manera relativa como absoluta, la población
de edad avanzada, sobre todo la que está en edad
de trabajar. El ritmo de crecimiento de la población
se ha desacelerado en función de la natalidad, que
sumada a las mayores expectativas de vida, genera
que la pirámide de población tienda a invertirse.
La pirámide de población correspondiente a
1970 tiene una abultada base: la población de 19
años y menos sumaba 57.6%, cifra mayor que la que
alcanzaban las personas de 20 a 64 años (39.6%). En
la actualidad, se observa una forma más rectangular
de la pirámide, pues en 2005 la población de 20 a
64 años era ya más de la mitad (51.3%), grupo en el
que están los individuos que por lo general integran
la población económicamente activa. También la
proporción de quienes tienen 65 años y más pasó
de 3.7 a 5.5% de 1970 a 2005.
El promedio de hijos por mujer del grupo de 15 a 49 años, pasó de 5.7, en 1976, a 2.1, en 2008. Las prácticas promovidas desde los años setenta para el control de la natalidad han tenido efecto; además, el cambio en el estilo de vida de la sociedad, que ha puesto cada vez más en obsolescencia los tradicionales roles de género, provocó que en las nuevas generaciones el papel de la mujer sea más activo en el ámbito educativo y laboral.
Lo mismo sucede con la creciente concentración
de la población en áreas urbanas. En 1970, las
localidades de más de 2,500 habitantes concentraban
al 58.7% de la población, mientras que en 2005 se
elevó a 76.5%.
El estado de Sonora, en cuanto a la dinámica
poblacional, ha tenido un comportamiento cercano
al observado en el ámbito nacional, y en relación
con algunos indicadores demográficos, la tendencia
es más acentuada. Es sabido que a nivel nacional, el
desarrollo -en todos los sentidos- suele ser
heterogéneo por regiones. Atendiendo a esta
heterogeneidad, el Consejo Nacional de Población
(CONAPO) ha agrupado a las entidades federativas
de México en tres grandes conjuntos según la fase
de la transición demográfica en la que se encuentran,
catalogando a Sonora en el último estrato -de
“transición muy avanzada”- por sus reducidos niveles
de fecundidad y mortalidad infantil.
La tasa de crecimiento medio anual ha sido
ligeramente superior en Sonora respecto al
promedio nacional: en 2005, el valor estatal fue de 1.4, y el nacional alcanzó apenas la unidad. La
población de la entidad se duplicó de 1970 al año
2000, pasando de 1,098,720 a 2,216,969, y llegando
a 2,394,861 habitantes registrados en el Conteo
2005, de los cuales 49.97% son mujeres y 50.03%,
hombres.
Según el Instituto Nacional de Estadística y
Geografía (INEGI), tres municipios concentran poco
más de la mitad de la población total: Hermosillo
registra 701,838 habitantes; Cajeme, 375,800, y
Nogales, 193,517 habitantes.
En 2005, el promedio de escolaridad de la
población de 15 y más es de 8.9 años, medio año
más que en el año 2000, sin mostrar diferencias por
género. El municipio de Hermosillo registra 9.9
años, equivalente a un año de educación media
superior, con lo cual se ubica como el más
sobresaliente en este aspecto. En cifras estimadas,
la Secretaría de Educación Pública atribuye a
Sonora, en 2008, un promedio de 9.2 años de
escolaridad, colocándose la entidad en sexto lugar
nacional, por encima del parámetro agregado a ese
nivel, de 8.5 años.
También para 2005, INEGI reporta que 4.2% de la población de 15 años y más en Sonora no tenía ningún nivel de instrucción; 12.6% contaba con primaria incompleta; 14.8% logró concluir la primaria; 30.1% tenía al menos un grado aprobado en secundaria o en estudios comerciales; 21.3% aprobó algún grado en bachillerato o equivalente, y 15.2% alguno en estudios superiores.
Educativo
En la década del sesenta, la expansión de la
educación superior se generalizó a escala mundial.
México no fue la excepción: incrementó
paulatinamente la cobertura y respondió así a una
continua demanda con el aumento de la matrícula
en las universidades públicas e instituciones privadas.
La importancia de la educación superior ha ido
cobrando peso en la composición del Sistema
Educativo Nacional, el cual muestra las tasas de
crecimiento medias anuales de mayor dinamismo
en los niveles medio superior y superior.
