Desde el contexto de las universidades se da respaldo a sectores en vulnerabilidad

8 de abril de 2019


Jesús Alberto Rubio

La creación y prevalencia de estructuras sociales dentro de la Universidad de Sonora tiene la finalidad de dar respaldo a las familias de sectores en vulnerabilidad que sobreviven en extrema pobreza, afirmó Rafael Castillo Esquer, académico del Departamento de Economía al participar en el IV Coloquio Internacional sobre desarrollo humano transfronterizo en América del Norte.

Ese tipo de espacios, dijo en la sala 2 del Posgrado de El Colegio de Sonora, buscan la procuración de recursos alternos —más allá de las estancias gubernamentales— a fin de contribuir de alguna manera en el bienestar de esos grupos sociales marginales, como es el caso de la capital sonorense.

Hoy se observa, planteó, cómo han cambiado las estructuras de participación de la sociedad en las comunidades, de ahí que desde el contexto de las universidades se busque generar sistemas de procuración de recursos complementarios a los presupuestos para que se llegue y ayude con prontitud y eficacia a quienes viven en vulnerabilidad.

En su intervención expuso la experiencia de la Universidad de Sonora, donde dio a conocer que se cuenta con cuatro espacios de esa naturaleza: los bufetes de Nutrición, de Cáncer de Mama, el Jurídico Gratuito, y el Centro de Asesoría Financiera y Emprendimiento Social (Cafes), que está bajo su coordinación.

En el caso del Cafes, indicó que por ejemplo gestiona recursos para programas como Jóvenes Construyendo Futuro, fundaciones y hogares de asistencia social, colonia La Choya, de alta marginación y de mucha violencia, o apoyan a los centros hábitats del Ayuntamiento de Hermosillo, el de Miguel Alemán, Los Olivos, Café Combate, Las Minitas, y Solidaridad 1 y 4.

Toda esa experiencia acumulada, dijo, los ha llevado a generar una metodología que les permita difundir la mejor manera de organizarse para coadyuvar a disminuir la vulnerabilidad de las colonias, sobre todo las periféricas –suburbanas y rurales del municipio-- con características muy especiales de marginación.

Obviamente, sostuvo Castillo Esquer, todos esos segmentos requieren del auxilio de la sociedad civil y las propias asociaciones universitarias ante la incapacidad de los gobiernos de poder intervenir en todas las áreas críticas de subsistencia que enfrentan sus habitantes.

Incluso, el coordinador del Cafes puntualizó en la importancia de involucrar, hacer participar y enriquecer la formación y sensibilidad social de los estudiantes universitarios a través de esos espacios, permitiéndoles tener una perspectiva y visión más fortalecida de la realidad circundante.

“Esa presencia e inclusión de nuestros estudiantes en programas de intervención, sea el servicio social, práctica profesional o de manera voluntaria, representa uno de los aspectos fundamentales que marcan el positivo desarrollo de esos espacios universitarios”, expresó.

Rafael Castillo destacó que ese proceso de involucramiento deja en los estudiantes una gran enseñanza en doble sentido: aplican el conocimiento y se vuelven sensibles ante todo tipo de problemática, tras interactuar y convivir con familias marginadas a través de trabajos en equipo disciplinar.

“Qué gran valor y alcances se tiene cuando participan en sus prácticas de intervención; cómo procuran recursos para mejorar su situación económica; el crearles conciencia sobre su desarrollo humano; incentivarlos a que conozcan de diversas fuentes de ingreso o cambiar sus formas de comportamiento y que no sólo estén esperando recibir todo del gobierno, sino que debe de haber algo de su voluntad”, sostuvo.

La Universidad y el Cafes, concluyó, ganan mucho con ese tipo de vinculación, ya que se ayuda a gente necesitada y a la vez se forma gente capaz, responsable y consciente de la situación social que se vive.