Miguel Arturo Cervantes Montoya

Aleyda Gutiérrez Guerrero//

De niño quería ser pintor y no desistió en el intento, pero se formó profesionalmente en el ramo de la física, disciplina a la que ha dedicado más de cinco décadas como docente e investigador en la Universidad de Sonora.

Miguel Arturo Cervantes Montoya es académico del Departamento de Investigación en Física y estos primeros 50 años de labor docente son para él toda una vida dedicada a la Unison.

“Trabajar este tiempo, que es toda una vida, por una institución, sólo se puede lograr cuando se tiene la camiseta puesta, amor por la Universidad, aprecio y cariño; sin eso, yo creo que pues no hubiera durado tanto.

“’Qué aguante’, me dicen, ‘50 años’. No, el de ellos, que me han aguantado todo este tiempo”, dice riendo.

Reconoce en la Universidad de Sonora el lugar que le ha dado su realización profesional y donde espera seguir contribuyendo, así como un sitio donde hay mucho talento.

Alumno de Altos Estudios

El académico confiesa que en realidad quería ser artista, y que desde niño le gusta mucho la pintura, pero su padre lo desanimó y le recomendó que mejor estudiara Ingeniería en Electrónica, pero en el estado no se ofrecía y optó por la Física.

“Y me gustó mucho. No me arrepiento. Es una carrera más fundamental y es la base de todas las demás ciencias aplicadas. Ha sido una experiencia muy bonita porque en realidad la física es muy amplia en su aplicación, tiene uno que saber física para ser buen ingeniero, químico, biólogo, etcétera”, indica.

Es egresado de la Escuela de Altos Estudios de la Universidad de Sonora, donde cursó la licenciatura. En recuerdo menciona que la fundación de esta área académica en 1964 se realizó con la intención de formar a los próximos docentes e investigadores para la alma mater sonorense en ciencia básica.

“Incluía tres disciplinas: Matemáticas, Física y Letras. Era una unidad muy pequeña en cuanto al número de docentes, eran cuatro o cinco por cada área, los estudiantes cerca de 200, y fue un paso enorme de la introducción de las ciencias básicas en la Unison. Fue en el rectorado de Moisés Canale y contó con elementos muy valiosos del ámbito nacional en el área de ciencias exactas, como Enrique Valle Flores, Manuela Garín de Álvarez y Óscar Valdivia.

“En aquel entonces, no era un sistema departamental como ahora, sino más bien el estilo de la Universidad Escolástica, que se siguió después del gobierno de Napoleón en Francia, contraria al sistema departamental como el de Estados Unidos, pero por 1981 empezó la Unison a transitar al modelo departamental”, indica.

Especializado en Óptica

Miguel Cervantes estudió la licenciatura de 1969 a 1974, luego se fue a hacer una Maestría en Ciencias con especialidad en Óptica, en el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), ubicado en el pueblo de Tonantzintla, municipio de San Andrés Cholula, en el estado de Puebla.

Más adelante, obtuvo el doctorado en la Universidad de Arizona, también en el campo de la Óptica, y fue el primer egresado de la Unison en doctorarse en una institución extranjera.

“Ya para entonces yo contaba con la recomendación de muy buenos científicos que estaban trabajando en Arizona y también del doctor Guillermo Haro, fue gracias a él que ingresé a la Universidad de Arizona y estuve ahí cuatro años para obtener el grado”, comparte.

Tras presentar su examen final de doctorado, el 4 de enero de 1982, regresó a Hermosillo, a la Universidad de Sonora. Declara que el presidente de la República de aquel entonces, José López Portillo, hacía énfasis en que había dinero para que los científicos pudieran trabajar, y cuenta que se fundó el Sistema Nacional de Investigadores, al cual perteneció 31 años, de 1984 a 2015.

Una buena explicación

Comenzó a ejercer la docencia siendo estudiante en la alma mater sonorense, cuando en su tercer año de la licenciatura le pidieron dar clases a los alumnos de primero y de segundo de la misma carrera.

“Les di la clase de Laboratorio de Física Moderna, en el edificio de Altos Estudios, que contaba con un laboratorio excelente, realmente era muy buen equipamiento para la impartición del curso de laboratorio a nivel de licenciatura también”.

Menciona que los estudiantes lo evaluaron recientemente con calificación de 9.4, lo cual le da mucha satisfacción y resalta que siempre se ha esmerado en ser entendido mientras da una explicación técnica, por lo que es muy gratificante para él darse cuenta que los alumnos pueden entender.

