7 de junio: no todas las opiniones son respetables

7 de junio de 2022


¿Libertad de expresión? ¿Libertad de prensa? ¿Libertad de opinión? ¿Libertad de pensamiento? ¿Libertad de ideas…? ¿Qué se celebra hoy, 7 de junio, en México? Todo lo anterior y algo más, que son, como está escrito en la carta magna, derechos de todos los mexicanos.

Hoy celebramos el día en que podemos expresarnos libremente. Pero ¿para qué designar una fecha, cuando la Constitución nos permite hacerlo todos los días, toda la vida? Y sí: podemos hacerlo de tú a tú con total independencia. Pero cuando una opinión expresada libremente toca intereses de segundas o terceras personas, el artículo sexto no ampara. Por ello hay que conocer los artículos 6 y 7, así como las leyes que los reglamentan.

La académica Adela Cortina Orts, quien ha liderado durante años el análisis contemporáneo de filosofía política y ética aplicada en España, señala que la tolerancia implica tolerar a los intolerantes. “A las personas hay que respetarlas siempre —subraya—, otra cosa son sus opiniones.

“No todas las opiniones son respetables. Hay opiniones que son nada respetables. Las opiniones se tienen que ganar el respeto. Y lo que no se pueden tolerar son las opiniones que no son respetables. Entonces, hay que ser tolerante con las personas que son intolerantes, pero no con sus opiniones, no con sus puntos de vista”, sostiene.

Si alguien proclama que ‘Las mujeres son inferiores a los varones’, “no podemos quedarnos como si nada y decir: ‘Bueno, esa es su opinión’. No. Es una barbaridad. Entonces, la persona será respetable, pero la opinión no es respetable. Hay que distinguir muy bien entre las personas y los puntos de vista. Porque, si no, al final cada quien dice lo que se le ocurre y parece que es todo igualmente valioso. Hay cosas que no son admisibles, que no son presentables y que no son respetables”, apunta Cortina Orts.

En los artículos 6 y 7, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos consagra todos los derechos mencionados. El artículo 6 señala, grosso modo, que la manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público.

En tanto, el 7 indica que es inviolable la libertad de difundir opiniones, información e ideas, a través de cualquier medio. No se puede restringir este derecho por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares, de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por cualesquiera otros medios y tecnologías de la información y comunicación encaminados a impedir la transmisión y circulación de ideas y opiniones.

Día de la Libertad de Expresión
El 7 de junio se celebra en México el Día de la Libertad de Expresión, que no hay que confundir con la libertad de prensa, pues son dos conceptos diferentes. La Real Academia Española es muy puntual al respecto: la libertad de expresión es el derecho a manifestar y difundir libremente ideas, opiniones o informaciones, mientras que la libertad de prensa es la facultad de imprimir cuanto se quiera, sin previa censura, con sujeción a las leyes.

El término expresión nos refiere a una declaración de algo para darlo a entender. Y no se requiere a los medios de comunicación para que alguien exprese lo anterior, pues puede hacerlo a través de un vocablo, un gesto o un movimiento corporal que permite exteriorizar sentimientos o ideas. Igualmente, la palabra escrita, los dibujos, las señas y los símbolos permiten expresar algo. Por tanto, la libertad de expresión es prerrogativa de los individuos en tanto requieran comunicar algo.

Sin embargo, se ha confundido a tal grado ambos conceptos, que en no pocas ocasiones innumerables profesionales de la noticia han invocado el artículo séptimo constitucional para aludir a la libertad de expresión, cuando éste se refiere a la libertad de prensa. Quizá porque el interés público requiere que el mercado de medios funcione de una manera tal que apoye la libertad de expresión, e incentive la reflexión pública y la rendición de cuentas del sistema político.

La historia de la celebración del Día de la Libertad de Expresión está ligada, según lo han hecho ver varios estudiosos, a la mansedumbre y obediencia de medios y periodistas a la figura presidencial, y se aleja por completo del espíritu de la efeméride instaurada por la Asamblea de Naciones Unidas el 3 de mayo, Día Internacional de la libertad de prensa.

Un día como hoy, pero de 1951, directores de los principales medios de comunicación de ese entonces se reunieron con el presidente de la república Miguel Alemán Valdez para dar las gracias al jefe del Ejecutivo nacional por su apoyo.

En una época en donde el sometimiento era mayúsculo, los discursos se centraron en agradecer a Alemán Valdez su ‘esfuerzo’ y ‘compromiso’ hacia la libertad de expresión en el país. ‘Gracias, señor presidente, por la forma tan rápida con que resolvió la escasez de papel”, dijo en aquella ocasión José García Valseca, dueño de la cadena de “los Soles”, quien propuso nombrar al 7 de junio como el Día nacional de la libertad de prensa. Una libertad de prensa subordinada al presidente en turno.

Cuando se descubrió que la información era un negocio…
Recordemos que cuando a mediados del siglo pasado la escasez de papel amenazaba la existencia de los diarios, el presidente Alemán dispuso que Ferrocarriles Mexicanos convirtiera los carros de pasajeros en furgones de carga para transportar papel, “lo que salvaguardó el ejercicio de la libertad de prensa”, según le dijeron los empresarios asistentes al Primer Banquete de la Libertad de Prensa, servido en el restaurante Grillón. Nunca mejor aplicada la ironía. Y la primera confusión entre los conceptos de información y prensa.

Y salvó también el gran negocio del mercadeo de la información para seguir manipulando ‘verdades’ como baratijas desechables. Y es que, como señaló Ryszard Kapuscinski: “Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante”.

Bien se ha dicho que la lucha por la libertad de expresión nos corresponde a todos, ya que es la lucha por la libertad de expresar nuestro propio individualismo. En ello, la Universidad de Sonora ha contribuido enormemente, formando profesionales de la comunicación durante 40 años. Centenares de egresados han fortalecido la presencia de los medios y le han dado vigor a la libre expresión en todos los sentidos.

Es difícil ejercer el periodismo en un ambiente plagado de violencia y nublado por la impunidad. Pese a ello, decenas de jóvenes pueblan año con año las aulas de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación para adentrarse en el por qué y el cómo del periodismo. Cierto: la teoría que ofrece situaciones ideales choca frontalmente con la realidad, pero la inteligencia, como la naturaleza, siempre encuentra su camino.