Discurso antinmigrante del presidente Donald Trump tiene raíces históricas

19 de marzo de 2019


Lin Mendivil Alvarado

Los rasgos del gobierno estadounidense basados en acciones y políticas contra la población migrante y la reducción de apoyos a programas sociales no deben catalogarse como fenómeno político excepcional, pues son aspectos que tienen sus raíces en la historia del vecino país, apuntó la investigadora Aurora Bosch Sánchez, de la Universidad de Valencia.

La especialista en historia contemporánea participó en el XLIV Simposio de Historia y Antropología de la Universidad de Sonora con la conferencia: Explicando a Donald Trump, una reflexión desde la historia o desde la historia estadounidense, en la que tocó temas relacionados con antecedentes políticos y económicos de Estados Unidos.

En entrevista previa a su participación, la investigadora comentó que muchas de las acciones de dicha administración “tienen sus raíces en diversos aspectos de la historia estadounidense reciente, sobre todo desde 1945 en adelante… la idea es no ver un fenómeno político excepcional, extraño al propio sistema o a la sociedad estadounidense”, afirmó.

"Incluso, la elección del presidente Donald Trump tiene una explicación y contextualización histórica. Y es que desde los años 60, las administraciones estadounidenses han tenido un discurso antiintervención del Estado, que cuestiona sobre todo las ayudas sociales, que es partidario de la bajada de impuestos, que tiene, podríamos decir, un racismo codificado en el sentido de plantear que gran parte del Ejecutivo y del Partido Demócrata sólo benefician a los intereses de la minoría”, recalcó.

Es por ello, resaltó Bosch Sánchez, que los rasgos del presidente Donald Trump no deben resultar extraños, pues al estudiar la historia de Estados Unidos es posible percatarse de la recurrencia del tipo de presidente electo, y es que los mandatarios de una nación no se pueden explicar ni concebir de manera aislada sin la participación de la sociedad; de ahí que es posible señalar que una parte significativa del electorado está de acuerdo con este tipo de posturas.

“Es cierto que el giro de las élites políticas es muy importante, y el de las estructuras partidistas también; creo que ha sido clave el giro conservador del Partido Republicano desde los años 60, cuando esa parte conservadora captura la estructura partidista y cambia totalmente el discurso para intentar recuperar el poder frente a los demócratas… entonces, muchas de estas cosas estaban ya allí: el sentimiento antiintervención del Estado, antisindical, y cierto temor de las élites blancas a perder su estatus”, refirió.

Mencionó que para los historiadores, el capítulo que protagoniza el presidente Trump resulta de interés al ser uno de los fenómenos que están apareciendo como consecuencia de la gran recesión y de los efectos de la globalización, que se tienen que explicar para entenderlos, y uno de los recursos para ello es desde la historia, con el apoyo de otras ciencias sociales.