“En una ocasión estaba yo explicando las leyes de Newton y al terminar en el pizarrón me di la vuelta hacia mi grupo, que era de Mecatrónica, y estaban algunos estudiantes con una cara que parecía que habían visto al diablo. Entonces les pregunté el porqué de esas caras, y uno de ellos me dice, muy valientemente: ‘esta es la tercera vez que llevo este curso y hasta ahorita voy entendiendo lo que me querían decir’. O sea, se sorprendían de haber comprendido a cabalidad, eso da mucha satisfacción, porque compartes con ellos todo lo bonito que tiene la ciencia y se dan cuenta de que se puede comprender, con una explicación bien hecha.

“A mí me gusta mucho la docencia, desgraciadamente no tuve oportunidad de dar más clases, pero en el posgrado imparto dos cursos regularmente, son opcionales, Física de láseres y Óptica de Fourier”, declara.

Promotor de la investigación y los posgrados

En la charla con el maestro, habló de fechas relevantes que le tocaron vivir en su transitar por la Universidad, entre ellas, su participación como uno de los fundadores, en 1977, del Centro de Investigación en Física de la Universidad de Sonora (Cifus).

“Para comenzar actividades de investigación se promovió también abrir el posgrado, porque además era exigencia del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Debo aclarar que fue la primera unidad académica dedicada a la investigación científica, porque el Cictus ya realizaba investigación de tipo tecnológico antes que el Cifus.

“Ahí intervine como fundador, éramos un grupo como de seis personas que estábamos haciendo todos los esfuerzos porque se reconociera esa unidad y que tuviera el aval de la Secretaría de Educación Pública, que fue quien primeramente patrocinó aquí la investigación en física”, cuenta.

El programa de Maestría en Ciencias (Física) fue aprobado por el Consejo Universitario en 1984, indica quien también fue el primer coordinador de ese posgrado, pero aclara que la aprobación dentro de la Universidad del nivel doctoral fue hasta 1995, casi once años después que la maestría.

“Eso fue un avance muy importante, porque hasta donde yo sé, fue el primer posgrado con nivel doctoral en la Universidad de Sonora. Me queda la satisfacción de que fue durante mi ejercicio como jefe de Departamento que se aprobó el nivel doctoral, posteriormente vinieron otros doctorados en la Universidad de Sonora, pero el nuestro fue el primero a nivel regional”, destaca orgulloso.

Senior Member de la Óptica

Platica que le ha tocado formar parte de comisiones y eventos relevantes que se han realizado en la Universidad de Sonora. Recuerda que junto con un grupo de físicos de esta casa de estudios, en 1984 promovió que el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica eligiera a Sonora, específicamente al municipio de Cananea, para establecer ahí el Observatorio Guillermo Haro.

“Es el observatorio con el instrumental más grande, pero la idea de establecerlo ahí fue impulsada por nosotros y nos dimos cuenta con alegría que el Instituto, a través de su director, Guillermo Haro Barraza, decidieron que el mejor sitio estaba en Cananea, esa es una cosa que me da mucha satisfacción porque competíamos con otros sitios muy interesantes en Jalisco y Oaxaca”, revela.

También señala que en 1985, poco después del temblor de la Ciudad de México, la Sociedad Mexicana de Física realizó en la Unison su congreso nacional, y recuerda que los físicos que asistieron explicaron muchos de los fenómenos del temblor y cómo ocurrió la propagación de las ondas sísmicas. Este congreso se realizó nuevamente en 2004.

Otro evento relevante, menciona, fue la realización, en 1997, de un simposio para celebrar el 20 aniversario del establecimiento del Centro de Investigación en Física, y que para esto invitó a dos de sus maestros en Estados Unidos ganadores del Premio Nobel, uno fue Willis Lamb, que recibió este galardón en 1955, y asistió también Nicolaas Bloembergen, de origen holandés, quien fue distinguido en 1981.

Pero uno de los momentos relevantes para él es sin duda el trabajo que se realizó con un grupo de científicos rusos. Relata que estando fuera de la Unison entró en contacto con un grupo que deseaban tener intercambio con México.

“Fuimos tres personas de la Unison a buscar establecer colaboración académica con Rusia, era el rectorado de Marco Antonio Valencia, y una de las primeras actividades allá fue conversar con Alexander Prokhorov, uno de los inventores del láser, quien nos preguntó qué era lo que nos interesaba en concreto.

“Yo llevaba en mente establecer una colaboración en el campo de la óptica fotorrefractiva, y ante esto, estuvo de acuerdo y nos dijo que contábamos con su apoyo. Al día siguiente ya estaba firmado el convenio por él, nos lo trajimos y lo firmó el rector.

