El desastre del derramamiento de sustancias tóxicas en el Rio Sonora sigue vigente: académica

11 de abril de 2019


Elìas Quijada

Después del desastre ecológico en los ríos Bacanuchi y Sonora, ocurrido el 6 de agosto del 2014, los pobladores de la región han mermado sus actividades agrícolas y hasta la fecha tampoco se ha regularizado las actividades comerciales y de servicio, aseguró la académica Liz Ileana Rodríguez Gámez.

Lo anterior lo dio a conocer en la ponencia Imagen y posicionamiento de la actividad minera en México. Un análisis de social media, que la docente adscrita a la División de Ciencias Económico Administrativas de la Universidad de Sonora ofreció en el 4° Coloquio Internacional sobre Desarrollo Humano Transfronterizo en América del Norte.

En su participación, Rodríguez Gámez dijo que el trabajo se basó en el proyecto de tesis de Liliana Griselda Almaguer Acosta, egresada de la Licenciatura en Mercadotecnia, cuyo objetivo es valorar el impacto que tuvo el derrame de 40,000 metro cúbicos de sulfato de cobre, e identificar la imagen que tiene la población con respecto a la actividad minera.

Señaló que para obtener resultados verdaderos, se aplicó una encuesta a 384 personas de los municipios de Aconchi, Arizpe, Banámichi Baviácora, San Felipe de Jesús y Ures, que comprendía cinco secciones en las que se midió la imagen de la empresa ante los pobladores, y los beneficios y desventajas de vivir cerca de un sector minero.

“Los habitantes de estos pobladores tienen una mala imagen de las minas por las acciones que realizan, como la contaminación; sin embargo, miran de manera positiva porque generan fuentes de trabajo en la región, ya que no hay muchas opciones o diversificación del empleo”, dijo en la mesa de trabajo, acompañada por Almaguer Acosta.

Otro dato que arrojó la encuesta es que las empresas mineras deben trabajar en acercarse a las comunidades aledañas y trasmitirle las actividades que realizan en todas las áreas, porque existe un desconocimiento grande de cómo es la actividad minera y qué ventajas representa a los pobladores como actividad económica.

Sin embargo, se reveló que la mayoría de los pobladores dieron a conocer que su situación económica empeoró tras el derramamiento de sustancias tóxicas, pues se registró una merma en la producción agrícola, y la actividad comercial y de servicios quedó estancada ante la ausencia de visitantes a la región.

“No existen fuentes de empleo, alguna industria o empresa grande que pueda ser opción laboral, la gente busca día con día el recurso económico para salir adelante, y otro dato es que es población de edad avanzada que sobrevive de pensiones, y esto es una situación difícil”, agregó.

La académica manifestó que este proyecto de tesis tendrá una segunda etapa que consiste en hacer una valoración cuantificable de las pérdidas que hubo por el derrame, y medir el impacto que tuvo el fideicomiso que se entregó a los pobladores del río Sonora.

El derrame en los ríos Bacanuchi y Sonora, provocado por la mina de Buenavista del Cobre, propiedad de Grupo México, se convirtió en el peor desastre ecológico minero en México, y afectó de manera directa a 22,878 habitantes, de los municipios de Aconchi, Arizpe, Banámichi, Baviácora Huépac, San Felipe y Ures.