Aun cuando el crecimiento de la matrícula ha
ido en aumento, la presión de la sociedad por más
espacios educativos también es creciente. La educación
básica ha alcanzado niveles que podrían considerarse
como satisfactorios: a nivel nacional, se ha logrado
una cobertura de alrededor de 95% para los grupos
etarios correspondientes; sin embargo, la brecha
más amplia entre la oferta y la demanda se presenta
en el nivel medio superior y superior.
La cobertura de la población de 16 a 18 años
pasó de 36%, en 1990, a 62.4%, en 2008, y la tasa
de absorción para el nivel medio superior fue de
75.4 a 96.2% en el mismo periodo. Asimismo, la
absorción correspondiente al nivel superior se ha
incrementado paulatinamente en términos
absolutos, aunque la capacidad de respuesta del
sistema no ha sido similar en el resto de los niveles
educativos, que presentan una tendencia al alza,
estabilizada en los últimos años.
Por otra parte, con una eficiencia terminal del bachillerato que se ha mantenido relativamente estable durante el periodo de 1990 a 2008 -que oscila en un rango de entre 54.4 hasta 61.6%-, la absorción del nivel superior no ha mostrado una tendencia a la alza en la última década.
Es previsible que la demanda de los jóvenes que
egresan del bachillerato, por inscribirse a las
diferentes modalidades de educación superior,
aumente en el futuro debido al cambio en la
estructura poblacional y al hecho de que el alcanzar
un título universitario aumenta la probabilidad de
obtener un empleo en un mercado laboral cada vez
más competido, cuyas oportunidades no crecen
a la par, influido por el lento crecimiento de la
economía.
La tendencia de crecimiento del sistema de
educación superior en el estado de Sonora es
similar a la que se asume a nivel nacional; sin
embargo, las tasas de crecimiento anuales de la
matrícula son más elevadas.
Es evidente el crecimiento que en las últimas
décadas ha tenido la educación superior en el
estado, cuyos principales detonantes han sido la
urbanización, industrialización y la presión
permanente de los jóvenes por el acceso, que han
propiciado un gran desarrollo de los institutos
tecnológicos federales y descentralizados, así como
de las universidades tecnológicas, sin dejar de lado
la fuerte participación que en los últimos años ha
tenido la iniciativa privada.
Para medir con más precisión la cobertura de la educación superior, se incluye a los niveles licenciatura, técnico superior y normal, excluyendo el posgrado, para contrastarlo con la población de 18 a 22 años; es decir, la que típicamente cursa estos grados. El porcentaje de cobertura para Sonora es mayor que el nacional, y a partir de ciclo 1997-1998 la diferencia es superior a los siete puntos porcentuales. Así, mientras en el ciclo 1999-2000 la cobertura estatal era de 28.2%, a nivel nacional la cifra se ubicaba apenas en 19.1%. Ya para el ciclo 2008-2009, mientras en Sonora se alcanzó una tasa de 34.8%, el país tenía una cobertura del 25.3%.
Laboral
De acuerdo a información de la Encuesta
Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en 2009
la población de 14 años y más en México se sitúa en
alrededor de 78.5 millones de personas, de las
cuales 47.4% son hombres y 52.6% son mujeres.
De ellos, alrededor de 45.7 millones se consideran
Población Económicamente Activa (PEA), que
representan el 58% del total. De la PEA, 43.3
millones se encuentran ocupadas, el 94.8%, mientras
que 2.3 millones están desocupadas.
Por niveles de ingreso, 12.9% de los trabajadores
gana menos de un salario mínimo mensualmente;
22.2% gana entre 1 y 2 salarios mínimos; 19.6%
percibe ingresos entre 2 y 3 salarios mínimos, y
28.4% gana más de 3 salarios mínimos. El resto no
percibe ingresos o no los especificó.
En relación con el nivel de instrucción de la población ocupada, 16.7% tienen primaria incompleta; 22.0%, primaria completa; 32.6%, secundaria completa, y 28.6%, nivel medio superior y superior.
De acuerdo a cifras del Observatorio Laboral Mexicano, en el segundo trimestre de 2009, el número de profesionistas ocupados en México ascendió a 5.7 millones de personas. Las carreras con mayor número de profesionistas ocupados son Administración, Contaduría y Finanzas y Derecho. El porcentaje de mujeres profesionistas ocupadas, con respecto al total de profesionistas ocupados, es de 41.1%. El 80% de los profesionistas son asalariados. El ingreso promedio mensual de los profesionistas ocupados en el país fue $10,161 pesos. Otro rasgo característico del mercado laboral de profesionistas en México, es que una parte importante de ellos, alrededor de 30%, no se encuentra desempeñando ocupaciones afines a su formación profesional.