“Ese convenio ha fructificado a través de muchos intercambios, visitas, pero principalmente de investigación en física y matemáticas y poco después, en música. Fue muy intenso al inicio y principalmente tuvimos la cooperación de científicos rusos que venían a trabajar aquí temporalmente. Unos estuvieron uno o dos años, otros se quedaron a vivir aquí entre nosotros.

“Calculo que pudieron haber intervenido unas 40 personas en ese intercambio, principalmente entre los años 1992 a 2003 y ha sido muy provechoso, muy benéfico para nuestra universidad el haber contado con la valiosa cooperación de muy brillantes científicos rusos que vinieron y todavía algunos están aquí residiendo”, señala.

Por otro lado, comparte que en 2005 se festejó en el mundo el Año Internacional de la Física y la Unison no se quedó fuera de la celebración y prepararon un evento que incluyó conferencias, conversatorios y exposiciones de arte. Y que sus colegas del Departamento de Investigación en Física también tuvieron y tienen una presencia bastante notable en el extranjero en congresos internacionales.

Por otro lado, comparte que en 2005 se festejó en el mundo el Año Internacional de la Física, porque en ese año se cumplieron cien años de la publicación por Albert Einstein de tres artículos que cambiaron la percepción del universo.

Dice que la Unison participó en la celebración con una serie de eventos académicos que incluyeron conferencias, seminarios conversatorios y exposiciones de arte. Agrega que sus colegas del Departamento de Investigación en Física tuvieron y tienen una presencia bastante notable en el extranjero en congresos internacionales.

Además, en 2014, en el marco de la celebración en la Universidad de Sonora de los 50 años de la fundación de la Escuela de Altos Estudios, se realizó un evento especial y se contó con la presencia de personas que habían sido maestros en ese tiempo y a Miguel Cervantes le tocó participar y no sólo eso, también recibió un reconocimiento por haber colaborado activamente en el desarrollo del establecimiento de la física.

“Como parte de mi actividad profesional, yo tengo una membresía en la Sociedad Óptica de América, a la cual pertenezco desde hace más de 25 años, desde que era estudiante de posgrado. En 2015 distinguieron mi membresía designándola como Senior Member, nombramiento que ese año alcanzaron 135 nuevos miembros de todo el mundo correspondiéndole a México solamente dos. Cabe señalar que la Optical Society of America es una de las sociedades científicas más prestigiadas del mundo la cual cumplió en 2016 cien años de su fundación. Ésta cambió recientemente su nombre a “Optica” una palabra con la que se designa a la disciplina en muchos idiomas”, comparte.

La Universidad en 50 años

Después de este recuento de sucesos, resalta que en la Universidad de Sonora, en estos años que le han tocado a él estar vinculado, han pasado cosas interesantes y ha crecido mucho. “Yo creo que lo más valioso de la Universidad es el talento de sus estudiantes y el trabajo de sus docentes e investigadores.

“Me doy cuenta de que en esta Universidad hay mucho talento y por lo mismo, como parte de nuestra actividad profesional es muy importante la divulgación de la ciencia con la intención de que se conozca nuestro quehacer entre quienes no son especialistas y además con la intención de que más jóvenes hagan de la ciencia, su carrera, su manera de vivir”, expresa.

Durante este tiempo, otra de las cosas que ha observado, dice, es el cambio de Ley Orgánica. Primero estuvo la 103 y luego la Ley 4, que es la que actualmente rige. “Recientemente también hubo cambio de gobierno en el Estado y el nuevo gobernador, el doctor Durazo ha manifestado su interés de que la Universidad se actualice en términos de legislación”, indica.

También ha sido testigo del crecimiento de la matrícula de la Unison en sus distintos campus, que ya suman más de 40 mil estudiantes en todo el estado.

Un punto que no quiso dejar de mencionar, es que el 5 de abril de 2005 la Universidad se conectó oficialmente a Internet, un paso muy importante, no solamente para la alma mater sino a nivel mundial.

“Con la operación del Internet, prácticamente las distancias dejaron de existir, podemos conectarnos todos los que tengamos Internet en el mundo instantáneamente. Es un paso enorme en el uso de los conocimientos que ha generado la humanidad, que es una cantidad abrumadora de información para mantener, para utilizar eficazmente”, resalta.

Logros del Difus y colegas

El trabajo de Miguel Cervantes en esta casa de estudios ha sido como docente y de gestión académica, pero además de su trayectoria personal y su contribución, no deja de hacer hincapié en el valioso aporte de sus compañeros del Departamento al campo de la física, así como el empuje de los investigadores jóvenes, como los que conforman el Grupo de Altas Energías, quienes están contribuyendo a las actividades del CERN, el Centro Europeo de Investigación Nuclear que está en Suiza.

