Destaca Alejandro Mungaray cómo reconstruir la economía mexicana con negocios sociales

27 de noviembre de 2020


* Ofrece conferencia el Doctor Honoris Causa por la Unison

Aleyda Gutiérrez Guerrero

La recesión mundial que se veía venir acelerada y profundizada por la emergencia sanitaria de covid-19 tiene a las economías deprimidas en niveles impensables y la recuperación será lenta costosa y desigual, por ello el gobierno mexicano necesitará ser más eficiente y contundente para que su esfuerzo de inversión no se vuelva un bumerang en su aceptación social, resaltó Alejandro Mungaray Lagarda, economista y ex rector de la Universidad Autónoma de Baja California.

El Doctor Honoris Causa por la Universidad de Sonora consideró además en su conferencia magistral Reconstruyendo la economía mexicana con negocios sociales, que la política pública mexicana tiene el gran reto de recuperar la economía de bienestar a través de un nuevo y más incluyente estado de Derecho, donde el derecho al trabajo decente para proveerse de bienestar a través de las remuneraciones sea tan apreciado como el de las empresas para obtener ganancias razonables, que premien su inversión y el de los emprendedores de cualquier nivel económico y social para obtener por sí mismos sus ingresos.

En su participación dentro del II Congreso Internacional de Estudios de Posgrado en Ciencias Económicas y Administrativas 2020 señaló que la fuerte diferenciación empresarial existente es un buen motivo para estudiar y entender la lógica humana que motiva el microemprendimiento; las condiciones institucionales que propician la informalidad en que se desempeñan y por qué estos emprendimientos sociales son una importante solución al natural conflicto entre rentabilidad empresarial y bienestar social.

En el marco del evento, que se realizó bajo el lema Responsabilidad de las Ciencias Económicas y Administrativas para atender los retos ante la covid-19, indicó que cada persona tiene la oportunidad de hacer negocios lucrativos para satisfacer sus necesidades personales, pero a la vez hacer negocios sociales que resuelvan problemas de su comunidad contribuyendo a la estabilidad del crecimiento económico y del bienestar moral y social.

Volver a crecer apoyando a las microempresas mexicanas como negocios sociales es estratégico, porque sus ganancias personales son tan pequeñas que es la única forma de proteger a sus familias de la permanente amenaza de pobreza que impone el desempleo o los malos salarios de empleos precarios, pues seis de cada diez trabajadores sigue por abajo de los 8,000 pesos mensuales, dijo también durante su participación en el congreso organizado por la División de Ciencias Económicas y Administrativas, a través del Departamento de Administración.

Esto abre una gran oportunidad de política pública de desarrollo empresarial incluyente que reafirme el hecho social de que los seres humanos no nacieron predestinados para ser empleados o asalariados por ello tomar la decisión de abandonar la zona de confort del empleo asalariado, precario o no, para convertirse en microempresario es un acto de valentía en busca del éxito aun temiendo al fracaso, declaró el doctor en Economía, con posdoctorado en Historia económica latinoamericana y globalización.

El profesor de asignatura en la Facultad de Economía y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Baja California y autor de alrededor de 60 libros de investigación, docencia y divulgación, señaló además que es un acto de responsabilidad social para dejar de recobrar empleo y generarlo, aunque tan sólo se empiece por el propio, ejemplifica que cualquier persona independientemente de su raza, credo, color, sexo o educación y origen social por su profundo valor ético puede hacer todo cuanto sea posible para evitar que ser asalariado sea su destino, sin hacer responsable a nadie más de ello.

En el numeroso segmento microempresarial mexicano, compuesto actualmente por el 95% del total de las empresas, que genera el 37% de los empleos y el 15% del PIB, está la oportunidad más sencilla y esperanzadora para desahogar la tensión social que crean miles de personas insatisfechas con empleos precarios, pero también para que la economía del mercado se revitalice de los propios vicios que engendra a su interior debido a sus crecientes prácticas de concentración económica, desigualdad y corrupción, reveló.

Sin duda, destacó, las microempresas son una creativa y humanista forma de incentivar la economía de mercado y detener la concentración de la riqueza, para empezar a resolver la ingrata paradoja que como sociedad vivimos, de tener una economía próspera y moderna, y a la vez informal y precarizada.

“Las nuevas reglas y políticas de producir, consumir y hacer negocios estarán cada vez más vinculadas a requerimientos higiénicos, protección de grupos vulnerables, actos y conductas asociadas al trabajo remoto, nuevos balances entre trabajo y vida, comercio electrónico y protección de la salud”, mencionó.

Hizo énfasis en que la crisis económica acentuada por la covid-19 aceleró cambios que venían graduales, y al calor de la confrontación entre grupos de poder económico y político están redibujando la economía de mercado, el papel del Estado y la forma de gobernar. “En cualquier caso, el reto es superar la desigualdad que se mantendrá por los fuertes impactos que se viven en las economías nacionales, regionales, empresariales de todos los niveles y en el interior de los hogares”.

Dijo que su conferencia quiso visualizar el cómo tener una perspectiva positiva frente a los difíciles momentos que nos toca vivir, no sólo como país, sino en un entorno humanitario muy complejo, y que tiene que ver con cómo reconstruir una economía a partir de los llamados negocios sociales.

Además de ser catedrático, Alejandro Mungaray Lagarda ha ocupado diversos puestos en la UABC, entre ellos la rectoría; fue consultor de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), Ginebra, secretario académico de la ANUIES, México, consultor de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Ciencia (Unesco), París; consultor de American Economist Research, Los Ángeles, director adjunto del Conacyt, secretario de Desarrollo Económico del Gobierno del Estado de Baja California y articulista en diversos periódicos.