Según cifras de la ENOE, al segundo trimestre de
2009, Sonora tiene una población de 14 años y más
de 1,859,813 personas. De ellos, se consideran
económicamente activos (PEA) el 57.3%. En términos
de género, la PEA del estado se divide en 62.6% de
hombres y 37.4% de mujeres. La tasa desempleo
abierta en el estado se ubica en 5.6%.
De acuerdo a los resultados del estudio de
egresados de la Universidad Sonora en 2008, el
94.4% de los egresados que entraron al mercado se
encontraba ocupado, y 5.6%, desocupado. Del primer grupo, 72.1% trabaja en empresas privadas,
y 27.2%, en instituciones públicas. Respecto a su
posición en el trabajo, el 90.9% es empleado, y el
9.1%, propietario o trabajador independiente. En
cuanto al sector en que se desempeñan, destaca el
comercio, seguido por el gobierno, los servicios
educativos y la industria manufacturera. Los
egresados universitarios tienen un ingreso promedio
mensual de $10,329 pesos.
Asimismo, dicho estudio arroja datos sobre la
situación de la sobreeducación y el desfase del
conocimiento en el mercado laboral, similares a la
del nivel nacional. Del total de egresados ocupados,
11.1% considera que sus conocimientos superan
los requerimientos de su puesto de trabajo, mientras
que para el 23.9% de los egresados el tener una
carrera universitaria no fue requisito para obtener
su puesto actual.
OPORTUNIDADES, RIESGOS Y DESAFÍOS
Oportunidades
1. La tendencia hacia la mundialización abre
gran cantidad de oportunidades para la Universidad,
que van desde aumentar la movilidad de académicos
y estudiantes, hasta el fortalecimiento de las redes
de cooperación académica, en beneficio del
desarrollo de sus funciones sustantivas.
2. Los avances constantes en las Tecnologías
de la Información y Comunicación le abren a la
Institución la posibilidad de mejorar sus procesos de
enseñanza-aprendizaje, a la vez que le representan
un medio para ampliar su oferta educativa mediante
opciones no convencionales.
3. La creciente valoración del conocimiento
pone en papel relevante a la Institución, lo que
ofrece la oportunidad de intensificar su relación
con los distintos sectores de la sociedad.
4. El crecimiento de la población en edad de
trabajar en el país representa la oportunidad de
proporcionarle educación superior de calidad y
contribuir con ello al aumento de la productividad
y al desarrollo económico y social del país.
5. Las debilidades de la estructura económica
de Sonora le dan la oportunidad a la Universidad de
realizar estudios y elaborar propuestas que permitan
diversificar su economía.
6. La alta cobertura de educación superior en
Sonora, en relación con el promedio nacional, le
posibilita a la Institución enfocarse en la consolidación
de sus funciones sustantivas y buscar opciones para
atender a otro segmento de la población activa.
Riesgos y desafíos
1. En el contexto de los cambios tecnológicos,
la Institución tiene el reto de dotar al estudiante de
capacidades, aptitudes y posibilidades que le
permitan apoyar el desarrollo de una sociedad
basada en el conocimiento.
2. La Institución debe jugar un papel importante en la promoción del desarrollo sustentable, a través de la inclusión de valores, conocimientos y competencias para ayudar a resolver los problemas sociales, económicos y del ambiente.
3. La Universidad debe proporcionar acceso a
una educación superior de calidad para reducir los
niveles de pobreza del país y mejorar sus
condiciones de vida.
4. La Universidad tiene la responsabilidad de
promover el estudio de los problemas que aquejan
a la sociedad, tales como la seguridad pública,
cambio climático, manejo de agua, energía
renovable y salud, así como plantear sus respectivas
soluciones.
5. El insuficiente crecimiento económico del
país y del estado, que agudiza los problemas del
mercado laboral de los profesionistas, le presenta a
la Universidad el desafío de lograr que sus egresados
reorienten su formación para mejorar sus
condiciones de empleabilidad.
6. La situación de crisis económica actual y la
fragilidad de las finanzas públicas del país,
representan para la Institución el riesgo de tener
niveles de financiamiento público menores.
7. Ante las limitaciones del mercado de
trabajo en el estado, la Universidad tiene el reto de promover entre sus estudiantes una cultura
emprendedora, que le permita a una proporción mayor de sus egresados desempeñarse por cuenta
propia y crear empresas.