Menciona, además, a su compañero y colega Vladimir S. Terpugov, quien se acaba de pensionar y en colaboración dirigían el laboratorio de investigación, que fue el primero que contó con un láser de alta potencia, el primer láser YAG (granate de aluminio e Itrio) que hubo en México, presume.

De dónde viene

El docente originario de Esperanza, municipio de Cajeme, Sonora, nació el 29 de septiembre de 1951, el día de San Miguel, por lo que también celebra su onomástico en la misma fecha.

A la edad de cinco años llegó a Hermosillo donde realizó sus estudios desde el kínder hasta la licenciatura, cabe destacar que está ligado académicamente a esta institución desde el nivel secundaria, también cursó aquí la preparatoria y se convirtió en físico.

Cuenta que, en el edificio de Altos Estudios, ahora perteneciente al Departamento de Letras y Lingüística, tuvo toda su preparación profesional. Y señala con su mano el lugar en la parte alta donde se encontraba el laboratorio, con un equipo estupendo que dejó Román Álvarez Garín, donde hacía muchos experimentos.

Resalta que la Unison es una de las pocas instituciones del país que tiene dos departamentos dedicados a esta ciencia: el de Física y el de Investigación en Física. Y menciona cómo en el impulso de la investigación en física y en el nacimiento del Difus una persona importante fue Antonio Jáuregui Díaz, quien además fue el primer de jefe de Departamento y pionero de la física en Sonora. También habla del aporte de Enrique Valle Flores, un matemático muy brillante que trajo las ciencias exactas a Sonora, a nivel básico.

“Él fue un pilar enorme de la Escuela de Altos Estudios, entre otros brillantes científicos, pero Enrique Valle Flores era particularmente muy connotado, una persona de un gran carácter, gran personalidad, él me dio clase de álgebra, murió en 1978”, recuerda.

Además de sus compañeros de la Universidad, a quienes menciona con gran respeto y admiración por su trabajo, menciona que comparte sus logros con su familia, conformada por su esposa Ana Leticia Miranda Ocaña y sus tres hijos: Berenice, Jesús Miguel y Román.

“La mayor es arquitecta, Jesús Miguel es Licenciado en Derecho, y Román es Ingeniero en Sistemas, es el único que vive fuera, trabaja en Phoenix, Arizona”, expresa orgulloso.

El arte y la ciencia

Ha escrito algunos libros que describe, no de divulgación, sino técnicos, especializados en el lenguaje de la ciencia a la que se dedica, como “Introducción a la física de láseres de estado sólido”, en colaboración con Vladimir S. Terpugov. Así como “Difracción de ondas interferidas”, en colaboración con Anton A. Lipovka, que es un excelente astrofísico, opina.

Actualmente, comenta que trabaja en un proyecto nuevo, escribe un libro que es una interconexión entre arte y física, donde espera tener la colaboración del Departamento de Bellas Artes en esta investigación.

Este físico que insiste en que quería ser pintor… y lo logró, en 2004 montó una exposición de 50 cuadros de estilo cubista en la Galería Manuel Romo de esta institución.

“El cubismo me gusta mucho y soy seguidor de Picasso, realmente mucho de mi vida la dedico al arte y también parte de mi investigación. Sigo pintando y escucho mucha música. Me intriga cómo componer música, quiero hacerlo, es un reto.

“Al empezar a leer sobre este traslape entre ciencia y arte me di cuenta de un detalle, la belleza es una cualidad de las cosas en la naturaleza, pero hasta ahorita no se ha logrado medir, como un parámetro físico; entonces, uno puede medir la masa, el tiempo, la densidad, propiedades de muchas cosas, pero cuando le dicen a uno mídeme la belleza de este objeto, resulta que no hay una forma, por eso se dice que es relativa, yo estoy familiarizándome, empapándome de esa cuestión y es otro reto para mí, platica.

Miguel Arturo Cervantes ha colaborado en varias ocasiones con el Seminario de Cultura Mexicana, que encabeza Rubén Flores, a quien considera un gran amigo desde que era estudiante.

“Yo he contribuido unas tres veces, ahorita está suspendido por la pandemia. Yo espero que se reanude y hacer una presentación sobre arte conceptual.

“Todavía tengo fuerzas para seguir trabajando y ánimo también, tengo proyectos y deseo la colaboración con otros docentes no solamente de física, sino de las ciencias exactas, del área clínica o polímeros. Es fácil encontrar manera de colaborar entre físicos y otras ramas de la ciencia”, destaca el profesor investigador.