La Batalla del 5 de Mayo en Puebla encarnó el valor y el patriotismo de los mexicanos

5 de mayo de 2022


Jesús Alberto Rubio

La conmemoración de la Batalla de Puebla representa la unión de los mexicanos durante las adversidades que le ha tocado vivir a través de la historia. El 5 de Mayo de 1862 no fue la excepción.

Asimismo, significa una de las fechas más importantes al tratarse de una de las escasas victorias ante un ejército extranjero invasor como lo era en esa época el Segundo Imperio Francés.

Aquel hecho mostró el valor de los mexicanos que encarnaron con patriotismo la defensa de nuestro país, consiguiendo la victoria pese a que se tenía todo en contra hablando de una inferioridad numérica en cuanto a soldados y armas.

Por ello, la conmemoración de aquella batalla, histórica, trasciende a través del tiempo generación tras generación dentro y fuera de México.

De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el combate fue de gran importancia para México, ya que se logró vencer al ejército francés a pesar de que el ejército mexicano era inferior y menos experto.
En aquel periodo se consideraba al ejército francés como “el más poderoso del mundo”.

En ese entonces, México era gobernado por Benito Juárez, y al mando del ejército estaba el general Ignacio Zaragoza, quien murió meses después de la Batalla de Puebla.

Samuel Galaviz Moreno
En relación al tema, el académico jubilado por la Universidad de Sonora, Samuel Galaviz Moreno, precisó que la clave de la batalla contra el invasor fue la fortificación del ejército mexicano.

“El 4 de mayo, el ejército francés, de 5,200 hombres, se encontraba en el pueblo de Amozoc, a 17 kilómetros de la ciudad de Puebla. El pequeño y maltrecho “cuerpo del ejército de oriente” mexicano, de unos 4 000 hombres a las órdenes del general Ignacio Zaragoza, llegó a la ciudad el 3 de mayo.

El Gral. Zaragoza al ministro de la Guerra: “urgen 300 zapapicos, 200 barretas y 150 palas o las más que sea posible”. La fortificación fue concebida y dirigida por los ingenieros del ejército, del coronel Joaquín Colombres quien sabía de fortificación y conocía bien el terreno.

Sólo el "fortín” de Guadalupe fue atacado, sometido a un cañoneo ininterrumpido durante cerca de dos horas, y de las tres columnas de ataque sobre los cerros de Loreto y Guadalupe, únicamente una pudo llegar al parapeto de este último, sin que lograran apoderarse de él al ser recibidos con un vivísimo fuego de fusilería, obligados a retirada después de sufrir fuertes pérdidas.

El pánico amenazó hacer presa cuando algunos enemigos lograron coronar el parapeto, pero el general Miguel Negrete devolvió la confianza al espíritu de aquellos soldados patriotas que, sin el temple de las tropas veteranas, poseían un valor desmedido y una abnegación sin límites.

La batalla terminó con la retirada tres días después del ejército invasor, habiéndose realizado el milagro de que el mal organizado ejército mexicano batiera a un ejército de tradición gloriosa, debido en gran parte a la utilización racional del arte de la fortificación.

Galaviz Moreno señaló que el documento anterior se publicó en Historia Mexicana, 1962, con Fuente, Fortificación de Puebla. Miguel A. Sánchez Lamegor. La intervención francesa en la revista Historia Mexicana, compilado por Érica Pani, y editado por El Colegio de México, 2012.

Conmemoración en Estados Unidos
El 5 de Mayo comenzó a celebrarse en varias ciudades de Estados Unidos desde 1867, cinco años después de la batalla, la que ha evolucionado hasta convertirse en una conmemoración de la cultura y la herencia mexicanas, sobre todo en zonas con una gran población mexicoamericana.

De acuerdo a diversos historiadores, fue en aquel año cuando la victoria del ejército mexicano fue celebrada por los inmigrantes mexicanos en USA por primera ocasión en Texas debido a que Ignacio Zaragoza nació justamente en tierras texanas, antes de que este territorio pasara a ser parte de la Unión Americana.

La celebración llamó la atención de otros inmigrantes, además de un gran número de americanos, pues nunca se había visto una fiesta de tal magnitud en aquel tiempo.

En un inicio sólo la celebraban los mexicanos, pues representaba sus raíces; tiempo después se fueron uniendo más inmigrantes y la celebración terminó por convertirse en un estandarte de la población oprimida en tierras americanas.

Con el paso del tiempo, los norteamericanos se unieron al festejo a tal grado de convertirlo en toda una tradición en la Unión Americana.

Otra razón es que las festividades de la fecha comenzaron a ampliarse debido al auge del movimiento chicano en los años 1940 y la celebración de la cultura mexicano-estadounidense, una que empezó a cultivarse más que nada en el oeste de Estados Unidos.

Hoy en día son varias ciudades estadounidenses las que celebran anualmente el cinco de mayo: En Nueva York se realiza un desfile en Central Park, en Los Ángeles, California, se organiza un festival con ceremonias cívicas y culturales.

Fuera de Estados Unidos, hay otros países que también celebran el cinco de mayo aunque en menor medida, haciendo hincapié en la cocina, la cultura y la música mexicanas.