Académica de la UNAM detalló sobre el fenómeno de la caída de meteoritos

6 de mayo de 2022


Jesús Alberto Rubio

Los meteoritos son rocas que pueden ser esteroides o superficies provenientes de otros planetas, específicamente de Marte y la Luna, o bien, podrían ser fragmentos grandes o pequeños de cometas, afirmó Karina Cervantes de la Cruz, profesora de la Facultad de Ciencias de la Tierra e investigadora del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM.

La integrante del Grupo Interdisciplinario de Sistemas Terrestres dijo que cuando uno de esos objetos penetra en la atmósfera terrestre se calienta por roce con el aire, se torna incandescente y da lugar a un destello de luz denominado meteoro o estrella fugaz.

“Se llaman bólidos aquellos meteoros cuya luminosidad sea superior a la del planeta Venus”, expuso en su intervención en la última jornada del Encuentro de Ciencias Artes y Humanidades en el que participó la Dirección de Apoyo a la Vinculación y Difusión de esta casa de estudios.

En ocasiones, indicó, el meteoroide responsable de una estrella fugaz o de un bólido no se volatiliza por completo en el proceso, y sobrevive entero o fragmentado hasta llegar al suelo.

“A ese fragmento de roca proveniente del espacio lo llamamos meteorito”. La observación de los bólidos, precisó, permite a veces reconstruir las trayectorias y deducir la zona de la superficie donde han caído, lo que ayuda a la recuperación de meteoritos para su posterior estudio.

Cervantes de la Cruz señaló que para saber cuáles son los meteoritos que podemos ver, tenemos que identificar primeros cuáles son los elementos que los componen.

“Para empezar, su clasificación se basa en la diferenciación de la materia; esto es, un fenómeno por medio de la cual dos compuestos de diferente densidad se separan (agua y aceite, por ejemplo)”, indicó.

Meteoro en EU
En su conferencia virtual hizo referencia a que el pasado miércoles 27 de abril decenas de personas reportaron haber visto una enorme bola de fuego surcar el cielo. “Poco después de las ocho de la mañana, más de 30 personas reportaron haber escuchado una fuerte explosión que fue acompañada por una bola de fuego que pasó rápidamente en el cielo, siendo visto el meteorito en los estados de Arkansas, Luisiana y Misisipi”.

A su vez, añadió, varios satélites dedicados a la meteorología detectaron destellos en la zona que se corresponderían con el paso del bólido sobre el sur de los Estados Unidos y con el lugar donde finalmente estalló, en Luisiana.

“El mismo miércoles, la NASA confirmó a las autoridades locales que se trató de un meteorito de 40 kilogramos de peso. El bólido ingresó a la atmósfera terrestre a una velocidad de 88 mil 500 kilómetros por hora”, precisó.

Señaló que la dirección fue de Este a Oeste, pero que los pobladores al ver esa bola de fuego con una luminosidad diez veces mayor que la luna, escucharon un estruendo que por fortuna –esa explosión-- solamente produjo vibraciones en los alrededores.

“Cayó alrededor del Río Misisipi, un lugar pantanoso y con una vegetación muy abundante y que gracias a esa red de satélites que se dedica a ver esos fenómenos, pudieron determinar la trayectoria del bólido y calcular en donde sería la posible zona de explosión y así encontrar algunos fragmentos.

Velocidad con que entran
Cervantes de la Cruz subrayó que esos objetos (meteoroide) ingresan a la Tierra una velocidad de más de diez kilómetros por segundo. “Esa velocidad, junto con su resistencia, lo presionan y al elevar su temperatura, esa fusión de ionización de su material provoca en ellos una gran luminosidad”, dijo.

Precisó que un meteorito es un meteoroide que alcanza la superficie de un planeta debido a que no se desintegra por completo en la atmósfera y que la luminosidad dejada al desintegrarse se denomina meteoro.

La expositora invitada cursó la licenciatura de Ingeniero Geólogo en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y la maestría y doctorado en Ciencias de la Tierra en el Instituto de Geología de la UNAM. Se ha especializado en interacción de radiación con materia. Fenómenos de superficie en la irradiación de sólidos y formación estelar.