La salud de las comunidades indígenas sonorenses: diabetes y obesidad en los pimas

16 de julio de 2019


Armando Zamora

De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud, en 1980 había 108 millones de personas con diabetes en el mundo, hoy hay más de 430 millones; es decir, en poco más de 30 años la cifra se cuadruplicó. En términos de uno a uno, puede decirse que una de cada once personas en el planeta padece esta enfermedad.

Todos conocemos a alguien que sufre de diabetes: si no es uno mismo, es un pariente, un vecino, un compañero de trabajo o de estudios, o algún personaje famoso o no, cuyo padecimiento nos llega a través de las noticias. Y este mal tiene un cierto sentido democratizador: a todos nos iguala, porque no importa la edad, sexo, actividad, nacionalidad, ubicación geográfica o capacidad financiera… la diabetes ataca por igual.

Para hablar del tema y su relación con la obesidad, el sobrepeso y la hipertensión en las comunidades indígenas del estado de Sonora, Julián Esparza Romero, investigador del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), charló con Antonio Rascón Careaga, docente del Departamento de Ciencias Químico Biológicas de la Universidad de Sonora, en el programa A tiempo con la ciencia.

En la emisión que se transmite por Radio Universidad, Rascón Careaga destacó que en México se presenta un grave problema por el alto índice de obesidad y sobrepeso en la población en general, y preguntó a su invitado si esto se replica en las comunidades indígenas.

El académico del CIAD señaló que sí. “De acuerdo con los estudios que hemos realizado en comunidades indígenas en el estado de Sonora, sobre el grupo pima, el seri, o conca’ac, y el yaqui, hemos acumulado información importante sobre la magnitud del problema de obesidad y de diabetes, y algunos factores de riesgos cardiovasculares que están asociados con la obesidad y el sobrepeso”, apuntó.

Detalló que la situación es muy parecida a lo que sucede a nivel nacional, “en la que tenemos una problemática muy fuerte de diabetes: en el 2016, el último dato nos dice que el 72.5% de las personas tienen sobrepeso u obesidad, y hablando ya de obesidad, el 33% tiene obesidad y el 39.2% tiene sobrepeso”.

Esparza Romero añadió que cuando comparamos la obesidad entre hombres y mujeres a nivel nacional, el 38% es en mujeres y el 27% en hombres. “En el imaginario colectivo de la sociedad, se cree que las comunidades indígenas no sufren de este problema; sin embargo, sí sucede —subrayó—, pues las comorbilidades que acompañan a la diabetes y a la hipertensión se presenta igual en las etnias si no existe un factor protector que evite el desarrollo de estas condiciones”.

Al respecto, mencionó que un grupo de investigadores inició en 1991 un estudio de estas enfermedades en indígenas pimas. “En ese proyecto se comparaba la problemática de diabetes y obesidad en grupos de pimas de México y de Estados Unidos, que en un principio eran un solo grupo y con el paso del tiempo un grupo se quedó en Estados Unidos y otro en México”, precisó.

El estilo de vida es sumamente importante

Sabemos que, por lo general, la diabetes y la obesidad tienen componentes genéticos, y este estudio podría explicar de manera casi natural las prevalencias de estos males, señaló el académico del CIAD.

“Trabajamos en la etnia de 1991 a 1995, y vimos que el grupo de Estados Unidos tenía, y tiene todavía, un estilo de vida poco protector para este tipo de enfermedades, y en aquel tiempo el grupo mexicano tenía un ambiente contrastante. Lo sabíamos por la literatura, pero también lo estudiamos, y demostramos que el estilo de vida, principalmente la actividad física y la dieta, era sumamente importante”, manifestó.

Después de hacer los estudios, agregó, vimos que los pimas de Estados Unidos tienen una dieta muy rica en grasa, mientras que en los mexicanos era lo contrario, la actividad física para el grupo mexicano era de moderada a intensa, no así en el grupo de Estados Unidos, que era mínima.

“Esto tiene que ver con que, en el caso de los pimas mexicanos de hace 30 años, la agricultura, que era fundamentalmente de autoconsumo, se realizaba en las montañas, y el tractor difícilmente puede entrar ahí, y se realizaba en gran medida con el esfuerzo físico, con yuntas y arado jalado por animales, y no en plano, sino en colinas, por eso el estilo de vida era más protector”, destacó.

Eso, de manera natural, puntualizó Julián Esparza Romero, estaba protegiendo a los pimas mexicanos contra muchos problemas asociados a las enfermedades crónicas; en este caso, la obesidad y la diabetes. “Y al comparar a los grupos de pimas norteamericano y mexicano vimos una prevalencia muy contrastante: en los pimas de Arizona, la diabetes era del 38% y la obesidad, del 79%, comparada con 6.9% de diabetes y 13% de obesidad en los de Sonora. Hay que recordar que estos son números de 1995, y el estilo de vida explicaba esa diferencia porcentual entre dos grupos genéticamente relacionados”, resaltó.

El año 2010 volvimos a visitar a los pimas sonorenses y vimos que había cambios que podían ayudar en el bienestar de la comunidad pero que podían afectar ese estado protector contra la diabetes y la obesidad. Encontramos que éstas aumentaron porque cambió el tipo de alimentación propia de la comunidad: ya había electricidad, por lo que se consumían alimentos que podían mantenerse refrigerados; además, se abrió una carretera y se incrementó el uso del automóvil, y ese balance positivo de protección se rompió un poco, citó el invitado al programa.

El dato más interesante fue que en los hombres pimas la diabetes no cambió, consideramos que porque eran ellos quienes seguían cultivando la tierra y lo hacían de manera tradicional, y en las mujeres subió de 9.4% al 13.4% en 15 años. En general, la prevalencia subió de 7.8% al 13%: consideramos que el consumo de alimentos procesados afectó al grupo, y que el factor protector era la actividad física, acentuó el investigador del CIAD.

A tiempo con la ciencia es una producción del Departamento de Ciencias Químico Biológicas de la Universidad de Sonora, se transmite los lunes, bajo la conducción del académico Antonio Rascón Careaga, a partir de las 9:00 horas, por Radio Universidad.